22 Junio 2013
ARCHIVO LA GACETA
Tres hombres fueron aprehendidos hoy como sospechosos por el crimen de Ricardo Ignacio Brito, el pintor de 42 años que fue asesinado de cuatro balazos en su casa por defender a su familia, informaron fuentes policiales.
Los delincuentes habían intentado ingresar el jueves a la madrugada a la vivienda, ubicada en calle Los Ceibos 76, en Yerba Buena. Pero víctima se aferró al portón, al ver que los asaltantes intentaban forzar el candado. Fue en ese momento en el que se produjo el ataque mortal.
Antes de ser ejecutado, el pintor logró ocultar en el baño a su tía, María del Valle Brito, de 76 años, que no pudo ver la escena, pero escuchó los gritos de los delincuentes y los disparos que mataron a su sobrino. En la casa vive también Raúl Alberto Yalu, un amigo de la familia.
La causa es investigada por el fiscal de Instrucción de la II° Nominación Carlos Albaca. Los asaltantes no se llevaron nada, ya que se habrían asustado por el desenlace que tuvo el intento de robo, y huyeron.
Lo único que tenían secuestrada en la fiscalía era una gorra, que se le cayó a alguno de los delincuentes después de haberle disparado al hombre. Brito quedó tendido en el piso, ensangrentado por los cuatro balazos que recibió en el estómago. Así lo encontró su tía, después de que se animó a salir del baño, donde había estado oculta.
Los delincuentes habían intentado ingresar el jueves a la madrugada a la vivienda, ubicada en calle Los Ceibos 76, en Yerba Buena. Pero víctima se aferró al portón, al ver que los asaltantes intentaban forzar el candado. Fue en ese momento en el que se produjo el ataque mortal.
Antes de ser ejecutado, el pintor logró ocultar en el baño a su tía, María del Valle Brito, de 76 años, que no pudo ver la escena, pero escuchó los gritos de los delincuentes y los disparos que mataron a su sobrino. En la casa vive también Raúl Alberto Yalu, un amigo de la familia.
La causa es investigada por el fiscal de Instrucción de la II° Nominación Carlos Albaca. Los asaltantes no se llevaron nada, ya que se habrían asustado por el desenlace que tuvo el intento de robo, y huyeron.
Lo único que tenían secuestrada en la fiscalía era una gorra, que se le cayó a alguno de los delincuentes después de haberle disparado al hombre. Brito quedó tendido en el piso, ensangrentado por los cuatro balazos que recibió en el estómago. Así lo encontró su tía, después de que se animó a salir del baño, donde había estado oculta.
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