El autódromo satisfizo a los organizadores del MotoGP

Fanáticos y ajenos al paño disfrutaron por igual de una experiencia al nivel del primer mundo.

NO CABÍA UN ALFILER. Pese a que las entradas no eran precisamente una ganga, las tribunas fueron una fiesta multitudinaria. NO CABÍA UN ALFILER. Pese a que las entradas no eran precisamente una ganga, las tribunas fueron una fiesta multitudinaria.
28 Abril 2014
Cuando se anunció que el Moto GP llegaría por primera vez a Termas de Río Hondo y regresaría al país luego de 16 años, algunos se preguntaron: ¿qué es eso? Los mismos termenses tuvieron que instruirse sobre la invasión que se les venía. Y, por algunos detalles, se podría decir que, por más curso acelerado que se propusieron hacer, el tiempo no les alcanzó. Pero ellos y muchos otros tuvieron su primera vez; ahora pueden entender más lo que desconocían. Lo mismo les pasó a aquellos que, sin ser simpatizantes de las motos, incluso de los deportes, se aventuraron a llegar al autódromo de esta ciudad.

Ahora, quizás recomienden vivir un Moto GP, al menos, una vez en la vida. El ruido ensordecedor de las motos, que se vuelve más intenso cuando las categorías bajan del 3 al 1, sólo puede escucharse aquí. Nadie, ni con las imponentes motos que se vieron por la ciudad, podrá reproducirlo como los mejores intérpretes entre los que están Rossi, Márquez, Lorenzo, Pedrosa y compañía, quienes unidos forman una sinfonía.

Esa composición de altísimos decibeles que logran los pilotos superprofesionales provoca reacciones singulares que pueden parecer, por lo menos, contradictorias. Más de uno en la tribuna, lejos de taparse los oídos, le decía al acompañante de turno: “cuchá, cuchá”. Obviamente, poco escuchaba éste, porque el colombiano Yonny Hernández, único latinoamericano en el Mundial, pasaba acelerando al máximo la Ducati.

De la pista, pasando por las tribunas y llegando a los boxes, hay situaciones para entender la atracción que genera una prueba internacional como esta. A veces, en un fin de semana de competencia, no todos los ganadores llegan al podio. Algunos se quedan en el ostracismo del box, pero el espectador, si su curiosidad lo lleva hasta el sector bajo del autódromo, puede descubrir la victoria que de seguro no tendrá un titular en LG Deportiva ni en ningún otro medio.

Sucede que, en la zona baja, algún grito de triunfo se escuchó y uno que otro abrazo efusivo se vio, no sólo el domingo sino también en días previos, porque el trabajo de equipo permitió que el piloto pudiera bajar esa milésima tan buscada en Qatar y Austin en las dos fechas previas. La victoria más importante de algunos no es la que se puede lograr sobre los rivales, sino aquella que se consuma contra el reloj.

Así que para entender por qué miles de personas llegaron a la ciudad de Termas de Río Hondo imantadas por la tercera fecha del Moto GP, vale vivirlo para entenderlo. Las miradas que se encontrarán serán como la de Vin Diesel en la excelente escena de la primera parte de la saga “Rápido y furioso”, en la que describe su pasión por la conducción. Bastó mostrar el perfil del actor, su mirada perdida hacia algún punto sin ubicación y un monólogo de menos de un minuto.

En Termas pasó algo similar y hasta más simple, pero igual de emocionante: perfiles iluminados por el sol, los ojos apuntando al horizonte de asfalto y pocas palabras, o con más precisión, interjecciones. A diferencia de Diesel, aquí nadie actuaba. Era pura realidad.

Ríos de tinta se usaron en los medios gráficos; millones de palabras se dijeron en radio y televisión; miles de imágenes se distribuyeron antes y durante. Lo cierto es que el MotoGP finalmente volvió un día a la Argentina.

El director deportivo de Dorna Sports (empresa española organizadora), Javier Alonso, se mostró muy conforme por cómo se desarrolló todo. “La evaluación es satisfactoria; el viernes costó un poco empezar, luego las motos se adaptaron al circuito. Nuestra meta es ahora es pulir detalles para lo que será el regreso en 2015, armar un masterplan. Los inconvenientes que surgieron fueron propios de cualquier primer desafío de este tipo, y se fueron solucionando”, sostuvo. Sobre la obra en el autódromo, consideró: “si uno compara una organización en Las Termas con otras ciudades, esto tiene un grado de complejidad aún mayor. Salió adelante y eso nos da mucha felicidad.”

Según el mendocino “Orly” Terranova, presidente del grupo OSD (la promotora nacional de la carrera), el autódromo de Las Termas generará mucha historia en el motociclismo: “tiene una pista que les gusta a los pilotos y eso es importante. Su puesta en escena es de nivel internacional”.

Galería 47 fotos
LA GACETA / Foto de Juan Pablo Sánchez Noli (Uso prohibido)
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