Un viaje metafórico de cuerpos en el espacio

“Nadie puede ser alguien (Alguien puede ser nadie)” se estrenará el viernes. Se trata de un espectáculo no narrativo. Dos versiones

ENSAYO. Sobre los bailarines actores, se proyectarán imágenes que interactuarán con ellos.  gentileza foto de benjamín tannuré ENSAYO. Sobre los bailarines actores, se proyectarán imágenes que interactuarán con ellos. gentileza foto de benjamín tannuré
24 Febrero 2014
Carlos Osatinsky y Fernando Nicolás Pelliccioli, artistas argentinos residentes en Berlín, Alemania, presentarán en esta ciudad “Nadie puede ser alguien (Alguien puede ser nadie)”, un espectáculo de danza contemporánea y arte multimedia.

“Es un espectáculo de danza no narrativa donde el acento está en cómo el cuerpo puede físicamente mutar, cómo ‘uno’ se vuelve ‘otro’, cómo un intérprete se transforma ante los demás y quizás en los demás, cómo el ‘tu’ y el ‘yo’ giran alrededor entre sí creando nuevos patrones de movimiento que se despliegan en un juego de abstracción y formaciones reconocibles”, explicaron los directores a LA GACETA.

La obra tiene como novedad que se presentará en dos versiones complementarias del mismo trabajo, en dos salas distintas. El primero de los estrenos será el viernes, a las 22, en la sala La Gloriosa (San Luis 836). Allí habrá funciones el 1 y 2 de marzo también. Luego, se reestrenará, en una nueva versión, acorde a la sala, el 5 de marzo, a las 22, en El Árbol de Galeano (Virgen de la Merced 435), función que se repetirá el 6, en el mismo horario.

Elenco

La creación e intérpretes del espectáculo son Javier Ale, Popi Cabrera, Alejandro Elías, Silvina Koss y Fernando Nicolás Pelliccioli. El espacio, sonido y video es una creación de Carlos Osatinsky. El diseño de arte y asistencia técnica está a cargo de Tuni Juárez y la prensa y difusión corresponde a Benjamín Tannuré Godward.

El trabajo en sí se apoya en mutaciones concretas de puntos de mira, desafiando las percepciones sensitivas del espectador. Para ello, el espacio y el cuerpo de las intérpretes serán intervenidos por imágenes de video superpuestas y por un clima sonoro cuya función es crear estímulos visuales, áuricos y semánticos. Por momento estos proveerán un contexto que tiende a lo concreto; en otros, las imágenes actuarán como capas paralelas para que emerjan perspectivas múltiples hacia un sentido mutante de realidad, contaron Pelliccioli y Osatinsky. “Se tratará de un viaje, convertido en danza, a través de la presencia inesencial”, añadieron.

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