06 Mayo 2014
Ucrania envía tropas a Odessa y Rusia redobla sus advertencias
El Gobierno ruso dice que la ofensiva militar de Kiev provocará más víctimas en las regiones en conflicto, donde escasean medicamentos y alimentos. Un funeral Soldados patrullan la ciudad-puerto, luego del incendio en el que murieron 46 personas
DEFENSA. En Luganks al sureste de Ucrania, activistas prorrusos que tienen ocupada las principales sedes gubernamentales, levantan barricadas. reuters
KIEV/MOSCÚ.- El Gobierno de Ucrania envió una fuerza militar de elite para restablecer el orden en el puerto de Odessa y su Ejército libró combates esporádicos con milicias prorrusas cerca de una ciudad oriental, pero Moscú urgió a Kiev a detener la ofensiva y a evitar una “catástrofe humanitaria”. La decisión de avanzar sobre Odessa demuestra los temores de Kiev de perder la cosmopolita ciudad portuaria junto a otras partes del Este, lo que, sumado a la anexión rusa de la península de Crimea de marzo pasado, convertiría a la estratégica Ucrania en un país desprovisto de salida al mar, sin su actual acceso al Mar Negro.
En coincidencia con la tensión en Odessa, milicias prorrusas protagonizaron intensos combates en las afueras de Slaviansk, el bastión de la sublevación separatista en el sureste de Ucrania, que dejaron al menos 20 muertos, según los rebeldes.
El ministro del Interior de Ucrania, Arsen Avakov, informó que el Ejército sufrió cuatro bajas mortales, mientras otros 30 soldados resultaron heridos en los choques armados, en los que las fuerzas de Kiev perdieron también un helicóptero Mi-24, el cuarto derribado por los prorrusos en los últimos días. Avakov reveló que el Ejército combate a unos 800 milicianos en Slaviansk, una ciudad de 125.000 habitantes.
Luego de meses de protestas, la crisis en Ucrania se agravó tras la destitución del presidente pro ruso Viktor Yanukovich, en febrero, que se siguió de una ola de rebeliones separatistas en el este del país, de mayoría rusoparlante, protagonizada por milicias que quieren mayor autonomía o lazos más estrechos con Rusia.
En las últimas semanas, fuerzas prorrusas se apoderaron de edificios del gobierno y comisarías en una docena de ciudades del este de Ucrania, un país de 46 millones de habitantes.
Acusaciones cruzadas
En Odessa, la situación había sido pacífica hasta el viernes, cuando al menos 46 personas murieron luego de que estallaran enfrentamientos entre grupos pro rusos y pro ucranianos y de que se incendiara un edificio gubernamental, un episodio que terminó de agravar la situación.
La mayoría de los muertos eran prorrusos. Luego de la llegada de la unidad militar de elite enviada por Kiev, la situación en el puerto se calmó y no hubo intentos de los prorrusos de ocupar edificios en la ciudad. Bien pertrechados, los integrantes de la fuerza de elite de la guardia nacional ucraniana patrullaron las calles de la ciudad, mientras residentes -dolidos y enojados, pero sin embargo pacíficos- se congregaron para depositar ofrendas florales frente a la sede sindical que se quemó, en recuerdo a las víctimas del incendio.
Las autoridades de Kiev acusan a Moscú de apoyar a los insurgentes y de buscar apoderarse de territorio de Ucrania a lo largo de su frontera oriental. Rusia niega los cargos y ha condenado la ofensiva militar contra las ciudades rebeldes.
Precisamente, Moscú advirtió a las autoridades ucranianas que el uso del Ejército contra la población puede desatar una “catástrofe humanitaria” en las ciudades del sureste de Ucrania.
La Cancillería rusa afirmó que “la acción de castigo” de las fuerzas ucranianas causará “nuevas víctimas en la población” y alertó que en las regiones en conflicto escasean los medicamentos y hay desabastecimiento de productos.
El texto instó a las autoridades de Kiev, a las que califica como “los organizadores del terror contra su propia población”, a que tomen conciencia y “cesen el derramamiento de sangre”.
Vestida de novia
En el pueblo de Andreyevka, tropas del Ejército ucraniano recuperaron el control de la torre de TV que brinda señal a Slaviansk y la vecina Kramatorsk.
En Kramatorsk, a 100 kms. de Slaviansk, fueron despedidos los restos de Yulia Izotova, la joven de 21 años, que murió el sábado pasado alcanzada por un disparo de las tropas ucranianas cuando llevaba comida a su novio, un miliciano prorruso que montaba guardia en un puesto de control.
Unas 2.000 personas se congregaron junto a la municipalidad, convertida en el cuartel de las milicias prorrusas, en el funeral de la joven, estudiante de enfermería, que yacía en el féretro vestida de novia. (Télam-especial)
En coincidencia con la tensión en Odessa, milicias prorrusas protagonizaron intensos combates en las afueras de Slaviansk, el bastión de la sublevación separatista en el sureste de Ucrania, que dejaron al menos 20 muertos, según los rebeldes.
El ministro del Interior de Ucrania, Arsen Avakov, informó que el Ejército sufrió cuatro bajas mortales, mientras otros 30 soldados resultaron heridos en los choques armados, en los que las fuerzas de Kiev perdieron también un helicóptero Mi-24, el cuarto derribado por los prorrusos en los últimos días. Avakov reveló que el Ejército combate a unos 800 milicianos en Slaviansk, una ciudad de 125.000 habitantes.
Luego de meses de protestas, la crisis en Ucrania se agravó tras la destitución del presidente pro ruso Viktor Yanukovich, en febrero, que se siguió de una ola de rebeliones separatistas en el este del país, de mayoría rusoparlante, protagonizada por milicias que quieren mayor autonomía o lazos más estrechos con Rusia.
En las últimas semanas, fuerzas prorrusas se apoderaron de edificios del gobierno y comisarías en una docena de ciudades del este de Ucrania, un país de 46 millones de habitantes.
Acusaciones cruzadas
En Odessa, la situación había sido pacífica hasta el viernes, cuando al menos 46 personas murieron luego de que estallaran enfrentamientos entre grupos pro rusos y pro ucranianos y de que se incendiara un edificio gubernamental, un episodio que terminó de agravar la situación.
La mayoría de los muertos eran prorrusos. Luego de la llegada de la unidad militar de elite enviada por Kiev, la situación en el puerto se calmó y no hubo intentos de los prorrusos de ocupar edificios en la ciudad. Bien pertrechados, los integrantes de la fuerza de elite de la guardia nacional ucraniana patrullaron las calles de la ciudad, mientras residentes -dolidos y enojados, pero sin embargo pacíficos- se congregaron para depositar ofrendas florales frente a la sede sindical que se quemó, en recuerdo a las víctimas del incendio.
Las autoridades de Kiev acusan a Moscú de apoyar a los insurgentes y de buscar apoderarse de territorio de Ucrania a lo largo de su frontera oriental. Rusia niega los cargos y ha condenado la ofensiva militar contra las ciudades rebeldes.
Precisamente, Moscú advirtió a las autoridades ucranianas que el uso del Ejército contra la población puede desatar una “catástrofe humanitaria” en las ciudades del sureste de Ucrania.
La Cancillería rusa afirmó que “la acción de castigo” de las fuerzas ucranianas causará “nuevas víctimas en la población” y alertó que en las regiones en conflicto escasean los medicamentos y hay desabastecimiento de productos.
El texto instó a las autoridades de Kiev, a las que califica como “los organizadores del terror contra su propia población”, a que tomen conciencia y “cesen el derramamiento de sangre”.
Vestida de novia
En el pueblo de Andreyevka, tropas del Ejército ucraniano recuperaron el control de la torre de TV que brinda señal a Slaviansk y la vecina Kramatorsk.
En Kramatorsk, a 100 kms. de Slaviansk, fueron despedidos los restos de Yulia Izotova, la joven de 21 años, que murió el sábado pasado alcanzada por un disparo de las tropas ucranianas cuando llevaba comida a su novio, un miliciano prorruso que montaba guardia en un puesto de control.
Unas 2.000 personas se congregaron junto a la municipalidad, convertida en el cuartel de las milicias prorrusas, en el funeral de la joven, estudiante de enfermería, que yacía en el féretro vestida de novia. (Télam-especial)
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