Emilio J. Cárdenas - Ex embajador argentino ante la ONU
La economía de Chile sigue creciendo y a muy buen ritmo. Con el de Perú, una de los mejores de la región. El "modelo" chileno, abierto y basado en una economía de mercado, funciona bien. Hace progresar. Y la democracia chilena, bien consolidada, acompaña con instituciones sólidas, respetadas por todos. Lo contrario al caos venezolano que muestra el fracaso rotundo del populismo, del dirigismo, de la ignorancia, del capricho y de las mendaces fantasías del ex presidente, Hugo Chávez, y del actual mandatario, Nicolás Maduro.
Chile ingresa ahora en una nueva etapa, después del esperado triunfo en primera vuelta de Michelle Bachelet. Pero lo hace con una envidiable economía, sin mayores sorpresas o herencias. Arrastra aún un problema de pobreza y desigualdades que deberá corregir. También una dependencia del precio del cobre y una oferta y una demanda ajustadas en el sector energético.
Chile tiene el más alto PBI per cápita de America Latina. Unos U$S 22.362 promedio. Está entonces al nivel de los países desarrollados y ha reemplazado a Argentina como un líder regional, y sigue ampliando la distancia. Ocurre que mientras ellos acertaron con su modelo de desarrollo y lo mantuvieron con la necesaria coherencia, nosotros nos equivocamos cada vez que pudimos, y nos hemos hundido en el populismo.
La calidad de la dirigencia política (de todos los colores) ha sido uno de los factores diferenciales entre ambos países. Obviamente, en claro beneficio de Chile. La inflación chilena es razonable: de un 3% anual. Argentina, en cambio, es de un 2% mensual. El desempleo chileno está por debajo de un 6%. El argentino, sólo Dios sabe.
En 2012, Chile ha crecido un 5,6% de su PBI. Este año lo hará presumiblemente cerca del 5%. Argentina está estancada, creciendo a menos del 2%. Tiene una clase media fuerte, pero algo endeudada, pero con altas expectativas de progreso. La pobreza afecta oficialmente al 14,4% de la población, una franja que todavía gana menos de U$S 500 por mes. El 1% más rico de la sociedad se lleva el 31,5% de los ingresos totales.
Para celebrar lo de Chile.