Mohamed quedó a un paso del podio en Neuquén

La final de la Clase 2 estuvo pasada por agua, tuvo dos neutralizaciones y fue apasionante.

PESCÓ LO QUE PUDO Y MÁS. Mohamed tuvo complicaciones con los neumáticos durante el fin de semana. La final la corrió con ruedas de lluvia, pero de hace dos años.  PESCÓ LO QUE PUDO Y MÁS. Mohamed tuvo complicaciones con los neumáticos durante el fin de semana. La final la corrió con ruedas de lluvia, pero de hace dos años.
07 Abril 2014
La final de la Clase 2 del Turismo Nacional fue tan caótica como entretenida. Del trío de tucumanos que estuvieron presentes, Lucas fue el “pescador” que sacó la mejor ganancia en el río revuelto que fue la pista del autódromo Centenario de Neuquén con un cuarto puesto. No pudieron pescar lo que se propusieron Pablo Ortega, que finalizó noveno, ni Maximiliano Bestani, que por un choque tuvo que abandonar. El ganador fue el puntano Hanna Abdallah.

Entre choques, despistes y la persistente lluvia que nunca abandonó las acciones del fin de semana, la final tuvo dos neutralizaciones para despejar los autos de los alrededores del trazado. “Sin dudas que el refrán ‘a río revuelto ganancia de pescadores’ se aplica para mi carrera”, reconoció Mohamed. “Me mandaron un par de mensajes que decían: ‘qué carrera inteligente hiciste’. Je, la verdad es que se dio así, yo no especulé ni planeé nada”, reconoció Mohamed que había largado en el puesto siete y llegó a caer hasta el 11°.

Por momentos, mientras Luciano Bossio era el líder de la carrera, Mohamed perdía la cima del campeonato. “No me parece ni interesante pensar en eso porque creo que en el año voy a perder la punta más de una vez”, fue crudamente sincero el yerbabuenense que sigue en lo más alto. Las dos neutralizaciones de la carrera favorecieron el desempeño del VW Gol. Cuando los pilotos volvieron a tener luz verde para pisar el acelerador, hubo toques, despistes y, en la confusión, Mohamed pudo ganar posiciones. “Cuando todos se amontonaban, yo iba por otro lado y aprovechaba el momento”, sintetizó Mohamed.

Por su parte, a Ortega la escobilla del limpiaparabrisas le barrió todo el buen trabajo que hizo. El rendimiento fue tan bueno que en la previa se propuso terminar en el podio. “Venía muy bien hasta la segunda vuelta, cuando la escobilla se rompió y casi no veía nada”, describió. Así que el piloto del Renault Clio iba casi a ciegas en medio de la lluvia por lo que tuvo que bajar la velocidad. “Traté de cuidar la posición. Estaba amargado porque sabía que tenía para ir más adelante y además venía con el miedo de perjudicar a otro piloto”, reconoció Ortega.

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