15 Agosto 2013
ROMA.- Jorge Mario Bergoglio, nacido en Buenos Aires hace 76 años, vio el amistoso en su honor entre Italia y Argentina desde la Casa Santa Marta, un hotel para huéspedes del Vaticano. Allí se aloja desde que fue elegido Papa en marzo, en lugar de en los aposentos papales como sus predecesores. Francisco, al que el oro no lo mueve y probablemente el Papa más futbolero en la historia de la Iglesia católica, esperó ansioso el partido.
Mientras tanto, en la previa Javier Mascherano y el local Gianluigi Buffon plantaron un olivo que él bendijo el martes durante una reunión en el Vaticano. Entonces, un locutor recordó que el ex arzobispo de Buenos Aires había plantado un árbol similar en la emblemática Plaza de Mayo y pidió que el olivo sembrado en el estadio Olímpico romano sirva "para transformar cada encuentro deportivo en el gran encuentro de la humanidad, por la paz y la unidad".
Entre el público del estadio se podía leer una pancarta que decía en italiano "Bergoglio uno di noi" ("Bergoglio uno de los nuestros"). "D10S y el MESSIas", se leída en otra, en alusión a Messi, quien regresó a Barcelona tras la audiencia papal, debido a una lesión. Francisco y "La Pulga" son furor y amantes del fútbol, claro. Al punto que el propio Papa le había dicho al DT italiano Cesare Prandelli que había recibido "muchas invitaciones", pero que en el Vaticano lo reprenderían por "indisciplinado" si iba.
Tampoco asistió el "número dos" de la Santa Sede y también futbolero, el cardenal secretario de Estado, Tarcisio Bertone, aunque sí lo hizo una delegación vaticana de unas 60 personas, entre religiosos y seglares. (Télam)
Mientras tanto, en la previa Javier Mascherano y el local Gianluigi Buffon plantaron un olivo que él bendijo el martes durante una reunión en el Vaticano. Entonces, un locutor recordó que el ex arzobispo de Buenos Aires había plantado un árbol similar en la emblemática Plaza de Mayo y pidió que el olivo sembrado en el estadio Olímpico romano sirva "para transformar cada encuentro deportivo en el gran encuentro de la humanidad, por la paz y la unidad".
Entre el público del estadio se podía leer una pancarta que decía en italiano "Bergoglio uno di noi" ("Bergoglio uno de los nuestros"). "D10S y el MESSIas", se leída en otra, en alusión a Messi, quien regresó a Barcelona tras la audiencia papal, debido a una lesión. Francisco y "La Pulga" son furor y amantes del fútbol, claro. Al punto que el propio Papa le había dicho al DT italiano Cesare Prandelli que había recibido "muchas invitaciones", pero que en el Vaticano lo reprenderían por "indisciplinado" si iba.
Tampoco asistió el "número dos" de la Santa Sede y también futbolero, el cardenal secretario de Estado, Tarcisio Bertone, aunque sí lo hizo una delegación vaticana de unas 60 personas, entre religiosos y seglares. (Télam)