PERTH, Australia.- "Firmo la victoria por tres puntos de diferencia", había asegurado en la previa Ben Mowen, el hombre que con apenas 17 test matches en su foja de selección había sido elegido como capitán de los Wallabies. Pero cuando el tucumano Nicolás Sánchez estampó la conversión del estupendo try de Juan Manuel Leguizamón, el tercera línea australiano había rebajado sus pretensiones a ese único punto que los ponía por encima de Los Pumas. Así, con esa ansiedad esperaron y festejaron los aussies el pitazo final del (criticado) árbitro galés Nigel Owens.
"Fea victoria de los Wallabies sobre los valerosos Pumas", no dudó en titular el periódico "The Age", y agregó que el equipo argentino bien pudo haber dejado "arrodillado" al 15 oceánico.
Efectivamente, bien pudo haberlo hecho, pero no lo hizo. ¿Por qué? Porque cometió errores, tantos que una Australia aguachenta, sin demasiadas luces, vivió más de ellos que de los aciertos propios. En el segundo tiempo hubo un cambio notable, pero ya se habían regalado 40 minutos. Y eso es lo que más le dolió a los jugadores.
"Nos queda un sabor amargo. Estuvimos más cerca que el año pasado de conseguir una victoria. Es una amargura grande. Fue positiva la reacción del equipo en el segundo tiempo, pero creo que el inicio no fue del todo bueno", reflexionó el tucumano Julio Farías, que mientras estuvo en cancha entregó todo lo que tiene.
Leguizamón, primer Puma en la historia en apoyarle a un try a los tres gigantes del Hemisferio Sur, expresó: "fue mi tercer try seguido, pero eso es un poco de suerte. Hoy fue un jugadón del equipo", subrayó el santiagueño.
Así terminó la gira por Oceanía: con luces y sombras. Ahora quedan dos semanas para ordenar la casa, que se vienen las visitas.
ANALISIS
Ellos deben tener paciencia; nosotros también
Manuel Cardozo - LA GACETA
Otra vez se estuvo a un paso de la victoria. Pero siguen faltando detalles, y mientras eso se mantenga, Los Pumas seguirán dependiendo de la suerte. Los problemas de sincronización en el lanzamiento del line continúan sin ser resueltos. Y si bien lograron estacionarse en campo rival durante la segunda etapa, faltó paciencia para controlar la pelota. Eso los llevó a cometer errores de manejo en el juego corto y el maul.
Lo que se debe remarcar es que con el correr de los partidos, el scrum parece ir consolidándose. También es elogiable la actitud que mostró el equipo al momento de tacklear.
No hay que perder la paciencia. El camino que se eligió es el correcto y los buenos resultados seguramente tardarán un tiempo en llegar. Pero mientras tanto, se debe hacer lo posible para aprovechar las oportunidades que se tengan. Estar más cerca aumenta la moral, pero desperdiciar chances como la ayer, la tira por el suelo.