Santos dispuso militarizar Bogotá para evitar desmanes

Una multitudinaria marcha culminó el jueves con hechos violentos y saqueos a negocios. El intendente capitalino, Gustavo Petro, decretó el toque de queda. La Fuerza Aérea evitará el desabastecimiento

PIQUETES Y DESTROZOS. Miles de manifestantes bogotanos chocaron violentamente con la Policía el jueves. REUTERS PIQUETES Y DESTROZOS. Miles de manifestantes bogotanos chocaron violentamente con la Policía el jueves. REUTERS
31 Agosto 2013

BOGOTÁ.- El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ordenó la militarización de Bogotá para evitar actos de vandalismo como los registrados el jueves, en el marco de una marchas para apoyar la huelga de un sector de los agricultores que llega a 13 días, con piquetes en las rutas y desabastecimiento de productos básicos.

Las movilizaciones en la capital reunieron a más de dos millones de personas y los enfrentamientos dejaron dos jóvenes muertos y 196 heridos, entre manifestantes y policías. Otras tres personas murieron en disturbios registrados en Antioquía, Cundinamarca y Tolima.

Los saqueos en zonas comerciales forzaron al alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, a decretar el toque de queda en los distritos de Ciudad Bolívar, Bosa, Suba y Engativá. Una medida similar fue tomada en Soacha, un municipio contiguo a la capital.

En su anuncio, Santos aseveró que su Gobierno no tolerará actos de violencia en medio de una protesta campesina que calificó de "válida", al anunciar el despliegue de más de 50.000 militares, muchos de los cuales colaborarán con la Policía Nacional en el despeje de las carreteras bloqueadas (los campesinos anunciaron ayer el levantamiento de los cortes, ver "Los campesinos..."). La Fuerza Aérea se encargarán de llevar por avión alimentos a las ciudades más afectadas por los piquetes, para normalizar la situación.

"La paciencia se agota. Hice un enfático llamado para que las marchas se realizaran sin violencia. Muchos lo hicieron, pero infortunadamente varias de estas manifestaciones fueron infiltradas por vándalos que solo quieren causar daño y destrucción. Estos actos nos indignan y nos duelen. No hay protesta por justa que sea que amerite la pérdida de una vida. No vamos a tolerar que los desmanes de unos desadaptados afecten la tranquilidad y mucho menos que esos actos queden impunes", sostuvo en su discurso televisado.

Santos acusó al movimiento izquierdista Marcha Patriótica de impedir los acuerdos que se intentan cerrar con los agricultores, pues "le interesa promover su propia agenda política o sólo quieren desestabilizar". El dirigente de esa agrupación, David Flórez, consideró que la imputación es "una cortina de humo" del Presidente y que si bien apoyan la protesta, no promueve la violencia.

En la huelga participan unos 30.000 cultivadores de papa, cebolla y arroz, así como productores de leche, que le reclaman al Gobierno la reducción en el precio de los insumos y el control de las importaciones, que han aumentado en el marco de los tratados de libre comercio. La protesta es respaldada por camioneros que exigen una rebaja del valor del combustible. Santos promedió precios tope para los fertilizantes y mecanismos para evitar el ingreso de algunos productos que están llegando a Colombia "a precios irrisorios".

El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, a su vez, responsabilizó a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) de presionar a distintos sectores para que se sumen a las manifestaciones para fortalecer sus posiciones.

El Gobierno de Santos y la guerrilla mantienen dificultosas negociaciones en Cuba, con el objetivo de alcanzar una paz que termine con medio siglo de conflictos armados. (DPA-Télam)

Los campesinos negaron ser los responsables 

BOGOTÁ.- Los agricultores que desde hace 12 días protagonizan una huelga en Colombia anunciaron ayer que levantarán los bloqueos de rutas y rechazaron los actos de vandalismo ocurridos el jueves en Bogotá, durante las marchas de apoyo a su movilización.

Los líderes de la protesta advirtieron que, si bien la huelga seguirá, las carreteras serán despejadas para permitir el tránsito de personas y mercancías y evitar así el desabastecimiento de materias primas en las principales ciudades colombianas. "Mantenemos nuestra disposición a dialogar e invitamos a los manifestantes a mantener el paro, pero permitiendo el libre tránsito de los vehículos de todo tipo y apostándonos al borde de las carreteras. Rechazamos enérgicamente los actos de violencia, como lo hemos hecho desde el primer día en que iniciamos el paro", sostuvieron.

Las concentraciones en la capital se desbordaron con la presencia de numerosos encapuchados que confrontaron con la Policía y destruyeron y saquearon vidrieras de la zona céntrica. En las refriegas murieron a balazos un policía y un comerciante, en tanto que decenas de personas fueron detenidas.

Las protestas son particularmente intensas en la región central de Boyacá y en los departamentos de Cundinamarca (centro) y Nariño (suroeste). La huelga ha recibido un amplio respaldo en las redes sociales, en las cuales se han organizado "cacerolazos" contra el Gobierno de Juan Manuel Santos (buscaría la reelección el próximo año) en varias ciudades del interior, de América Latina y de Europa,.

El ministro del Interior, Fernando Carrillo, que encabeza la delegación del Gobierno en las conversaciones en Tunja, agradeció el gesto de los campesinos y consideró que la liberación de las rutas es una acción que "va en la dirección correcta". "Lo que sucedió ayer en el país es una muestra de vandalismo lamentable, ajena al movimiento agrario", afirmó. "Seguirán más marchas en los próximos días si el Gobierno no responde", advirtió Julio Roberto Gómez, presidente de la Confederación General del Trabajo. (Télam-DPA)

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