16 Junio 2013
EMOTIVO. Monseñor Poli preside la ordenación episcopal de Fernández. DYN
BUENOS AIRES.- El papa Francisco, desde el Vaticano, le envió de obsequio la cruz pectoral que ahora lo identifica como arzobispo. Ese fue el momento más emotivo del acto celebrado ayer, en el que monseñor Víctor Manuel Fernández, recibió la ordenación episcopal.
El también rector de la Universidad Católica Argentina (UCA) reveló una charla que mantuvo, hace poco tiempo, con el Papa. "El otro día el Santo Padre me llamó para decirme que estaba rezando por mí, y me contó que tenía otra cruz pectoral igual a la suya. Entonces me dijo: 'No te hagas hacer una ¿Para qué quiero yo dos cruces si con una me alcanza? Así que, si no te parece mal te mando una a vos'. Es esta que llevo puesta", indicó Fernández.
A la celebración eucarística asistieron el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, y parte de su gabinete. También estuvieron el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez (PJ); el secretario de Culto, Guillermo Oliveri; el director de Cultos porteños, Alfredo Abriani; el jefe del socialismo. Hermes Binner e intendentes bonaerenses.
El ritual de ordenación fue presidido por el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Mario Poli, en calidad de consagrante principal. Los co-consagrantes fueron monseñor José María Arancedo, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina; monseñor Andrés Stanovnik, de Corrientes; monseñor Eduardo Eliseo Martín, de Río Cuarto, y Carlos José Tissera, de Quilmes.
Tras la lectura de la bula papal de nombramiento de Fernández, y luego de la homilía de Poli, se dio a conocer una carta del Papa. "La Iglesia te quiere memorioso, esperanzado y constante en el servicio", le expresó Francisco. Y, tras pedirle a la Virgen María que cuide del flamante arzobispo, redactó: "recuerda, pues, que la iglesia también te quiere alegre, con la dulce y consoladora alegría de evangelizar".
Al término de la misa, Fernández recordó a Alcira Gigena, el pequeño pueblo cordobés donde nació, y agradeció a su familia, sacerdotes y obispos.
Luego, señaló que, siguiendo los consejos de Jorge Bergoglio, se preocupó por "acercar más la UCA al mundo de los pobres, de manera que el contacto con ellos nos ayude a ver mejor la realidad y no seamos sólo intelectuales de escritorio".
"Recen por mí"
Fernández, a quien se conoce como "Tucho", dijo que el Papa estaba "acompañándolo espiritualmente" en el acto. Y, al estilo de Bergoglio, se despidió diciendo: "por favor, recen por mí".
El teólogo visitó el lunes a la presidenta, Cristina Fernández, quien quiso conocerlo después de enterarse de que fue uno de los redactores del Documento de Aparecida, el texto que el Papa le regaló durante el encuentro privado que mantuvieron en Roma, días antes del inicio de su ministerio petrino.
Fernández, de 50 años, recibió el título de arzobispo el 13 de mayo, en lo que se consideró "un premio" al teólogo y amigo, por quien Bergoglio intercedió en 2011 ante el Vaticano para destrabar su designación como rector de la UCA. (DyN)
El también rector de la Universidad Católica Argentina (UCA) reveló una charla que mantuvo, hace poco tiempo, con el Papa. "El otro día el Santo Padre me llamó para decirme que estaba rezando por mí, y me contó que tenía otra cruz pectoral igual a la suya. Entonces me dijo: 'No te hagas hacer una ¿Para qué quiero yo dos cruces si con una me alcanza? Así que, si no te parece mal te mando una a vos'. Es esta que llevo puesta", indicó Fernández.
A la celebración eucarística asistieron el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, y parte de su gabinete. También estuvieron el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez (PJ); el secretario de Culto, Guillermo Oliveri; el director de Cultos porteños, Alfredo Abriani; el jefe del socialismo. Hermes Binner e intendentes bonaerenses.
El ritual de ordenación fue presidido por el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Mario Poli, en calidad de consagrante principal. Los co-consagrantes fueron monseñor José María Arancedo, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina; monseñor Andrés Stanovnik, de Corrientes; monseñor Eduardo Eliseo Martín, de Río Cuarto, y Carlos José Tissera, de Quilmes.
Tras la lectura de la bula papal de nombramiento de Fernández, y luego de la homilía de Poli, se dio a conocer una carta del Papa. "La Iglesia te quiere memorioso, esperanzado y constante en el servicio", le expresó Francisco. Y, tras pedirle a la Virgen María que cuide del flamante arzobispo, redactó: "recuerda, pues, que la iglesia también te quiere alegre, con la dulce y consoladora alegría de evangelizar".
Al término de la misa, Fernández recordó a Alcira Gigena, el pequeño pueblo cordobés donde nació, y agradeció a su familia, sacerdotes y obispos.
Luego, señaló que, siguiendo los consejos de Jorge Bergoglio, se preocupó por "acercar más la UCA al mundo de los pobres, de manera que el contacto con ellos nos ayude a ver mejor la realidad y no seamos sólo intelectuales de escritorio".
"Recen por mí"
Fernández, a quien se conoce como "Tucho", dijo que el Papa estaba "acompañándolo espiritualmente" en el acto. Y, al estilo de Bergoglio, se despidió diciendo: "por favor, recen por mí".
El teólogo visitó el lunes a la presidenta, Cristina Fernández, quien quiso conocerlo después de enterarse de que fue uno de los redactores del Documento de Aparecida, el texto que el Papa le regaló durante el encuentro privado que mantuvieron en Roma, días antes del inicio de su ministerio petrino.
Fernández, de 50 años, recibió el título de arzobispo el 13 de mayo, en lo que se consideró "un premio" al teólogo y amigo, por quien Bergoglio intercedió en 2011 ante el Vaticano para destrabar su designación como rector de la UCA. (DyN)