Por Federico Diego van Mameren
11 Agosto 2013
La democracia aún no es la reina
Las elecciones deberían consagrar la igualdad, porque un hombre implica un voto. Pero las nuestras derrochan desigualdad: ciudadanos pauperizados hoy serán llevados por choferes a votar, y mañana volverán a su realidad. Las internas palaciegas de la Corte tucumana sintetizan el alperovichismo.
Hoy es un día de festejo para la democracia. Es el momento sublime en el que el ciudadano toma la decisión de elegir. Asume su condición de ser libre para expresar lo que siente en las urnas. Las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) sólo advierten que lo que se elige no es a la persona que sentará en el Congreso sino el candidato que competirá el 27 de octubre por esa banca.
Hoy se vota para definir candidatos. En una suerte de espejismo a pocos parece importarles ese mandato. Da la sensación de que salvo algunos que ni siquiera confían en que sus propios amigos los voten, los candidatos ya están definidos. Por eso -bien lo define Juan Manuel Asís en LA GACETA de ayer cuando les llama encuestas- todos quieren que el resultado no termine mañana luego del escrutinio, sino que sirva para octubre.
Estas son las segundas PASO en las que votarán los argentinos. Las anteriores (2011) fueron lapidarias para la oposición. Es ese aprendizaje el que ha quedado patentizado en la sociedad. Cristina cosechó tantos votos que a Duhalde, a Binner y a Carrió no le quedaron ni ganas de pelear. Fueron a los comicios definitivos como un acto testimonial porque ni sumándose todos podían llegarle a los talones a quien, finalmente, fue reelecta. Ese antecedente pisa fuerte hoy. Por eso preocupa tanto al oficialismo cuántos votos sacará. Han trazado una línea que son 400.000 votos. Los más prudentes hablan de un 50% especulando con que no votará el millón de empadronados. En la ingeniera electoral manifiestan que cualquier resultado que esté por debajo de aquella cifra o de ese porcentaje puede llevar a una curva que siga decreciendo hacia octubre. En ese caso la oposición aplaudirá el resultado electoral, aun cuando sus propios números no sean los esperados.
Debemos aprender que en política prever las jugadas del adversario e ir jugando antes que el otro alarga la vida. Pero también está la enseñanza que si hacen varias jugadas de más quedarán al borde de la muerte en el tablero, y el rival esperará su turno pacientemente.
Por eso tanto nerviosismo. Es curioso; en Tucumán se dirimen tan sólo dos internas abiertas: la del Acuerdo Cívico y Social (con siete listas) y la del Frente para la Victoria (dos listas). El resto espera la ratificación del electorado. Sin embargo, cuando se le pregunta a los actores centrales de la contienda responden: vamos a sacar tres, cuatro o dos diputados. Y, precisamente, no es eso lo que se elige. Seguramente, el lunes 12 festejarán como un cumpleaños haber sacado tantos diputados. Los analistas también se irán por esas ramas y no podrán ver el árbol. En todo caso, si estas visiones son inevitables, estas internas son un mal PASO que habrá que revisar.
En el San Martín
El viernes por la noche los que asistieron al teatro San Martín sintieron que se habían internado en "El Túnel del Tiempo" -aquella serie que veíamos en blanco y negro cuando éramos niños-. En el centro del escenario se contorneaba Freddy Mercury. Mientras dirimíamos si estábamos en 2013 o en los 80 que lo vieron brillar y morir empezó a cantar:
Sólo piensa en todas las bocas hambrientas que alimentar, / mira alrededor todo el sufrimiento que creamos, / tantas caras / solitarias dispersas por todas partes, / buscando lo que necesitan. El teatro saltaba, aplaudía y vibraba. Afuera la veda electoral transitaba sus primeras horas.
La democracia celebrará este 10 de diciembre que ha logrado pasar 30 años sin interrupciones. Todo un hito que en vez de vestirse de gala por ser un logro debió haber mantenido la ropa de fajina de la rutina. Votar es una de las acciones excelsas de la democracia; y una democracia plena lleva intrínseca la igualdad de los ciudadanos. Ella se personificaba en aquel axioma de "un hombre = un voto". Sin embargo a medida que la democracia nuestra ha ido madurando y creciendo, el día de las elecciones nos ha dejado pasmado por sus desigualdades y por sus falsedades. Las PASO, con sus espacios gratuitos, han intentado frenar los abusos; pero tal vez tengan que dar muchos pasos más para erradicarlos.
En estos 30 años hemos aprendido que le va mejor a aquel que invierte más plata en los comicios. No son iguales. El mismo ciudadano que durante meses es ignorado en los últimos días ha recibido la visita en su propia casa. De un golpe pasó de ser olvidado a protagonista. Y ese mismo ciudadano, que a veces no tiene para el cospel, hoy será un gran señor al que van a buscarlo a la casa para que sufrague. Hoy trabajarán de ciudadanos calificados y muchos recibirán algo a cambio; pero mañana volverán a ser los pauperizados de siempre. Es difícil entender que las instituciones se consolidan cuando es necesario -así lo declaran los propios protagonistas de la "contienda" electoral- tener hoy al menos $ 500.000 en el bolsillo y unos 10.000 bolsones. Los partidos políticos han sido la evolución que ha permitido ponerle un control a la oligarquía burguesa, pero hoy parece que el tiempo no ha pasado. Sin plata es difícil hacer política. Nuestra democracia ininterrumpida es mayor de edad, pero quienes la transitamos a diario aún no salimos de la adolescencia.
¿Es este el mundo que creamos? / ¿Que hicimos por él? / ¿Es este el mundo que invadimos contra las leyes? / Así parece, al final de todo. / ¿Es esto por lo que estamos viviendo el presente, / el mundo que creamos?
Seguía cantando el cuarteto rosarino mientras el San Martín se deshacía en aplausos.
Increíble
Emilio Herrera Molina es un juez enfermo. No puede jubilarse porque Alperovich no quiere y sus planteos en Tribunales no avanzan porque los vocales de la Corte Suprema de Justicia no están a la altura de las circunstancias. El magistrado ha quedado crucificado por no haber condenado a nadie en la causa por la desaparición de Marita Verón y hoy sufre una privación de Justicia por causas políticas. El destino inexorable mira a los ojos a Herrera Molina y se pierde en los laberintos insondables de la mezquindad. En la Corte Suprema de Justicia no hacen mella las palabras del papa Francisco. No hay diálogo. El presidente, Antonio Estofán, y la vocal, Claudia Sbdar, no se pueden ver. El dúo sintetiza el alperovichismo. Fueron nombrados por el gobernador, forman un mismo cuerpo, pero no quisieran serlo. Los vocales René Goane, Antonio Gandur y Daniel Posse no son simples espectadores de aquella pelea. En otras oportunidades, Estofán reaccionó echándole la culpa a la prensa de lo que en realidad son internas palaciegas. Cuando el viernes empezaba a oscurecer un vocal se animó a decir que hasta deberían pedir sanciones para disciplinar a miembros de la Corte. Una lástima verdaderamente. Son dos expedientes (Verón y Lebbos) los que han crispado los nervios de la vida tribunalicia y también de la Nación, donde cada día que pasa se mira con mayor desprecio a la Justicia tucumana. La Cámpora no es ajena a estas cuestiones.
Sabes que todos los días / nace un niño indefenso, / que necesita cuidado y amor / en un hogar feliz. / En alguna parte, un hombre rico esta sentado en su trono, / esperando la vida pasar, repetía, mientras bailaba Matías Albornoz, la voz de la banda "Dios salve a la reina", que imita a Queen.
No tenía otro
"Vas vos Oscar", le dijo Alperovich a Bercovich cuando la renuncia del secretario general de la Gobernación se confirmó. Flaco favor a las internas judiciales. El elegido es el hijo de la vocal Sbdar y el lugar es el brazo derecho del gabinete. Más allá de los pergaminos que tenga el joven terminará afectando las decisiones de la única dama de la Corte. La independencia de poderes se verá afectada indefectiblemente. Cuando a Alperovich le preguntaron por qué tomó esa decisión, respondió: "no tenía otro". Una nueva estocada a la vieja armada peronista que no soporta estas inesperadas designaciones de jóvenes.
Los tucumanos eligen hoy candidatos que implica reafirmar convicciones democráticas y por lo tanto aportar a un destino común aún a pesar de las grandes diferencias:
¿Es este el mundo que creamos, lo hicimos nuestro? / ¿Es este el mundo que devastamos hasta los huesos? / Si hay un Dios en el cielo, mirándonos, / qué pensará de lo que hicimos en el mundo que Él creo?, escribió en el siglo pasado Mercury, y parecía que cantaba el viernes en el San Martín.
Hoy se vota para definir candidatos. En una suerte de espejismo a pocos parece importarles ese mandato. Da la sensación de que salvo algunos que ni siquiera confían en que sus propios amigos los voten, los candidatos ya están definidos. Por eso -bien lo define Juan Manuel Asís en LA GACETA de ayer cuando les llama encuestas- todos quieren que el resultado no termine mañana luego del escrutinio, sino que sirva para octubre.
Estas son las segundas PASO en las que votarán los argentinos. Las anteriores (2011) fueron lapidarias para la oposición. Es ese aprendizaje el que ha quedado patentizado en la sociedad. Cristina cosechó tantos votos que a Duhalde, a Binner y a Carrió no le quedaron ni ganas de pelear. Fueron a los comicios definitivos como un acto testimonial porque ni sumándose todos podían llegarle a los talones a quien, finalmente, fue reelecta. Ese antecedente pisa fuerte hoy. Por eso preocupa tanto al oficialismo cuántos votos sacará. Han trazado una línea que son 400.000 votos. Los más prudentes hablan de un 50% especulando con que no votará el millón de empadronados. En la ingeniera electoral manifiestan que cualquier resultado que esté por debajo de aquella cifra o de ese porcentaje puede llevar a una curva que siga decreciendo hacia octubre. En ese caso la oposición aplaudirá el resultado electoral, aun cuando sus propios números no sean los esperados.
Debemos aprender que en política prever las jugadas del adversario e ir jugando antes que el otro alarga la vida. Pero también está la enseñanza que si hacen varias jugadas de más quedarán al borde de la muerte en el tablero, y el rival esperará su turno pacientemente.
Por eso tanto nerviosismo. Es curioso; en Tucumán se dirimen tan sólo dos internas abiertas: la del Acuerdo Cívico y Social (con siete listas) y la del Frente para la Victoria (dos listas). El resto espera la ratificación del electorado. Sin embargo, cuando se le pregunta a los actores centrales de la contienda responden: vamos a sacar tres, cuatro o dos diputados. Y, precisamente, no es eso lo que se elige. Seguramente, el lunes 12 festejarán como un cumpleaños haber sacado tantos diputados. Los analistas también se irán por esas ramas y no podrán ver el árbol. En todo caso, si estas visiones son inevitables, estas internas son un mal PASO que habrá que revisar.
En el San Martín
El viernes por la noche los que asistieron al teatro San Martín sintieron que se habían internado en "El Túnel del Tiempo" -aquella serie que veíamos en blanco y negro cuando éramos niños-. En el centro del escenario se contorneaba Freddy Mercury. Mientras dirimíamos si estábamos en 2013 o en los 80 que lo vieron brillar y morir empezó a cantar:
Sólo piensa en todas las bocas hambrientas que alimentar, / mira alrededor todo el sufrimiento que creamos, / tantas caras / solitarias dispersas por todas partes, / buscando lo que necesitan. El teatro saltaba, aplaudía y vibraba. Afuera la veda electoral transitaba sus primeras horas.
La democracia celebrará este 10 de diciembre que ha logrado pasar 30 años sin interrupciones. Todo un hito que en vez de vestirse de gala por ser un logro debió haber mantenido la ropa de fajina de la rutina. Votar es una de las acciones excelsas de la democracia; y una democracia plena lleva intrínseca la igualdad de los ciudadanos. Ella se personificaba en aquel axioma de "un hombre = un voto". Sin embargo a medida que la democracia nuestra ha ido madurando y creciendo, el día de las elecciones nos ha dejado pasmado por sus desigualdades y por sus falsedades. Las PASO, con sus espacios gratuitos, han intentado frenar los abusos; pero tal vez tengan que dar muchos pasos más para erradicarlos.
En estos 30 años hemos aprendido que le va mejor a aquel que invierte más plata en los comicios. No son iguales. El mismo ciudadano que durante meses es ignorado en los últimos días ha recibido la visita en su propia casa. De un golpe pasó de ser olvidado a protagonista. Y ese mismo ciudadano, que a veces no tiene para el cospel, hoy será un gran señor al que van a buscarlo a la casa para que sufrague. Hoy trabajarán de ciudadanos calificados y muchos recibirán algo a cambio; pero mañana volverán a ser los pauperizados de siempre. Es difícil entender que las instituciones se consolidan cuando es necesario -así lo declaran los propios protagonistas de la "contienda" electoral- tener hoy al menos $ 500.000 en el bolsillo y unos 10.000 bolsones. Los partidos políticos han sido la evolución que ha permitido ponerle un control a la oligarquía burguesa, pero hoy parece que el tiempo no ha pasado. Sin plata es difícil hacer política. Nuestra democracia ininterrumpida es mayor de edad, pero quienes la transitamos a diario aún no salimos de la adolescencia.
¿Es este el mundo que creamos? / ¿Que hicimos por él? / ¿Es este el mundo que invadimos contra las leyes? / Así parece, al final de todo. / ¿Es esto por lo que estamos viviendo el presente, / el mundo que creamos?
Seguía cantando el cuarteto rosarino mientras el San Martín se deshacía en aplausos.
Increíble
Emilio Herrera Molina es un juez enfermo. No puede jubilarse porque Alperovich no quiere y sus planteos en Tribunales no avanzan porque los vocales de la Corte Suprema de Justicia no están a la altura de las circunstancias. El magistrado ha quedado crucificado por no haber condenado a nadie en la causa por la desaparición de Marita Verón y hoy sufre una privación de Justicia por causas políticas. El destino inexorable mira a los ojos a Herrera Molina y se pierde en los laberintos insondables de la mezquindad. En la Corte Suprema de Justicia no hacen mella las palabras del papa Francisco. No hay diálogo. El presidente, Antonio Estofán, y la vocal, Claudia Sbdar, no se pueden ver. El dúo sintetiza el alperovichismo. Fueron nombrados por el gobernador, forman un mismo cuerpo, pero no quisieran serlo. Los vocales René Goane, Antonio Gandur y Daniel Posse no son simples espectadores de aquella pelea. En otras oportunidades, Estofán reaccionó echándole la culpa a la prensa de lo que en realidad son internas palaciegas. Cuando el viernes empezaba a oscurecer un vocal se animó a decir que hasta deberían pedir sanciones para disciplinar a miembros de la Corte. Una lástima verdaderamente. Son dos expedientes (Verón y Lebbos) los que han crispado los nervios de la vida tribunalicia y también de la Nación, donde cada día que pasa se mira con mayor desprecio a la Justicia tucumana. La Cámpora no es ajena a estas cuestiones.
Sabes que todos los días / nace un niño indefenso, / que necesita cuidado y amor / en un hogar feliz. / En alguna parte, un hombre rico esta sentado en su trono, / esperando la vida pasar, repetía, mientras bailaba Matías Albornoz, la voz de la banda "Dios salve a la reina", que imita a Queen.
No tenía otro
"Vas vos Oscar", le dijo Alperovich a Bercovich cuando la renuncia del secretario general de la Gobernación se confirmó. Flaco favor a las internas judiciales. El elegido es el hijo de la vocal Sbdar y el lugar es el brazo derecho del gabinete. Más allá de los pergaminos que tenga el joven terminará afectando las decisiones de la única dama de la Corte. La independencia de poderes se verá afectada indefectiblemente. Cuando a Alperovich le preguntaron por qué tomó esa decisión, respondió: "no tenía otro". Una nueva estocada a la vieja armada peronista que no soporta estas inesperadas designaciones de jóvenes.
Los tucumanos eligen hoy candidatos que implica reafirmar convicciones democráticas y por lo tanto aportar a un destino común aún a pesar de las grandes diferencias:
¿Es este el mundo que creamos, lo hicimos nuestro? / ¿Es este el mundo que devastamos hasta los huesos? / Si hay un Dios en el cielo, mirándonos, / qué pensará de lo que hicimos en el mundo que Él creo?, escribió en el siglo pasado Mercury, y parecía que cantaba el viernes en el San Martín.