29 Enero 2014
GINEBRA.- Las diferencias sobre el futuro político del presidente Bashar Al Assad paralizaron las negociaciones por la paz en Siria. Las conversaciones estuvieron demoradas siete horas ayer en Ginebra debido a que los opositores exigen la dimisión de Al Assad.
El mediador internacional para Siria, Lakhdar Brahimi, anunció ayer que el diálogo durará hasta el viernes. “No logramos ningún avance, pero lo seguimos intentado”, sostuvo. Según explicó Brahimi, la oposición presentó su propuesta sobre la formación de un gobierno de transición. Tras ello, los representantes del gobierno pidieron una pausa para poder discutirla con el Ejecutivo de Damasco. Pero hasta ahora la delegación oficialista ha rechazado de forma categórica la renuncia de Al Assad.
Por su parte, el viceministro de Exteriores sirio Feisal al Meqdad consideró que la salida de Al Assad del poder sería una “fórmula para la destrucción de Siria”, ya que “la presencia del presidente asegura que el país superará esta crisis”.
Simultáneamente, el gobierno y la oposición tampoco se ponen de acuerdo con respecto a las medidas humanitarias para los cerca de 3.000 civiles que se encuentran en la asediada ciudad vieja de Homs, en el centro de Siria.
El domingo, Brahimi anunció que el gobierno había accedido a la evacuación de mujeres, niños y ancianos atrapados en el bastión rebelde, que está siendo asediado por las fuerzas de Al Assad desde julio. Sin embargo, la oposición rechazó la propuesta y argumentó que en lugar de ello debería permitirse la entrada de un convoy con ayuda que se encuentra a las puertas de la ciudad, listo para proporcionar alimentos a la población.
La ONU está lista para hacer llegar comida a las 2.500 personas de Homs tan pronto como ambos bandos alcancen un acuerdo que permita su entrada, informó el Programa Mundial de Alimentos (PMA). “Esperamos luz verde desde hace días para que finalmente puedan entrar”, explicó la portavoz del PMA, Elisabeth Byrs.
Cerca de 1,6 millón de habitantes de las regiones del noreste y de la zona rural de Damasco sufren los efectos del asedio. (DPA)
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