09 Diciembre 2013
“MANTO DE PRÓSPERO”. Obra en papel laqueado y grabado de cuatro por seis metros.
Matilde Marín ha expuesto en numerosos países tras perfeccionarse en Suiza en las técnicas del grabado. Ya en 1992 fue distinguida con el Premio Konex de Platino a las Artes Visuales en la especialidad grabado. Con posterioridad a esa fecha ha ido incorporando a su obra gráfica la fotografía y el video, actividades en las que ha recibido similar reconocimiento al que obtuvo como grabadora. Sus obras se encuentran en colecciones de museos en América Latina y Europa; integra actualmente la Academia Nacional de Bellas Artes.
Marín se encuentra en Tucumán para actuar como jurado del salón de la provincia, que se inaugurará el viernes en el Museo Timoteo Navarro. Afirma que conseguir llegar con el mensaje que desea enviar y la calidad de la obra es algo que le preocupa siempre al momento de las evaluaciones, y está convencida de que el arte no puede cambiar el mundo.
Durante una entrevista con LA GACETA, la artista aseguró que el grabado es una de las pocas especialidades que permite la experimentación tecnológica que nos ha invadido desde los 60.
- ¿Con qué conceptos realizás tus obras? ¿Cuál es tu proceso de creación?
- Estoy interesada en desarrollar series temáticas de cuerpo de obra. El punto de partida puede ser una noticia en un periódico, algo que veo en un paisaje o en la calle y me dispara una idea. A veces trabajo dos o tres series diferentes simultáneamente. El método de trabajo con el que inicié la profesión en 1984 cambió, como cambió mi obra. Salí de una escuela donde había que enfrentarse con un papel en blanco, donde lo técnico era muy importante. Actualmente, los artistas nos vemos en situación de viajar de manera intensa, ya que el circuito del arte se expandió. Divido mi trabajo en el desarrollo de la idea y puedo trabajar muy bien en la soledad de un largo viaje de avión, por ejemplo. Luego, al regresar, comienza el trabajo real y directo ya en el taller.
- Instalaciones, performances, fotografía, grabado, videos… ¿Qué herramienta te interesa más para expresar lo que querés decir?
- Me inicié trabajando el grabado y la obra en papel, técnicas y materiales que me siguen apasionando. Luego incluí la fotografía y el video; todos estos son los medios con los que siento que puedo decir y mostrar ciertas cosas que me interesan y agrego el “Libro de Artista”; como dicen los franceses: “la invención de un género”, que creo que es cierto, pero permite un trabajo muy creativo cuando se lo aprende a desarrollar.
- En tus obras, ¿hay un discurso que quieras transmitir?
- Mi primera etapa estuvo unida a lo que llamé trabajar a partir de la “memoria interna del hombre”; mi producción actual está focalizada en el rol del artista como “testigo”, registrando a través del papel, la fotografía y el video, relatos sobre el mundo que habitamos, situaciones que se relacionan con el paisaje puro y su alteración natural o artificial. El registro social del entorno urbano también está presente en varias de mis series de obra como “Bricolage Contemporáneo”, producido entre los años 2002 y 2005, proyecto presentado en el Malba que muestra la recolección urbana a través de registros fotográficos realizados en Latinoamérica. Actualmente trabajo en un proyecto que es un gran desafío, “Proyecto Pharus o la luz que guía el destino de los hombres”. Es la traducción en griego antiguo. Estoy documentando faros emblemáticos de diferentes partes del mundo, faros que hayan significado algo para la humanidad. En cada viaje de trabajo trato de llegar a alguno de ellos.
- Cuando tenés que evaluar un trabajo, ¿en qué te detenés?
- Qué cosas son importantes para mi…conseguir llegar con el mensaje que deseo enviar, la calidad... soy muy exigente con el final de la obra. También hay obras que hay que esperar que maduren, quizás un año o dos, antes de mostrarlas. A veces es difícil decidirlo, pero hay que aceptarlo. En mi estudio trabajo con asistentes que manejan diferentes áreas y al momento de evaluar suelo escucharlos y se generan conversaciones que son muy valiosas para mi trabajo.
- ¿El arte puede cambiar el mundo?
- Es una bella e interesante pregunta. Muchas veces he pensado qué situaciones o comportamientos pueden ayudar a cambiar el mundo. Creo que el arte no puede cambiar el mundo, pero sí influir para que el mundo mejore. Los artistas tenemos cierta capacidad de mirar y mostrar situaciones que pasan desapercibidas, y si la utilizamos bien creo que esto puede influir definitivamente.
- Muchos creen que el grabado se ha detenido en el tiempo, aunque para otros es el género más proclive a la experimentación tecnológica.
- El grabado es una de las pocas especialidades que permite esa experimentación tecnológica que nos ha invadido desde los años 60; ha sido el inspirador de la técnica mixta y actualmente acompaña muchos procesos y resoluciones técnicas de artistas que no son grabadores pero que se valen de ciertas soluciones, aunque ellos mismos no se den cuenta. Sé que siempre planea la idea de que está detenido en el tiempo; creo que crear grabado contemporáneo es un inevitable desafío de los jóvenes grabadores.
Marín se encuentra en Tucumán para actuar como jurado del salón de la provincia, que se inaugurará el viernes en el Museo Timoteo Navarro. Afirma que conseguir llegar con el mensaje que desea enviar y la calidad de la obra es algo que le preocupa siempre al momento de las evaluaciones, y está convencida de que el arte no puede cambiar el mundo.
Durante una entrevista con LA GACETA, la artista aseguró que el grabado es una de las pocas especialidades que permite la experimentación tecnológica que nos ha invadido desde los 60.
- ¿Con qué conceptos realizás tus obras? ¿Cuál es tu proceso de creación?
- Estoy interesada en desarrollar series temáticas de cuerpo de obra. El punto de partida puede ser una noticia en un periódico, algo que veo en un paisaje o en la calle y me dispara una idea. A veces trabajo dos o tres series diferentes simultáneamente. El método de trabajo con el que inicié la profesión en 1984 cambió, como cambió mi obra. Salí de una escuela donde había que enfrentarse con un papel en blanco, donde lo técnico era muy importante. Actualmente, los artistas nos vemos en situación de viajar de manera intensa, ya que el circuito del arte se expandió. Divido mi trabajo en el desarrollo de la idea y puedo trabajar muy bien en la soledad de un largo viaje de avión, por ejemplo. Luego, al regresar, comienza el trabajo real y directo ya en el taller.
- Instalaciones, performances, fotografía, grabado, videos… ¿Qué herramienta te interesa más para expresar lo que querés decir?
- Me inicié trabajando el grabado y la obra en papel, técnicas y materiales que me siguen apasionando. Luego incluí la fotografía y el video; todos estos son los medios con los que siento que puedo decir y mostrar ciertas cosas que me interesan y agrego el “Libro de Artista”; como dicen los franceses: “la invención de un género”, que creo que es cierto, pero permite un trabajo muy creativo cuando se lo aprende a desarrollar.
- En tus obras, ¿hay un discurso que quieras transmitir?
- Mi primera etapa estuvo unida a lo que llamé trabajar a partir de la “memoria interna del hombre”; mi producción actual está focalizada en el rol del artista como “testigo”, registrando a través del papel, la fotografía y el video, relatos sobre el mundo que habitamos, situaciones que se relacionan con el paisaje puro y su alteración natural o artificial. El registro social del entorno urbano también está presente en varias de mis series de obra como “Bricolage Contemporáneo”, producido entre los años 2002 y 2005, proyecto presentado en el Malba que muestra la recolección urbana a través de registros fotográficos realizados en Latinoamérica. Actualmente trabajo en un proyecto que es un gran desafío, “Proyecto Pharus o la luz que guía el destino de los hombres”. Es la traducción en griego antiguo. Estoy documentando faros emblemáticos de diferentes partes del mundo, faros que hayan significado algo para la humanidad. En cada viaje de trabajo trato de llegar a alguno de ellos.
- Cuando tenés que evaluar un trabajo, ¿en qué te detenés?
- Qué cosas son importantes para mi…conseguir llegar con el mensaje que deseo enviar, la calidad... soy muy exigente con el final de la obra. También hay obras que hay que esperar que maduren, quizás un año o dos, antes de mostrarlas. A veces es difícil decidirlo, pero hay que aceptarlo. En mi estudio trabajo con asistentes que manejan diferentes áreas y al momento de evaluar suelo escucharlos y se generan conversaciones que son muy valiosas para mi trabajo.
- ¿El arte puede cambiar el mundo?
- Es una bella e interesante pregunta. Muchas veces he pensado qué situaciones o comportamientos pueden ayudar a cambiar el mundo. Creo que el arte no puede cambiar el mundo, pero sí influir para que el mundo mejore. Los artistas tenemos cierta capacidad de mirar y mostrar situaciones que pasan desapercibidas, y si la utilizamos bien creo que esto puede influir definitivamente.
- Muchos creen que el grabado se ha detenido en el tiempo, aunque para otros es el género más proclive a la experimentación tecnológica.
- El grabado es una de las pocas especialidades que permite esa experimentación tecnológica que nos ha invadido desde los años 60; ha sido el inspirador de la técnica mixta y actualmente acompaña muchos procesos y resoluciones técnicas de artistas que no son grabadores pero que se valen de ciertas soluciones, aunque ellos mismos no se den cuenta. Sé que siempre planea la idea de que está detenido en el tiempo; creo que crear grabado contemporáneo es un inevitable desafío de los jóvenes grabadores.
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