No Te Va Gustar trae temas con los que “pasan cosas”

“La única fórmula que tenemos es que las canciones realmente nos gusten, que nos pasen cosas con ellas”. Misión difícil la de explicar cómo una idea se vuelve éxito, cómo un proceso interno es capaz de encontrar luego eco multitudinario. Pero el caso de No Te Va Gustar (NTVG) es tan llamativo -tantas de sus canciones se han vuelto, más que hits, auténtica fiebre- que el cantante Emiliano Brancciari intenta analizarlo a partir de esa onda especial entre el compositor y lo compuesto. A los músicos les “pasan cosas” con las letras y sus melodías, y al público le pasan otras tantas con esos músicos, que esta noche volverán a Tucumán tras más de dos años.

Los uruguayos llegan para presentar su último disco, “El calor del pleno invierno”. Aunque será la primera vez que lo toquen aquí en vivo, los fanáticos tucumanos conocen de sobra este álbum, no sólo porque fue lanzado hace casi dos años, sino también porque muchas de sus canciones (“A las nueve” y “Ese maldito momento”, las más conocidas) son de rotación obligada en las radios. “Este disco nos agarró en lo más moderno de nuestra existencia. La mayoría de las canciones fueron compuestas en los últimos dos años; son lo último de la banda. En general, el sonido se renueva en función de lo que cada uno viene escuchando, porque experimentamos con sonidos nuevos”, explicó el trompetista Martín Gil antes de la llegada de la banda a Salta, último punto previo a su paso por Tucumán.

Brancciari también se refirió a la evolución de las letras a lo largo de los casi 20 años de historia de la banda. “Alguna gente te dice ‘a mí me gustaban las canciones de las primeras épocas’. Si siguiéramos haciendo lo mismo que cuando teníamos 18 años, no estaríamos siendo sinceros. La música es tan dinámica como la vida; las canciones nos van acompañando a medida de que vamos creciendo. Tenemos otro tipo de vivencias, nuevos problemas... les cantamos a esas situaciones”, indicó, en una entrevista con La Voz del Interior.

Momento bisagra

Hay otra situación que hace de “El calor del pleno invierno” un disco bisagra: muy poco antes de su lanzamiento -ya estaba grabado-, el tecladista Marcel Curuchet murió en un accidente automovilístico en Estados Unidos. La tragedia no sólo paralizó por unas semanas al grupo sino que dio lugar a reinterpretaciones de las letras, compuestas mucho antes.

“Hay un montón de casualidades. Nos pasa hasta con canciones de discos anteriores, que ahora despiertan reflexiones que antes no nos planteábamos ni por asomo. La muerte es algo muy fuerte que no estamos preparados para enfrentar”, reflexionó Brancciari. Gil agregó: “sin Marcel, el sonido de NTVG cambió mucho. Teníamos un ensamble particular en el cual los teclados estaban muy presentes. Aún nos sentimos conmovidos”.

ACTÚA HOY

• A las 22.30, en Central Córdoba (avenida Alem 750).