30 Noviembre 2013
El ambiente distendido que se veía en los hoteles donde se hospedan las ocho selecciones que desde hoy compiten en la Liga Mundial de hockey, se esfumó ayer. Los equipos ya palpitan lo que será la jornada inaugural que contempla estos partidos: Inglaterra-Corea del Sur (a las 9), Holanda-Alemania (a las 11.30), Nueva Zelanda-China (a las 18.30) y Argentina-Australia (a las 21).
Aunque el cambio no fue tan brusco en el Hilton y en el Amerian, el hall del hotel Sheraton, en cambio, se volvió una improvisada oficina. Las computadoras, los celulares y la gente moviéndose velozmente de un lado a otro, se repetían por donde se mirara.
En ese hotel, además de cuatro selecciones, se hospedaban árbitros y organizadores, que trabajaban para el campeonato. El estrés y las responsabilidades de último momento cayó sobre todo en los hombros de ellos, y de los padrinos y madrinas de las delegaciones, que necesitaban ultimar detalles para sus equipos. Jorge Martínez Crippa, padrino de Inglaterra buscaba un espacio en su ajetreada jornada para comprar una pileta para llevar al estadio. El objetivo es llenarla con hielo para que las jugadoras se recuperen de los partidos. Zulema Caldez, una de las madrinas de Alemania, contó a LG Deportiva, que ayer harían una nueva visita al súper, para comprar unos $ 500 en agua, al igual que lo hicieron dos días anteriores.
El stress también se sintió en la cancha de Natación y Gimnasia, donde los obreros y los organizadores trabajan a contra reloj para llegar con -casi- todo listo para hoy. A pesar de que el panorama preocupaba a algunos, otros se mostraban confiados. "Desde que estamos aquí el estadio avanzó muy rápido. Son increíbles los cambios de la noche a la mañana, yo creo que si estará listo", opinó Giselle Ansley, una de las jugadoras de Inglaterra.
El optimismo de Ansley se repetía entre las otras jugadoras, que no se contagiaban del estrés que se palpaba en el aire. Las deportistas, en general, se mostraban relajadas y con el mismo buen humor de siempre. Para ellas, la agenda era más distendida. En general, todos los equipos entrenaban una hora y media en la cancha de Natación y Gimnasia, de ahí tenían una serie de charlas técnicas, algunas incluían scooting, visitas médicas y las siempre necesarias comidas y descansos, que en esta ocasión se prolongaron más que otro días.
Aunque la mayoría de los equipos iban a usar su tiempo libre para descansar en su hotel, otros decidieron pasear por la ciudad. Así lo hicieron las neozelandesas, que en la mañana de ayer realizaron una pequeña caminata por la zona del Abasto. Las australianas, que en esta semana se ganaron el título de "las más simpáticas", no descartaban salir a tomar un café por el centro durante la tarde.
Las que no se relajaron tanto fueron las coreanas, que por un error en el cronograma no pudieron entrenar tanto tiempo como pretendían en lo que fue su última práctica antes de su debut, hoy a las 9, ante Inglaterra. Aún así, le hicieron frente a la circunstancia y pasaron un mediodía ameno, al ir a comer a un restaurante internacional chino, en el centro tucumano. De esta manera, se cerró la previa, es hora del show.
Aunque el cambio no fue tan brusco en el Hilton y en el Amerian, el hall del hotel Sheraton, en cambio, se volvió una improvisada oficina. Las computadoras, los celulares y la gente moviéndose velozmente de un lado a otro, se repetían por donde se mirara.
En ese hotel, además de cuatro selecciones, se hospedaban árbitros y organizadores, que trabajaban para el campeonato. El estrés y las responsabilidades de último momento cayó sobre todo en los hombros de ellos, y de los padrinos y madrinas de las delegaciones, que necesitaban ultimar detalles para sus equipos. Jorge Martínez Crippa, padrino de Inglaterra buscaba un espacio en su ajetreada jornada para comprar una pileta para llevar al estadio. El objetivo es llenarla con hielo para que las jugadoras se recuperen de los partidos. Zulema Caldez, una de las madrinas de Alemania, contó a LG Deportiva, que ayer harían una nueva visita al súper, para comprar unos $ 500 en agua, al igual que lo hicieron dos días anteriores.
El stress también se sintió en la cancha de Natación y Gimnasia, donde los obreros y los organizadores trabajan a contra reloj para llegar con -casi- todo listo para hoy. A pesar de que el panorama preocupaba a algunos, otros se mostraban confiados. "Desde que estamos aquí el estadio avanzó muy rápido. Son increíbles los cambios de la noche a la mañana, yo creo que si estará listo", opinó Giselle Ansley, una de las jugadoras de Inglaterra.
El optimismo de Ansley se repetía entre las otras jugadoras, que no se contagiaban del estrés que se palpaba en el aire. Las deportistas, en general, se mostraban relajadas y con el mismo buen humor de siempre. Para ellas, la agenda era más distendida. En general, todos los equipos entrenaban una hora y media en la cancha de Natación y Gimnasia, de ahí tenían una serie de charlas técnicas, algunas incluían scooting, visitas médicas y las siempre necesarias comidas y descansos, que en esta ocasión se prolongaron más que otro días.
Aunque la mayoría de los equipos iban a usar su tiempo libre para descansar en su hotel, otros decidieron pasear por la ciudad. Así lo hicieron las neozelandesas, que en la mañana de ayer realizaron una pequeña caminata por la zona del Abasto. Las australianas, que en esta semana se ganaron el título de "las más simpáticas", no descartaban salir a tomar un café por el centro durante la tarde.
Las que no se relajaron tanto fueron las coreanas, que por un error en el cronograma no pudieron entrenar tanto tiempo como pretendían en lo que fue su última práctica antes de su debut, hoy a las 9, ante Inglaterra. Aún así, le hicieron frente a la circunstancia y pasaron un mediodía ameno, al ir a comer a un restaurante internacional chino, en el centro tucumano. De esta manera, se cerró la previa, es hora del show.
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