Atraídos por la chance de un empleo seguro

20 Noviembre 2013
Lejos quedó esa imagen de las Fuerzas Armadas como un espacio en el que sólo podía ingresar una elite. El destino de Juan Alberto Carabajal es el que buscan muchos otros jóvenes de escasos recursos. Ingresar a la Armada les garantiza dejar atrás su pasado de pobre y su futuro de albañil, como sintetiza Juan.

"La Armada les ofrece un proyecto de vida que, además, está sostenido por valores y principios. Además, entrar aquí les abre una expectativa de seguir progresando", definió Alfredo Román Martín, el jefe de la Delegación Naval Tucumán.

Promoción

Después de varios años en los que las inscripciones bajaron estrepitosamente, de un tiempo a esta parte la Armada empezó a difundir en los establecimientos secundarios la opción de formar parte de la Fuerza y eso repuntó el interés de los jóvenes. Tanto que cada año se agotan las resmas de formularios de solicitud de ingreso a las escuelas militares, en búsqueda de un empleo seguro.

Este año se inscribieron para ingresar a la Armada 2.860 jóvenes en todo el país. En Tucumán, rindieron 150 jóvenes. Aprobaron 90. En el país, pasaron la prueba 1.450. El 50% son mujeres "Muchos de los que se inscriben sueñan con subir a la Fragata Libertad, con viajar por el mundo", indicó.

"Las fuerzas armadas son vistas como salida laboral y también hay un importante sector de nuestra comunidad que desea ingresar en la vida militar como profesión. En quienes no tienen una vocación muy marcada, es común que la llama se vaya encendiendo mientras cursan la carrera", resaltó. Tucumán es la sede de los exámenes de ingreso para los aspirantes de todo el NOA (Por informes, concurrir a la sede de José Colombres 118).

Los que ingresan en la escuela de suboficiales tienen la posibilidad de capacitarse en 45 especialidades técnicas. "Esta carrera requiere sí o sí una profunda vocación de servicio. Al militar se lo prepara para que sea capaz de dejar su vida en defensa por la patria. Esto es entrega, sacrificio y mucho servicio", recalcó.

A los estudiantes se les cubre todos los gastos y además se les da alojamiento y una ayuda mensual. Al principio, esas son las cosas que atraen, más allá de que luego descubran que las exigencias son duras en un régimen de internado, con un riguroso entrenamiento y con planes de estudio que los equiparan con institutos terciarios.

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