22 Febrero 2014
REPASO. Las chicas leen sus apuntes para rendir en marzo.
Por Silvia Bonetta de Scartascini - Profesora de psicopedagogía
En las instituciones educativas observamos que hay alumnos comprometidos y otros que se llevan a rendir muchas materias. Nos asombramos con los que tienen 10 asignaturas pendientes y que son reprobados mesa tras mesa. Cuando esto ocurre, tendríamos que tener en cuenta cómo desarrollar el proyecto de vida de los jóvenes. Si no se hacen cargo de sus obligaciones, nos deberíamos preguntar cómo valoran el esfuerzo que hacen sus padres para brindarles una educación digna. En este sentido, es recomendable cambiar la educación con clases que motiven a los alumnos con el fin de evitar el fracaso escolar. Son muchos los factores que inciden en esta problemática: la formación de hábitos de estudios, la organización de vida familiar, la mala alimentación –produce pérdida de atención-, entre otros. La obligación de las familias es brindar un espacio para la formación educativa de los adolescentes.
Para que los jóvenes estudien de forma metodológica en vez de dejar todo para último momento, la escuela necesita fortalecer el diálogo con las familias. Los padres tienen que a acompañar a sus hijos para que puedan elegir el camino que los guiará en el futuro. Si estas personas aprenden desde chicos a guardar cierto orden, mejorarán la comprensión y sus hábitos de estudios.
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