En Lules, el Plata y el Capitol convocaban a multiudes

La sala de 9 de Julio 9 perduró casí medio siglo. La otra, ubicada en San Martín 131, sobrevivió durante la década del 60. En el 90 ya no existían.

EX EL PLATA. Casi cinco décadas, con algunas interrupciones, funcionó el cine más antiguo y concurrido de Lules. Hoy el local es sede de una mueblería. LA GACETA / FOTOS DE OSVALDO RIPOLL EX EL PLATA. Casi cinco décadas, con algunas interrupciones, funcionó el cine más antiguo y concurrido de Lules. Hoy el local es sede de una mueblería. LA GACETA / FOTOS DE OSVALDO RIPOLL

La mayoría de los cines de pueblo cerraron irreversiblemente sus puertas. En algunos casos, se remodelaron las salas que cobijaban en sus trazados para dar lugar a nuevos emprendimientos. En otros, se optó por la demolición definitiva para adecuar el espacio a los lineamientos que plantea la urbanización.

Incluso es posible que, a modo de testimonio, algún pueblo o ciudad -como Monteros- haya intentado preservar la vieja sala de cine para que las nuevas generaciones no olviden el pasado de sus mayores.

Una cuestión del pasado

Pero, en la mayoría de ellos, el cine es una cuestión del pasado. Un recuerdo sólo almacenado en el inconsciente de los memoriosos. Y esos memoriosos son los que disponen de la alforja más preciada para rescatar del olvido lo que a veces poco importa evocar. En cada pueblo o ciudad, en el que alguna vez funcionó una sala de cine, quedan las pistas de aquellos que pudieron disfrutar de su magia. Y este es el caso de Lules, que supo contar con dos salas: El Plata, la más antigua y la que funcionó por más tiempo; y el Capitol, que durante una década fue el lugar de encuentro y diversión de las familias luleñas.

De hecho, ir al cine -no sólo en Lules sino también en el interior tucumano- involucraba mucho más que mirar una película que los aproximara al mundo de la ficción. Porque el séptimo arte es mucho más que eso: la sala del cine era un ámbito de sociabilidad fundamental.

El cine sonoro

A mediados de la década del 30 del siglo pasado, el cine sonoro pasó a constituir una realidad en el interior provincial. Y Lules no fue ajena a esas innovaciones. Los primeros ensayos cinematográficos fueron de cine mudo, cuyas proyecciones se realizaban a cielo abierto en 9 de Julio 9, donde se erigió El Plata. Por entonces lo explotaba Guillermo Renzi, que cuando transformó en Compañía Cinematográfica del Norte, lo convirtió en un cine que después fue techado. “Me imagino las caras de los concurrentes disfrutando de las grandes proyecciones de Charles Chaplín como El vagabundo, El Chico, Tiempos Modernos y en el género de terror, La novia de Frankenstein o la impactante King Kong”, comentó la profesora de historia y geografía Alicia Alicata, que también investiga y bucea en el pasado luleño.

El Plata y el Capitol

Recién a partir de 1940 el cine tuvo su sala cubierta. Pero hasta que llegó a manos del hijo del inmigrante sirio libanés Elías David Abdala, pasó por varios años, según explicó Hugo Abdala, de 65 años, actor teatral y propietario de El Plata, a partir de 1979.

“La sala -en la cual hoy funciona una mueblería- tenía capacidad para unas 300 personas, 250 en platea y 50 en la tertulia o parte alta. El piso carecía de declive, la pantalla de material contaba con escenario, camarines y baños y la sala estaba dotada de una muy buena acústica. Teníamos alrededor de ocho ventiladores e igual número de extractores”, agregó Abdala.

Se proyectaban dos películas semanales: sábados y domingos en horarios nocturnos. Después hubo dos funciones diarias de lunes a sábados, y tres, los domingos.

“El maquinista o proyector era un cordobés, Carlos Pignana, que después conoció a una joven de acá, se casó y se radicó en Lules. La programación incluía películas aptas para todo público. Lo cerré en 1989”, detalló Abdala.

“En San Martín 131, en la sede de la Sociedad de Socorros Mutuos, funcionó en la década del 60 el cine Capitol. La sala, con butacas, pantalla y escenario, alojaba a más de 400 personas. No había tertulia. La boletería estaba a la mano derecha y contaba con una pantalla inmensa”, describió José María Mesurado.

La polaca Wislawa Szymborska (1923-2012), Nobel de literatura 1996, afirma sobre el cine que “en esta escuela del mundo ni siendo malos alumnos repetiremos un año, un invierno, un verano. No es el mismo ningún día, no hay dos noches parecidas, ni igual mirada en los ojos, ni dos besos que se repitan”.

El acomodador

ESTRENO.- “La diligencia” (Stagecoach) el western estadounidense (1939), dirigido por John Ford, con John Wayne como actor principal se estrenó en 1941 en El Plata. La película ganó dos Oscar y también estuvo nominada en otros cinco rubros.

ÉXITO ESPAÑOL.- “El Capitol se caracterizaba por exhibir películas más aptas para toda la familia. En ese cine vi ´Marcelino Pan y Vino´. Es un filme español dirigido por Ladislao Vajda, de 1955. Fue uno de los mayores éxitos comerciales y de crítica de la historia del cine español, que excedió los cánones del cine religioso imperante en la época. Se basó en la novela homónima de José María Sánchez Silva”, contó el profesor José María Mesurado.

SUSTO.- Según Hugo Abdala, un día proyectaban una película de terror en El Plata. De pronto ingresaron dos pájaros por la cabina de proyección y planearon sobre la sala. La gente de la platea se asustó mucho pero también se divirtió cuando el acomodador procuraba espantarlos con una escoba, sin éxito alguno.

COLADA.- Por la Elíseo Cantón solía haber un terreno baldío al cual daba la banderola del baño del cine. Una muchachada solía colarse ingresando por ese sector del baño, que permitía que un cuerpo de adolescente pudiera sortearlo.

PERSONAJE.- Al frente del cine El Plata solía haber una confitería, que era de la familia Guerra. Allí caía “Pato Gallareta”, un personaje alcohólico, que con un par de copas comenzaba a discursear y hablar pavadas. Una vez en lugar de vino le pusieron kerosén en el vaso pero él igual se tomó el contenido, como si nada.

FILMES.- “‘El crack’, de José Martínez Suárez; ‘Culpable’, de Hugo del Carril; ‘De los Apeninos a los Andes’, de Folco Quillici; ‘Luna Park’, de Rubén Cavallotti; ‘La madrasta’, de Rubén Blasco; ‘Sábado a la noche, cine’, de Rubén Ayala; ‘Río abajo’, de Enrique Dawi; ‘Shunko’, de Lautaro Murúa; ‘Todo el año es Navidad’, de Román Viñoly Barreto y ‘Un guapo del 900’, fueron algunas de las películas que disfruté en el Capitol”, contó la profesa Alicia Alicata.

TEATRO.- “Tanto en El Plata como en el Capitol, que habían sido provistos de escenarios y camarines, se ponían en escenas obras de teatro. Esta última era la sala que más utilizaba Jorge Alves, que montó varias obras en Lules. También solían presentarse en El Plata las compañías de radioteatro de Armando de Oliva, Ricardo Jordán, Alfonso Gómez Delcey y Tito Flores. Trabajaban a sala llena”, se explayó Hugo Abdala.

REAPERTURA.- “El Plata lo reabrí con el estreno de la película del Mundial 78. Estuvo como tres semanas en cartel y con la sala de bote a bote”, recordó Abdala.

CONVOCANTES.- “Las películas de Sandro, Palito Ortega, Leo Dan, las comedias de Luis Sandrini y Lolita Torres y los filmes policiales sin tramas complejas, eran muy convocantes en los dos cines que había en Lules”, evocó el profesor Mesurado.

ROMANCES.- También tanto en el Capitol como en El Plata, hubo numerosos matrimonios que hoy son grandes familias y que se conocieron o comenzaron a noviar en esas salas. Aunque ellas no iban solas.

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