"El Papa espera que la beatificación del Cura Brochero aumente el fervor de los argentinos"

El nuncio apostólico Emil Paul Tscherrig compartió con los obispos la misa de acción de gracias. Conversó con LA GACETA sobre FranciscoLos obispos presidieron una celebración en acción de gracias.

UNA GRATA SORPRESA. El nuncio apostólico, Emil Paul Tscherrig, se sorprendió con el busto del papa Francisco que está en la sacristía del templo. FOTOS DE MAGENA VALENTIE UNA GRATA SORPRESA. El nuncio apostólico, Emil Paul Tscherrig, se sorprendió con el busto del papa Francisco que está en la sacristía del templo. FOTOS DE MAGENA VALENTIE

Como lo hubiera hecho el papa Francisco, su representante en Argentina, el nuncio apostólico Emil Paul Tscherrig, se quedó hasta el final de la fiesta de beatificación del Cura Brochero y compartió con todos los obispos argentinos la misa en acción de gracias que se ofició ayer por la mañana en el atrio del santuario de Nuestra Señora del Tránsito. Contento, saludando afectuosamente a todos los sacerdotes, se cambió en la sacristía como si fuera uno más del clero diocesano.

No se sobresaltó cuando LA GACETA lo abordó todavía en ese lugar reservado para los sacerdotes. Por el contrario, aceptó gustoso posar al lado de un busto del papa Francisco que adornaba la pequeña habitación atestada de religiosos. Primero se sorprendió al ver la escultura. "¿Es el Papa?" preguntó con cierta desconfianza. "Sí, nada más que se excedieron en la papada", intervino un obispo, acariciando el mentón de la estatua.

"El Papa está con nosotros, él mismo preside la beatificación (a través de su representante), pero también durante el Ángelus, en Roma, ha recordado al Cura Brochero ¡El Papa camina con nosotros! Y espera que ahora la beatificación del Cura Brochero pueda aumentar el fervor del clero, de los obispos y de todos los cristianos de Argentina para ser verdaderamente discípulos de Cristo y misioneros del Evangelio. Esperemos que esta beatificación sea el inicio de una nueva época de evangelización y de renovación también para el interior de la iglesia de Argentina", sostuvo Tscherrig, un sacerdote oriundo de Suiza con una gran carrera diplomática en sus espaldas.

- ¿Es difícil seguir el ritmo del papa Francisco que parece que no duermen nunca?

- (Ríe) Si, es difícil, porque es un Papa muy activo, que tiene muchas iniciativas, mucho vigor. Y todo se basa en su espiritualidad, en su cercanía a Jesús y, sobre todo, por la disponibilidad que tuvo desde el inicio (de su pontificado) de poder servir a Jesús y a la Iglesia.

-¿Usted cree que ha renovado la Iglesia tal como lo vemos desde aquí, desde el laicado?

- Lo que renueva la Iglesia es el Señor a través de su Espíritu, el Espíritu que nos acompaña, que se proyecta en nuestra vida. El Papa, como lo ha dicho él mismo en el inicio de su ministerio, es un instrumento del vigor de la fuerza del Espíritu Santo en nuestro mundo. Yo creo que su misma elección, su expresión, es signo de esta presencia de Dios entre nosotros, dentro de la historia del mundo y también de cada uno de nosotros.

- A ustedes, los sacerdotes que están en contacto con él, ¿les contagia la alegría que vemos siempre en su rostro?

- (Vuelve a sonreir) En realidad nos contagia el gozo, el amor y, sobre todo, la alegría de los argentinos. Como nuncio que soy, representante del Papa en Argentina, para mí es una gracia, un privilegio único el poder servir a la Iglesia de Argentina, que ha donado al mundo un papa latinoamericano y jesuita, es un gozo muy particular.

La fiesta concluyó con una misa, música, baile y fotos

"Deseo unirme a la alegría de la Iglesia en Argentina por la beatificación de este pastor ejemplar, que a lomo de mula recorrió infatigablemente los áridos caminos de su parroquia, buscando, casa por casa, las personas que le habían sido encomendadas para llevarlas a Dios". El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo, leyó este mensaje del Papa Francisco y estallaron los vivas y los aplausos al Pontífice y al nuevo beato. Ocurrió ya avanzada la misa en acción de gracias que concelebraron los obispos argentinos en la pequeña villa Cura Brochero de la Traslasierra de Córdoba.

La multitud se congregó por última vez frente al santuario que fue la parroquia del padre José Gabriel del Rosario Brochero, cuyas paredes de la nave central levantó él mismo junto con la gente del pueblo en 1902. Es posible que nunca más se vuelvan a reunir tantos fieles en esta pequeña localidad. La homilía de ayer estuvo a cargo de monseñor Santiago Olivera, obispo de Cruz del Eje, en cuya diócesis se encuentra el santuario.

El presente de la Iglesia
"Me cuesta hablar de Brochero en pasado, porque él es presente y la Iglesia nos lo presenta como modelo", dijo uno de los prelados más jóvenes del Episcopado. También agradeció a las comunidades religiosas que se dieron cita. Precisamente, las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús de Tucumán estuvieron a pleno en la villa cordobesa. Una delegación de 300 alumnas del colegio participó de cada momento de la beatificación. Las religiosas sienten especial predilección por el beato que fue quien trajo a su fundadora, la hermana Catalina, junto a otras 16 mojas a estas tierras. De hecho, la congregación está a cargo del Museo Brochero, del Colegio del Tránsito y de un hogar para niñas en la villa cordobesa. En la Casa de Belén de Tucumán ellas también realizan los famosos Ejercicios Espirituales Ignacianos que tanto promovía el Cura Brochero.

Modelo
"El nuevo beato es un modelo para nosotros y, especialmente, para los ministros, como también para los que se están formando como pastores. En Brochero hay una verdadera casa y escuela de comunión", resaltó el obispo de Cruz del Eje al tiempo que invitó al Papa Francisco a visitar la localidad.

"Conocer y profundizar la vida de Brochero será una buena oportunidad para llegar a tener un corazón de buen pastor, un pastor con verdadero olor a oveja", concluyó.

Al terminar la misa, la cantata brocheriana se hizo escuchar por varias cuadras a la redonda. Los fieles desplegaron las banderas identificatorias de sus respectivas comunidades parroquiales, bailaron y se sacaron una catarata de fotos. Muchos sacerdotes y monjas que en el pasado habían sido trasladados a otras comunidades se reencontraron en la plaza entre gritos de felicidad y abrazos eternos. La fiesta que se vivió el viernes y el sábado volvió a repetirse ayer.

Varios se amontonaron frente a la urna artesanal de algarrobo que guardará los restos del Cura Gaucho y que se colocó en el atrio La obra representa una montaña con sus caminos sinuosos; en la cima aparece Brochero en su mula malacara y en el corazón de las montañas, las reliquias. La pieza fue realizada por el artista Pablo Méndez, de Neuquén. A la hora del almuerzo, la plaza volvió a quedar desierta, como ocurre cualquier día de invierno

El último consejo
Este fin de semana ocurrió algo muy especial: miles de fieles llegaron a visitar a Brochero, el cura que pasó su vida buscando a los fieles casa por casa. Sin dudas, el beato debe estar muy contento en el Cielo. Y quién sabe... quizás, si hubiese podido, les hubiese dado a todos los que lo visitaron ayer un consejo con el lenguaje campechano que lo caracterizó: "y recuerden: Dios es como los piojos, está en todas partes, pero prefiere a los pobres".

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