27 Febrero 2014
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La muerte de Paco de Lucía sacudió el mundo de la música, que llora con desgarro la partida, a los 66 años, del guitarrista y compositor. Si de flamenco hablamos, para muchos fue el más grande. “Ha dignificado el arte flamenco y ha convertido la guitarra flamenca en instrumento de entendimiento universal”, resumió Tomatito, el otro gran intérprete del género.
Según el cantaor José Mercé el flamenco no tendrá un monstruo de la guitarra como Paco de Lucía en los próximos 200 años. “Más de lo que ha hecho Paco por el flamenco no lo ha hecho nadie”, enfatizó. Y siguieron los elogios. “El entendido del flamenco, al que le gusta el flamenco y lo admira, sabe que Camarón de la Isla y Paco de Lucía han sido los dos pilares más importantes”, sostuvo la cantaora Niña Pastori.
En estas tierras
Tucumán recibió a Paco de Lucía en abril de 1980. Se presentó en el teatro San Martín acompañado por su hermano, Ramón de Algeciras, y por un conjunto de flauta (Jorge Pardo), bajo (José Pereira) y percusión (Rubén Dantas). Interpretaron música flamenca compuesta por De Lucía y temas de Manuel de Falla.
La “Danza del fuego” fue el punto más alto del recital, según la crónica de LA GACETA. “Con su guitarra, Paco de Lucía tiene la excepcional capacidad de convocar una verdadera atmósfera espiritual que se cierne sobre su público hasta atraparlo”, consignó el artículo, publicado el domingo 13 de abril. “Pero, sobre todo, él tiene además la virtud del talento técnico, manifestada en un dominio del punteado y el rasguido, del mordiente y el trino, que le permiten dibujos melódicos coloridos, efectos rítmicos precisos, una definida conciencia del valor de las pausas”, añadió la nota.
Inesperado
El guitarrista repartía su vida entre España y México, donde desde hace tiempo tenía una casa. En Cancún había encontrado tranquilidad e intimidad. Allí murió de un infarto. Estaba en la playa jugando con uno de sus hijos pequeños cuando se sintió mal. Lo llevaron a un sanatorio, pero no hubo manera de salvarlo. Sus familiares apuntan que su salud era muy buena. Nada hacía presagiar ese final.
La importancia de Paco de Lucía, compositor de más de 200 piezas, era tal que las muestras de pesar trascendieron el mundo del flamenco. El Ayuntamiento de Algeciras decretó tres días de luto oficial en los que quedaron suspendidos los actos institucionales.
La fusión del flamenco con el jazz fue una de las contribuciones más admirable de Paco de Lucía. Sus encuentros con Chick Corea, John McLaughlin y Al Di Meola fueron antológicos. En 2010 la prestigiosa universidad estadounidense Berklee College of Music le confirió el doctorado honoris causa. Pero más allá de la infinidad de premios que ganó, hay una frase del virtuoso Mark Knopfler que resume todas las opiniones: “al verle he entendido que no sé tocar la guitarra”.
Según el cantaor José Mercé el flamenco no tendrá un monstruo de la guitarra como Paco de Lucía en los próximos 200 años. “Más de lo que ha hecho Paco por el flamenco no lo ha hecho nadie”, enfatizó. Y siguieron los elogios. “El entendido del flamenco, al que le gusta el flamenco y lo admira, sabe que Camarón de la Isla y Paco de Lucía han sido los dos pilares más importantes”, sostuvo la cantaora Niña Pastori.
En estas tierras
Tucumán recibió a Paco de Lucía en abril de 1980. Se presentó en el teatro San Martín acompañado por su hermano, Ramón de Algeciras, y por un conjunto de flauta (Jorge Pardo), bajo (José Pereira) y percusión (Rubén Dantas). Interpretaron música flamenca compuesta por De Lucía y temas de Manuel de Falla.
La “Danza del fuego” fue el punto más alto del recital, según la crónica de LA GACETA. “Con su guitarra, Paco de Lucía tiene la excepcional capacidad de convocar una verdadera atmósfera espiritual que se cierne sobre su público hasta atraparlo”, consignó el artículo, publicado el domingo 13 de abril. “Pero, sobre todo, él tiene además la virtud del talento técnico, manifestada en un dominio del punteado y el rasguido, del mordiente y el trino, que le permiten dibujos melódicos coloridos, efectos rítmicos precisos, una definida conciencia del valor de las pausas”, añadió la nota.
Inesperado
El guitarrista repartía su vida entre España y México, donde desde hace tiempo tenía una casa. En Cancún había encontrado tranquilidad e intimidad. Allí murió de un infarto. Estaba en la playa jugando con uno de sus hijos pequeños cuando se sintió mal. Lo llevaron a un sanatorio, pero no hubo manera de salvarlo. Sus familiares apuntan que su salud era muy buena. Nada hacía presagiar ese final.
La importancia de Paco de Lucía, compositor de más de 200 piezas, era tal que las muestras de pesar trascendieron el mundo del flamenco. El Ayuntamiento de Algeciras decretó tres días de luto oficial en los que quedaron suspendidos los actos institucionales.
La fusión del flamenco con el jazz fue una de las contribuciones más admirable de Paco de Lucía. Sus encuentros con Chick Corea, John McLaughlin y Al Di Meola fueron antológicos. En 2010 la prestigiosa universidad estadounidense Berklee College of Music le confirió el doctorado honoris causa. Pero más allá de la infinidad de premios que ganó, hay una frase del virtuoso Mark Knopfler que resume todas las opiniones: “al verle he entendido que no sé tocar la guitarra”.
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