25 Julio 2013
ENEMIGOS LETALES. Logan viaja a Oriente para despedir a un amigo, pero de inmediato quedará enredado en los pliegues de la yakuza, la mafia japonesa. Hugh Jackman no tiene respiro.
Ni los fans ni el propio Hugh Jackman quedaron satisfechos con la primera película de Wolverine. Fue el spin-off inicial de los X-Men, y esas dudas se trasladaron a los ejecutivos de Marvel y de Fox. ¿Qué es un spin-off? Una producción con personajes taquilleros de otros filmes. Pero Jackman no se rinde y por eso hizo lo posible para que se concretara la secuela que se estrena hoy en todo el mundo. "Wolverine: Inmortal" huele a revancha.
La acción se traslada a un escenario diferente y eso puede darle aire a la historia. Logan se instala en Japón, donde un amigo agonizante -al que le salvó la vida durante la Segunda Guerra Mundial- tiene un regalo para ofrecerle: la condición de mortal.
Está claro que se trata de una película oscura, introspectiva, en la que Wolverine lucha contra ninjas y samurais de la mafia nipona, pero también combate a sus demonios internos. El luto por la muerte de Jane lo acompaña (hay una aparición de Famke Janssen, en los sueños de nuestro héroe).
"Tenía que demostrar que podíamos haber hecho mejor las cosas. Cruzo los dedos, pero sé que esta vez nos salió bien", confesó Jackman, un enamorado del personaje que viene interpretando desde hace casi 14 años. Al contrario de esos actores que reniegan de los papeles que los tornan populares (y millonarios), el australiano es un eterno agradecido de Wolverine.
El cambio de director fue una de las cartas jugadas por Marvel y Fox antes de desembolsar los 100 millones de dólares que costó la película. Tan experimentado como versátil en su recorrido por distintos géneros, James Mangold había dirigido a Jackman en la comedia "Kate & Leopold".
En el elenco hay rostros poco conocidos en el juego grande de Hollywood, como Rila Fukushima, la rusa Svetlana Khodchenkova y Tao Okamoto, junto a jóvenes en ascenso como Will Yun Lee e Hiroyuki Sanada (actuó en "Lost").
Que Logan deba lidiar con sus dudas existenciales no implica que a la película le faltará acción. Al contrario. El desafío de adentrarse en el universo de las artes marciales le demandó un demoledor esfuerzo físico a Jackman. También hay un trabajo especial con la luz y los efectos especiales para que las garras de Wolverine luzcan más amenazadoras y letales que nunca. "Logan empieza a adquirir más respeto ante la idea de ser un guerrero -explicó el actor-. Y comienza a convertirse en una mejor versión de sí mismo".
La acción se traslada a un escenario diferente y eso puede darle aire a la historia. Logan se instala en Japón, donde un amigo agonizante -al que le salvó la vida durante la Segunda Guerra Mundial- tiene un regalo para ofrecerle: la condición de mortal.
Está claro que se trata de una película oscura, introspectiva, en la que Wolverine lucha contra ninjas y samurais de la mafia nipona, pero también combate a sus demonios internos. El luto por la muerte de Jane lo acompaña (hay una aparición de Famke Janssen, en los sueños de nuestro héroe).
"Tenía que demostrar que podíamos haber hecho mejor las cosas. Cruzo los dedos, pero sé que esta vez nos salió bien", confesó Jackman, un enamorado del personaje que viene interpretando desde hace casi 14 años. Al contrario de esos actores que reniegan de los papeles que los tornan populares (y millonarios), el australiano es un eterno agradecido de Wolverine.
El cambio de director fue una de las cartas jugadas por Marvel y Fox antes de desembolsar los 100 millones de dólares que costó la película. Tan experimentado como versátil en su recorrido por distintos géneros, James Mangold había dirigido a Jackman en la comedia "Kate & Leopold".
En el elenco hay rostros poco conocidos en el juego grande de Hollywood, como Rila Fukushima, la rusa Svetlana Khodchenkova y Tao Okamoto, junto a jóvenes en ascenso como Will Yun Lee e Hiroyuki Sanada (actuó en "Lost").
Que Logan deba lidiar con sus dudas existenciales no implica que a la película le faltará acción. Al contrario. El desafío de adentrarse en el universo de las artes marciales le demandó un demoledor esfuerzo físico a Jackman. También hay un trabajo especial con la luz y los efectos especiales para que las garras de Wolverine luzcan más amenazadoras y letales que nunca. "Logan empieza a adquirir más respeto ante la idea de ser un guerrero -explicó el actor-. Y comienza a convertirse en una mejor versión de sí mismo".
Y en 2014 habrá mucho más...
Los X-Men vuelven con todo el año próximo y -por supuesto- Wolverine será de la partida. La próxima película de la saga ("X-Men: days of the future past") incluirá un viaje al pasado, por lo que veremos a los dos elencos: el original y el de los héroes en versión joven. Logan es el único que mantiene su apariencia, por lo que sirve de puente en la historia. Dirige Bryan Singer. Es la sexta participación de Hugh Jackman en la piel del incombustible Wolverine. Difícilmente será la última.