Por Alejandro Klappenbach
05 Mayo 2014
FELIZ. Berlocq y el trofeo que antes ganaron Chela, Gaudio, Nalbandian y Del Potro.
Uno nunca sabe cuando llega la buena racha. Lo único que puede hacer es estar preparado. La premisa que, con estas u otras palabras aplica a todos los deportes y ha sido usada por infinidad de personalidades exitosas, tiene absoluta actualidad el 5 de mayo de 2014. Ayer en Oeiras, Portugal, Carlos Berlocq venció al checo Tomas Berdych y conquistó el segundo título ATP de su carrera, tercero para nuestro tenis en lo que corre de la temporada. De trámite y números cambiantes, el triunfo ante el número 6 del ranking mundial por 0/6, 7/5 y 6/1 fue, además, el segundo del argentino frente a un jugador top-ten.
Los datos alcanzan para valorar lo conseguido por el tenista de Chascomús, aunque bien vale entregar algunos detalles más. La semana fue difícil. Mucho viento, una cancha irregular, pelotas diferentes de las habituales. Las sensaciones lejos estuvieron de ser las mejores y el juego no fluyó natural. “Cuando se me fue el primer set, sentí miedo de un 6/0 y 6/0”, reconoció
Nervioso e incómodo, se vio lo más relevante del argentino, pensando que los dólares y el título están, pero la competencia continúa. En un momento en que todo era oscuridad, Berlocq supo encontrar los elementos para poder competir. Dicho varias veces, vale repetirlo: el circuito no se trata de jugar sino de competir. Charly sabe cómo hacerlo. Y lo hace muy bien. Al pensar el partido desde su juego, potencia virtudes técnicas y ejecuta variantes estratégicas. Al pensarlo en función del rival, descubre lugares tenisticos que molestan al otro. Por eso la agresividad desmedida y errática del primer set le abrió lugar a las pelotas altas, profundas y pesadas que obligaron a puntos más largos y lentos. Por eso los drops constantes, que apuraron tiempos y modificaron líneas de carrera. Así, desde el desarrollo parejo, exhibió valentía para cerrar un segundo set inestable. Y luego, el tercero, lo mostró como el que más deseaba la victoria.
Se fue una semana en la que el triunfo frente a Milos Raonic y su lugar en la final, le habían dado mucho espacio en los medios. Vencer a Berdych y conquistar otro título, en cambio, empujaron a Berlocq a aparecer en a tapa de los diarios del lunes.
Los datos alcanzan para valorar lo conseguido por el tenista de Chascomús, aunque bien vale entregar algunos detalles más. La semana fue difícil. Mucho viento, una cancha irregular, pelotas diferentes de las habituales. Las sensaciones lejos estuvieron de ser las mejores y el juego no fluyó natural. “Cuando se me fue el primer set, sentí miedo de un 6/0 y 6/0”, reconoció
Nervioso e incómodo, se vio lo más relevante del argentino, pensando que los dólares y el título están, pero la competencia continúa. En un momento en que todo era oscuridad, Berlocq supo encontrar los elementos para poder competir. Dicho varias veces, vale repetirlo: el circuito no se trata de jugar sino de competir. Charly sabe cómo hacerlo. Y lo hace muy bien. Al pensar el partido desde su juego, potencia virtudes técnicas y ejecuta variantes estratégicas. Al pensarlo en función del rival, descubre lugares tenisticos que molestan al otro. Por eso la agresividad desmedida y errática del primer set le abrió lugar a las pelotas altas, profundas y pesadas que obligaron a puntos más largos y lentos. Por eso los drops constantes, que apuraron tiempos y modificaron líneas de carrera. Así, desde el desarrollo parejo, exhibió valentía para cerrar un segundo set inestable. Y luego, el tercero, lo mostró como el que más deseaba la victoria.
Se fue una semana en la que el triunfo frente a Milos Raonic y su lugar en la final, le habían dado mucho espacio en los medios. Vencer a Berdych y conquistar otro título, en cambio, empujaron a Berlocq a aparecer en a tapa de los diarios del lunes.
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