31 Julio 2013
TRABAJO INTENSO. Bajo supervisión de profesionales expertos, jóvenes psicólogos encaran los tratamientos, de no más de 6 meses. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA
El Centro Universitario de Atención Psicológica (CUAP) logró cumplir un nuevo objetivo. En agosto del año pasado los consultorios externos de atención psicológica seguían siendo un sueño; con las gestiones avanzadas, sí, pero sueño al fin.
Este año ese sueño se transformó en realidad. Se inauguró el servicio de asistencia clínica... y fue un boom: se están dando 40 turnos por semana.
"La demanda es muy alta y no deja de crecer", informó la profesora Luisa Damm de Mazzamuto, secretaria de Extensión de la Facultad de Psicología y responsable del servicio.
Y como la vocación de crecer no se detiene, quienes están a cargo del centro se alegran de poder comunicar a la población que en breve se incorporará el área de Salud Ocupacional, a cargo de los docentes de la cátedra de Psicología Laboral.
Cómo funciona
Según explicó Mazzamuto, se brinda atención clínica a niños, a adolescentes y a adultos. "Todos los postulantes deben pasar por un breve ciclo (cinco sesiones) de admisión, que permite individualizar casos de alto riesgo, que deben, sí o sí, ser derivados. Luego de la admisión se inicia el tratamiento, que tiene una duración máxima de seis meses", añadió.
La atención está en manos de jóvenes profesionales (bajo la supervisión de profesionales experimentados) y tiene un costo mínimo. La idea es que puedan acceder al tratamiento, sin demasiado esfuerzo económico, los sectores de la población en condiciones de vulnerabilidad, los que están imposibilitados de pagar servicios particulares o que carecen de obra social.
El camino recorrido
Desde que abrió sus puertas en el edificio diseñado y construido especialmente para él, en octubre de 2011, el CUAP ha ido sumando servicios y pacientes.
Arrancó con tres áreas: "Evaluación y diagnóstico en el campo del retraso mental y el maltrato infantil", a cargo de la doctora Norma Contini de González; "Evaluación y diagnóstico en adolescentes", responsabilidad de la licenciada María Inés Figueroa; y "Orientación Vocacional", conducida por el doctor Pablo Vallejo.
En una primera etapa, las áreas de retraso y maltrato recibían pacientes solo por derivación institucional. Eso ha cambiado: familiares y docentes que sospechen estar ante problemáticas de este tipo pueden acercarse directamente al CUAP.
Este año ese sueño se transformó en realidad. Se inauguró el servicio de asistencia clínica... y fue un boom: se están dando 40 turnos por semana.
"La demanda es muy alta y no deja de crecer", informó la profesora Luisa Damm de Mazzamuto, secretaria de Extensión de la Facultad de Psicología y responsable del servicio.
Y como la vocación de crecer no se detiene, quienes están a cargo del centro se alegran de poder comunicar a la población que en breve se incorporará el área de Salud Ocupacional, a cargo de los docentes de la cátedra de Psicología Laboral.
Cómo funciona
Según explicó Mazzamuto, se brinda atención clínica a niños, a adolescentes y a adultos. "Todos los postulantes deben pasar por un breve ciclo (cinco sesiones) de admisión, que permite individualizar casos de alto riesgo, que deben, sí o sí, ser derivados. Luego de la admisión se inicia el tratamiento, que tiene una duración máxima de seis meses", añadió.
La atención está en manos de jóvenes profesionales (bajo la supervisión de profesionales experimentados) y tiene un costo mínimo. La idea es que puedan acceder al tratamiento, sin demasiado esfuerzo económico, los sectores de la población en condiciones de vulnerabilidad, los que están imposibilitados de pagar servicios particulares o que carecen de obra social.
El camino recorrido
Desde que abrió sus puertas en el edificio diseñado y construido especialmente para él, en octubre de 2011, el CUAP ha ido sumando servicios y pacientes.
Arrancó con tres áreas: "Evaluación y diagnóstico en el campo del retraso mental y el maltrato infantil", a cargo de la doctora Norma Contini de González; "Evaluación y diagnóstico en adolescentes", responsabilidad de la licenciada María Inés Figueroa; y "Orientación Vocacional", conducida por el doctor Pablo Vallejo.
En una primera etapa, las áreas de retraso y maltrato recibían pacientes solo por derivación institucional. Eso ha cambiado: familiares y docentes que sospechen estar ante problemáticas de este tipo pueden acercarse directamente al CUAP.
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