La UE compartirá los costos de cerrar un banco

Los países que integran el bloque económico avanzan para modificar los mecanismos de asistencia a las entidades de crédito. La propuesta, que elaboró Lituania, consiste en repartir gradualmente las cargas hasta ser compartidas en forma equitativa por las naciones en un plazo de 10 años.

SALVAR LA MONEDA COMUNITARIA. España e Irlanda prescinden de los rescates financieras. Lentamente, los países del bloque fortalecen el euro. reuters SALVAR LA MONEDA COMUNITARIA. España e Irlanda prescinden de los rescates financieras. Lentamente, los países del bloque fortalecen el euro. reuters
15 Diciembre 2013
BRUSELAS.- El costo de cerrar un banco de la zona euro, inicialmente, será asumido casi por completo por el país de base. Sin embargo, las obligaciones de los socios del bloque aumentarán gradualmente para ser compartidas de forma equitativa luego de 10 años. Así lo estableció una propuesta de la Unión Europea (UE) que se divulgó ayer.

La propuesta, preparada por las autoridades bancarias de Lituania en su calidad de presidente rotativo de la UE, será discutida en una reunión extraordinaria que mañana mantendrán altos funcionarios del bloque económico que integran países del Viejo Continente.

Tras la tormenta financiera que provocó la debacle de bancos españoles, y que arrastró a países desde Irlanda a España, las naciones europeas analizan nuevos sistemas y modificaciones para afrentar la eventual quiebra de grandes prestamistas, uno de los pilares de una reforma más amplia que prepara el bloque europeo, denominada “unión bancaria”. Si el acuerdo se concreta antes de una cumbre de la UE, que se celebrará en Bruselas el 19 y el 20 de diciembre, la canciller alemana, Angela Merkel, y sus pares obtendrían un importante triunfo en la reforma del sistema bancario.

El objetivo de la unión bancaria es que, en el futuro, sean los accionistas y los acreedores de las entidades, y no los contribuyentes, los que paguen quiebras bancarias. Además, se busca evitar fiascos como el rescate de Chipre, donde se intentó imponer quitas incluso a los depósitos de menos de 100.000 euros, lo que se conoció como el primer corralito europeo.

Fondos propios

De acuerdo a la propuesta que trascendió, el costo para cerrar un banco en el primer año de la operación sería cubierto por completo por un fondo creado por el país donde la entidad tiene su base. Aquellos fondos serían establecidos en cada nación que integra la zona euro, y financiados por desembolsos periódicos de las entidades crediticias en sus respectivas naciones. Según la iniciativa, los desembolsos representarán cada año el 0,1% de los depósitos garantizados que posean los bancos.

Los fondos alcanzarán el 1% de todos los depósitos asegurados luego de 10 años. Si el dinero acumulado por el pago de los bancos en los países sede, en el primer año, es insuficiente para financiar el cierre de algún prestamista, otros fondos de la zona euro deberán contribuir con hasta 10% de sus recursos.

En el segundo año, en tanto, el fondo de un país sede se vería obligado a usar hasta el 90% de su dinero acumulado para financiar el costo que demande la quiebra de un banco antes de pedir ayuda a sus socios de la zona euro, que deberán otorgar hasta el 20% de sus dineros ahorrados para ayudar a la recuperación de la entidad afectada.

La obligación del país sede, antes de poder solicitar asistencia de sus socios del bloque, declinaría en un 10% cada año. Además, el requerimiento potencial de otras naciones de la zona euro subiría en 10% al mismo tiempo. 

Según el documento, de esta manera, hacia el décimo año, el fondo del país de base sólo tendrá que contribuir con el 10% del dinero acumulado antes de pedir asistencia a la zona euro, que se verían obligados a aportar la suma que sea necesaria (hasta el 100% de sus fondos totales) para pagar por el cierre de un banco. Si el costo de cerrar una entidad en cualquiera de los 10 años de transición supera la contribución combinada del país sede y la ayuda proporcional de otros fondos, la nación involucrada deberá imponer un tributo adicional a su propio sector bancario. (Reuters)

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