30 Agosto 2013
IMPACTANTE. Así se vio el experimento que realizaron los científicos. REUTERS
La ciencia nos sorprende todos los días. La última noticia (por ahora) es que científicos del Instituto de Biotecnología Molecular de la Academia de las Ciencias Austríacas, en conjunto con sus colegas de la Universidad de Bonn (Alemania) han reproducido las etapas más tempranas del desarrollo del cerebro humano. Lo que se logró en el laboratorio es un "minicerebro" del tamaño de una arveja: el mismo nivel de desarrollo que el de un feto de 9 semanas, pero -se aclaró- incapaz de desarrollar pensamiento.
El proceso
Se colocaron células madre embrionarias y células de la piel de un adulto en unas pequeñas gotas de un gel que funcionaron como soporte, y todo esto en un baño que suministra nutrientes y oxígeno. Allí las células crecieron y se organizaron en secciones diferenciadas del cerebro. Lo más asombroso fue el desarrollo de un hipocampo prematuro, dato interesante pues es una de las áreas del sistema nervioso más involucradas en la memoria del adulto.
Ya comenzaron a aplicarlo
El estudio fue publicado en la revista "Nature" y, según BBC Mundo, ya se aplica para conseguir información sobre ciertas enfermedades. De hecho, ya se ha usado para investigar la microcefalia: una enfermedad por la cual algunas personas desarrollan un cerebro mucho más chico que lo normal. Para investigarlo crearon un "minicerebro" con células de la piel de un paciente con esta enfermedad y descubrieron que las células nerviosas no esperaban el tiempo necesario para alcanzar un número lo suficientemente grande antes de especializarse, lo que afecta el tamaño final del cerebro.
Posibilidades que se abren
Este hallazgo permitirá realizar estudios directamente en tejido cerebral. Juergen Knoblich, uno de los coautores del trabajo, resaltó la trascendencia de este hecho: "el cerebro de animales no tiene las mismas peculiaridades del cerebro humano. Poder modelar el desarrollo del cerebro permitirá estudiar cualquier cosa que ocasione un defecto". "La complejidad del cerebro ha impedido avanzar más en el estudio de las enfermedades neurológicas, por lo que era necesario un sistema celular que simulara las complejas características de este órgano para estudiarlo en profundidad", añadió Knoblich.
Recepción entusiasta Paul Matthews, del Imperial College London, calificó el logro de "alucinante. "Ahora no está pensando, no se está comunicando entre las áreas de la forma que lo haría un cerebro; pero nos da un inicio real y esto será el tipo de herramienta que nos permita entender muchos de los principales trastornos del cerebro", añadió.
"Cualquier técnica que nos dé 'algo como un cerebro' que podamos modificar y mirar cómo se desarrolla, sencillamente tiene que ser emocionante", afirmó Martinb Coatí, del instituto congestivo de la Universidad de Plymouth. "Si los autores están en lo correcto, y su 'cerebro embotellado' se desarrolla de una forma que imita el desarrollo del cerebro humano, entonces su potencial para estudiar enfermedades del desarrollo es claro.
El proceso
Se colocaron células madre embrionarias y células de la piel de un adulto en unas pequeñas gotas de un gel que funcionaron como soporte, y todo esto en un baño que suministra nutrientes y oxígeno. Allí las células crecieron y se organizaron en secciones diferenciadas del cerebro. Lo más asombroso fue el desarrollo de un hipocampo prematuro, dato interesante pues es una de las áreas del sistema nervioso más involucradas en la memoria del adulto.
Ya comenzaron a aplicarlo
El estudio fue publicado en la revista "Nature" y, según BBC Mundo, ya se aplica para conseguir información sobre ciertas enfermedades. De hecho, ya se ha usado para investigar la microcefalia: una enfermedad por la cual algunas personas desarrollan un cerebro mucho más chico que lo normal. Para investigarlo crearon un "minicerebro" con células de la piel de un paciente con esta enfermedad y descubrieron que las células nerviosas no esperaban el tiempo necesario para alcanzar un número lo suficientemente grande antes de especializarse, lo que afecta el tamaño final del cerebro.
Posibilidades que se abren
Este hallazgo permitirá realizar estudios directamente en tejido cerebral. Juergen Knoblich, uno de los coautores del trabajo, resaltó la trascendencia de este hecho: "el cerebro de animales no tiene las mismas peculiaridades del cerebro humano. Poder modelar el desarrollo del cerebro permitirá estudiar cualquier cosa que ocasione un defecto". "La complejidad del cerebro ha impedido avanzar más en el estudio de las enfermedades neurológicas, por lo que era necesario un sistema celular que simulara las complejas características de este órgano para estudiarlo en profundidad", añadió Knoblich.
Recepción entusiasta Paul Matthews, del Imperial College London, calificó el logro de "alucinante. "Ahora no está pensando, no se está comunicando entre las áreas de la forma que lo haría un cerebro; pero nos da un inicio real y esto será el tipo de herramienta que nos permita entender muchos de los principales trastornos del cerebro", añadió.
"Cualquier técnica que nos dé 'algo como un cerebro' que podamos modificar y mirar cómo se desarrolla, sencillamente tiene que ser emocionante", afirmó Martinb Coatí, del instituto congestivo de la Universidad de Plymouth. "Si los autores están en lo correcto, y su 'cerebro embotellado' se desarrolla de una forma que imita el desarrollo del cerebro humano, entonces su potencial para estudiar enfermedades del desarrollo es claro.
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