Un mes dedicado a la construcción del nuevo poder

Las febriles jornadas de noviembre del 83.

RIERA Y ROMANO NORRI. El gobernador electo y el candidato de la UCR. LA GACETA / FOTO DE ARCHIVO RIERA Y ROMANO NORRI. El gobernador electo y el candidato de la UCR. LA GACETA / FOTO DE ARCHIVO
17 Noviembre 2013
"Alfonsín y Luder coincidieron en la necesidad de deponer antinomias", tituló LA GACETA del 1 de noviembre de 1983. La foto de los candidatos a presidente, el vencedor y el vencido, sintetizaba el clima de época. Habían pasado las elecciones con la victoria de la UCR y en el país se respiraba esperanza. Renacía el optimismo. Pero faltaba poco más de un mes para la asunción de las nuevas autoridades. Noviembre pasó volando, febril, atestado de noticias y de protagonistas. También de rumores. Fueron 30 días dedicados a la veloz construcción del poder, tarea a la que se abocaron los equipos de Raúl Alfonsín y de Fernando Riera.

La derrota fue un terremoto para el PJ. Lorenzo Miguel y Herminio Iglesias eran los mariscales de la derrota. ¿Quiénes habían sacado la cara por el peronismo? Los imbatibles caudillos norteños: Riera, Carlos Juárez (Santiago del Estero), Roberto Romero (Salta), Carlos Snopek (Jujuy), Ramón Saadi (Catamarca) y Carlos Menem (La Rioja). Junto a ellos se alzaba la figura de Saúl Ubaldini, quien toreaba a Alfonsín: "los trabajadores pararán las veces que haga falta". Y mientras tanto, la ortodoxia del partido jugaba sus fichas al retorno de Isabel Perón.

Así como Luder saludó a Alfonsín, Julio César Romano Norri felicitó a Riera en la casa del gobernador electo, en Mendoza primera cuadra. "Es una morada modesta, pero llena de amor", le dijo Riera al candidato radical. Pocas semanas después iniciaría su segundo ciclo en el sillón de Lucas Córdoba.

Mientras tanto regía los destinos de Tucumán el contador Mario Fattor, último interventor de la dictadura cívico-militar. Las cosas no estaban tranquilas. Noviembre se inició con el desalojo de la sede de Fotia, dispuesto por el juez René Padilla, y con un paro de los empleados del antiguo Banco Provincia.

La situación económica era pésima. La ciudadanía se desayunó el 5 de noviembre con un tarifazo del 23% en el transporte (ómnibus y trenes), mientras que la inflación acumulada entre enero y octubre trepaba al 280%. El PBI tucumano había caído un 38% (sólo la industria azucarera disminuyó un 73% su aporte en el período 76-82). Un chiste de Carlos Basurto en LA GACETA lo decía todo: "el pan nuestro de día por medio...", rezaba un feligrés. Vicente Navarro, futuro ministro de Economía, anunció un plan de emergencia en la tapa de LA GACETA. Se fotografió flanqueado por los integrantes de su equipo: Manuel Apaza, Julio Figueroa, Jesús Gordillo y Juan Carlos González Palacios.

Riera le bajó el pulgar a Miguel Nazur y colocó a Jesús María Martínez al frente de la Cámara de Diputados. En el Senado no hubo fricciones: la conducción fue para el ingeniero José Domato. Eran días de permanentes conciliábulos, con la usina de chismes funcionando a pleno.

Lo propio ocurría en Buenos Aires. Alfonsín se instaló en una quinta de la localidad bonaerense de Boulogne, dispuesto a tomar decisiones. Era una Casa de Gobierno paralela, mucho más influyente que la Rosada, donde la administración de Reynaldo Bignone estaba en retirada. En Boulogne recibió Alfonsín a militares, eclesiásticos y embajadores; se contactó con el presidente estadounidense Ronald Reagan; jugó al tenis (tapa de LA GACETA del domingo 13); y recibió consejos de Raúl Prebisch sobre el tratamiento de la deuda externa.

La constitución del gabinete fue la noticia del mes. La sorpresa fue la designación al frente de la Cancillería del joven sociólogo Dante Caputo. Dos tucumanos accedieron al equipo económico de Bernardo Grinspun; Ricardo Campero en la secretaría de Comercio y Eduardo Poliche en la flamante secretaría de Desarrollo Regional. Días después Alfonsín respaldó el nombramiento de un nuevo juez en la Corte Suprema: Carlos Fayt.

El 16 de noviembre murió Jorge Sábato ("Jorjón"), físico, periodista, pensador; hermano del laureado escritor. En tanto, el país se conmovía con la filtración del "Informe Rattenbach", lapidario con los militares que habían conducido la guerra de Malvinas. En los diarios hasta se hablaba de pena de muerte para los ex comandantes Leopoldo Galtieri y Jorge Anaya.

Noticias impensadas pocos meses atrás. Así de rápido cambiaba la Argentina. Tanto que una publicidad de la revista Aquí Está! prometía "policiales al rojo, sexo al desnudo, humor picante y posters prohibidísimos". En la tapa, Noemí Alan movilizaba los ratones. Claro, era una foto inocente comparada con lo que vino después.

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