17 Agosto 2013
El Spinit Metalic 6.200 reapareció en el mercado después de muchos años. Valor: $400.
Queda muy poquito, casi nada, para que el termómetro se consolide arriba de los 25 grados y así todas las promesas puedan cumplirse con el correr de las semanas. La temporada de pesca variada está a la vuelta de la esquina y todos se frotan las manos porque creen que este será un buen año, siempre y cuando mejoren las condiciones hídricas.
Los indicios, al menos por ahora, no son pocos. Por ejemplo, antes de que llegaran las bajas temperaturas en El Frontal, por citar solo un caso, se concretaron capturas de dorados, bogas, tarariras y bagres.
"Con el frío la historia cambió. Las diferentes especies se fueron a los lugares más profundos y dejaron de estar tan activos. Ahora hay que esforzarce más en la búsqueda", explicó Carlos Álvarez, uno de los guías más reconocidos de Termas de Río Hondo.
Durante las semanas previas a que florecieran los lapachos -una de las señales más respetadas para saber que comienza la temporada de pesca variada- los "amarillos", las bogas y las tarariras dijeron presente en El Frontal. Varios pescadores coincidieron en señalar que las mejores capturas se concretaron embarcados.
Los mejores dorados se pescaron haciendo trolling o spinning. Las "taruchas" picaron con cebo o artificiales y las bogas se prendieron con el filete de sábalo con colorante rojo que simulaba ser sangre fresca.
Señales y algo más
Hay otras certezas que generan esperanzas entre los pescadores. Los cardúmenes de sábalos -la comida más buscada por diferentes especies- tuvieron un notable crecimiento en los últimos tiempos. Algo similar ocurre con la población de bogas, que después de varias temporadas, volvieron a ser protagonistas de las jornadas de pesca.
Las autoridades de Recursos Naturales de Santiago del Estero tomaron nota de la recuperación y decidieron tomar medidas. Por ejemplo, declararon en veda al dorado hasta el 1 de noviembre. Se los puede capturar, pero la devolución es obligatoria.
Además, se les recomendó a los deportistas en busca de "amarillo" usar de un anzuelo liso o sin rebarba para evitar que el ejemplar termine dañado.
Las especies habilitadas por pescador son bagres (cantidad máxima 10 piezas, tamaño mínimo 30 centímetros), boga y sábalo (en igual cantidad y tamaño), tararira y soco (cantidad máxima de ocho ejemplares de 40 centímetros).
"Ahora más que nunca hay que reforzar los controles para evitar que los furtivos destrocen lo que costó muchos años desarrollar", agrega Álvarez, que con desconfianza destaca que hasta el momento no se produjo ninguna mortandad de peces por la contaminación que genera la industria tucumana.
"Será un desastre si arrojan vinaza", advierte el guía. Y no se equivoca en lo más mínimo. Son tan bajos los niveles de agua que tienen los ríos y El Frontal, que no habrá manera de que haya oxígeno para que la fauna ictícola pueda sobrevivir. La alarma está encendida, ojalá todos se den cuenta que algo malo puede ocurrir.
Los indicios, al menos por ahora, no son pocos. Por ejemplo, antes de que llegaran las bajas temperaturas en El Frontal, por citar solo un caso, se concretaron capturas de dorados, bogas, tarariras y bagres.
"Con el frío la historia cambió. Las diferentes especies se fueron a los lugares más profundos y dejaron de estar tan activos. Ahora hay que esforzarce más en la búsqueda", explicó Carlos Álvarez, uno de los guías más reconocidos de Termas de Río Hondo.
Durante las semanas previas a que florecieran los lapachos -una de las señales más respetadas para saber que comienza la temporada de pesca variada- los "amarillos", las bogas y las tarariras dijeron presente en El Frontal. Varios pescadores coincidieron en señalar que las mejores capturas se concretaron embarcados.
Los mejores dorados se pescaron haciendo trolling o spinning. Las "taruchas" picaron con cebo o artificiales y las bogas se prendieron con el filete de sábalo con colorante rojo que simulaba ser sangre fresca.
Señales y algo más
Hay otras certezas que generan esperanzas entre los pescadores. Los cardúmenes de sábalos -la comida más buscada por diferentes especies- tuvieron un notable crecimiento en los últimos tiempos. Algo similar ocurre con la población de bogas, que después de varias temporadas, volvieron a ser protagonistas de las jornadas de pesca.
Las autoridades de Recursos Naturales de Santiago del Estero tomaron nota de la recuperación y decidieron tomar medidas. Por ejemplo, declararon en veda al dorado hasta el 1 de noviembre. Se los puede capturar, pero la devolución es obligatoria.
Además, se les recomendó a los deportistas en busca de "amarillo" usar de un anzuelo liso o sin rebarba para evitar que el ejemplar termine dañado.
Las especies habilitadas por pescador son bagres (cantidad máxima 10 piezas, tamaño mínimo 30 centímetros), boga y sábalo (en igual cantidad y tamaño), tararira y soco (cantidad máxima de ocho ejemplares de 40 centímetros).
"Ahora más que nunca hay que reforzar los controles para evitar que los furtivos destrocen lo que costó muchos años desarrollar", agrega Álvarez, que con desconfianza destaca que hasta el momento no se produjo ninguna mortandad de peces por la contaminación que genera la industria tucumana.
"Será un desastre si arrojan vinaza", advierte el guía. Y no se equivoca en lo más mínimo. Son tan bajos los niveles de agua que tienen los ríos y El Frontal, que no habrá manera de que haya oxígeno para que la fauna ictícola pueda sobrevivir. La alarma está encendida, ojalá todos se den cuenta que algo malo puede ocurrir.
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