Rolando Serrano, entre la tristeza y la alegría

El defensor de Los Vallistos no se resigna y es una de las alternativas de Sialle para ocupar el lugar de Jorge, su hermano lesionado.

DESAFIO. Rolando Serrano dijo que trabajará para ganarse definitivamente un lugar en el equipo de San Martín. DESAFIO. Rolando Serrano dijo que trabajará para ganarse definitivamente un lugar en el equipo de San Martín.
11 Abril 2014
El ser humano está expuesto en la vida, a situaciones que ponen a prueba su entereza y personalidad. Esto lo está viviendo en carne propia Rolando Serrano.

En enero de este año, “Chopicito” recibió una de las mejores noticias que esperaba en el fútbol. La comisión directiva de San Martín había acordado con Jorge Serrano (su hermano) la vuelta al club. Aunque este desembarco se hizo sólo por seis meses, esto les iba a dar a los hermanos la posibilidad de cumplir un viejo sueño: jugar juntos en los “santos”.

Pero la vida les puso obstáculos insalvables que no permitieron que ese objetivo se pudiera cumplir. Primero fue la lesión que Rolando sufrió en la rodilla derecha que en la pretemporada y ahora la fisura en la tibia de la pierna derecha que afecta a Jorge. “No se puede creer la mala suerte que estamos acarreando. Estábamos muy ilusionados en poder hacer feliz a toda la familia, pero por lo visto tendremos que esperar para concretarlo”, dijo el defensor con cierta resignación, sobre todo teniendo en cuenta que al final de esta temporada, Jorge deberá regresar a Quilmes, club dueño de su pase.

Pero no todas son pálidas para “Chopicito”. Además de observar con mucha alegría que la recuperación física de su hermano va viento en popa, vive la alegría de haber vuelto a ser titular luego de 169 días. La última vez que jugó desde el arranque fue el partido de la fecha 10 de la ronda de clasificación contra Tiro Federal y su regreso al equipo titular se concretó frente al equipo de Barrio Ludueña.

“Uno siempre trabaja para jugar. Pero también sabe que el técnico, al final, es el que debe decidir quién juega o no. Estoy enormemente reconfortado por la confianza que me dio el entrenador y sobre todo por haber colaborado para que pudiéramos conseguir el primer triunfo como local en esta fase”, señaló el zaguero, que estuvo presente en ocho encuentros y cuya tarea, según LG Deportiva, tuvo un promedio de 5,14 puntos.

Sabe que el camino hacia el ascenso directo es complicado, pero reconoce que mientras tengan chances matemáticas no van a bajar los brazos. “El triunfo sobre Tiro fue la inyección anímica que necesitábamos para trabajar en estos días y encarar el tramo final de la temporada con una actitud renovada. Las tres jornadas que nos faltan serán finales y las vamos a jugar como tales. Vamos a dejar el alma en la cancha”, dijo.

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