Los gestos de Francisco merecen muchas lecturas

La silla que se aprecia en la foto estaba reservada para Francisco. Él la dejó vacía, y fue todo un mensaje hacia el interior de la Curia. El concierto, programado antes de la elección de Jorge Bergoglio, se realizó en el aula Pablo VI, del Vaticano. El Papa se excusó por medio de un mensaje que leyó Monseñor Fisichella (se refirió a "una urgencia inminente e improrrogable"). Quienes siguen de cerca las internas romanas, como el diario Corriere della Sera, fueron enfáticos: leyeron la decisión como una demostración de fuerza de Francisco.

Desde el primer día, el Papa subrayó que su estilo austero es el que pretende para toda la Iglesia. Y esta clase de ceremonias, en las que el Pontífice es elevado a la categoría de un príncipe, van en contra de ese mensaje.

Hagamos un repaso por esa galería de gestos; decisiones que, al fin y al cabo, son las que definen el estilo de Francisco y marcan el rumbo de su papado:

- Minutos después de la elección saludó a los fieles en la Plaza de San Pedro con un simple buona sera.

- Esa noche eligió mostrarse sin muceta (la capa roja) y sin cruz pectoral dorada; llevaba la de siempre, de hierro. Además, antes de bendecir a la multitud se hizo bendecir por la plaza.

- Francisco insiste en llamarse a sí mismo obispo de Roma, antes que Papa.

- Más gestos de los primeros días: en lugar de viajar en la limusina subió a la combi con el resto de los cardenales. Hizo guardar el trono y ocupa una simple silla durante las ceremonias. Nada de zapatos rojos: calza los negros de siempre. Y se sabe que no quiso mudarse al apartamento pontificio del Palacio Apostólico. Cambió ese lujo por una sencilla habitación en la residencia de Santa Marta. Y de allí no se movió.

- Decenas de miles de personas colman San Pedro cada vez que el Papa aparece. Para la custodia es un dolor de cabeza, porque Francisco rompe el protocolo. Se inclina ante los fieles, besa a los niños, recibe regalos y reparte bendiciones.

"No es falso. Siempre ha sido así. Es una persona muy fuerte e inteligente que sabe el significado de sus acciones simbólicas. Está enviando mensajes a través de sus acciones, que no son accidentales", le explicó a BBC Mundo el jesuita Gerard Whelan, profesor de teología de la Pontificia Universidad Gregoriana. "Su estilo es bastante destacable -agregó-. La luna de miel todavía no ha terminado".

Los gestos de Francisco se combinan con su discurso, en el que interpela a múltiples actores. Mucha de esa simbología está dirigida al interior de la Iglesia. Francisco reclama austeridad, pero no es sencillo vencer la resistencia de un núcleo de poder que lleva demasiado tiempo aferrado al pasado y a tradiciones que van en contra del sentir de millones de fieles.

"Después de 35 años, por primera vez se oyó en San Pedro, en la boca de un Papa, la palabra 'pueblo', que había sido borrada de los documentos oficiales de Juan Pablo II y Benedicto XVI", apuntó el padre rebelde y escritor Paolo Farinella.

Habrá que ver, en los próximos meses, cómo hará Francisco para profundizar estas llamativas conductas e iniciativas.

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