Traición. Entre algunas lágrimas, insultos y caras largas, esta fue una de las palabras que más sonó ayer en el subsuelo del hotel Tucumán Center.

Temprano, en el búnker colettista había optimismo. Los cálculos de la tropa ubicaban al arquitecto en el balotaje junto con Alicia Bardón, donde más confianza se tenían. Los animaba la posibilidad de que, en esa instancia, los votos de Mateo Martínez sentaran a Coletti en el despacho más cotizado de la UNT. Pero la Asamblea aplastó esa esperanza y el triunfalismo se diluyó en especulaciones.

Con los espíritus aún calientes, algunos se pusieron a hacer números y concluyeron que al menos una decena de consejeros los había traicionado. Más tarde, los dardos acusatorios comenzaron a volar en dos direcciones: la ex Quinta Agronómica y el parque 9 de Julio.

Es que, con el resultado puesto, a los heridos les arden las llagas. Y parece que la única manera de mitigar el dolor es cazar culpables.

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