15 Junio 2014
REUTERS
KIEV.- El derribo de un avión militar que causó la muerte de las 49 soldados que iban a bordo no hizo más que avivar el sangriento conflicto en el este de Ucrania, donde el presidente Petro Poroshenko amenazó con tomar represalias por las muertes.
Los insurgentes derribaron con misiles el avión de transporte militar cuando aterrizaba en el aeropuerto de la ciudad de Lugansk. El Ministerio de Defensa informó que el derribo fue obra de “terroristas” que dispararon contra el avión tipo Iliushin Il-76 con misiles tierra-aire y armas de gran calibre. También la fiscalía habló de “acto terrorista”.
Los separatistas en Lugansk han asumido la autoría del ataque, el más duro revés contra el Ejército desde el inicio de la ofensiva antiterrorista contra los insurgentes que comenzó en abril. El secretario general del Consejo de Europa, Thorbjorn Jagland, condenó el ataque calificándolo como un “asesinato sin sentido”. El derribo, dijo el presidente Poroshenko es un “actor terrorista cínico, que tiene que ser castigado a toda costa”. Los autores recibirán “la respuesta adecuada”, agregó. El ex ministro de Defensa, Anatoli Grizenko, señaló que el avión viajaban 40 paracaidistas de una brigada aerotransportada de Dnipropetrovsk, así como nueve miembros de la tripulación. El avión fue alcanzado por los proyectiles de un lanzacohetes “Igla” (aguja) cuando se encontraba a unos 700 metros de altura, agregó.
Grizenko acusó al presidente ruso Vladimir Putin de haber seguido azuzando a los grupos milicianos en el este de Ucrania. “Esto no es un conflicto entre ciudadanos, sino una guerra de Putin contra Ucrania”, enfatizó.
En Washington la portavoz del Departamento de Estado, Marie Harf, afirmó que hay “pruebas convincentes” de que los separatistas han conseguido de Rusia armamento pesado y otro tipo de equipamiento, entre ellos, equipos blindados. “Estos vehículos blindados proceden “de algún depósito ruso”, insistió.
Desde hace meses las tropas gubernamentales ucranianas intentan controlar a los insurgentes en Lugansk, donde han proclamado una “república popular” que carece de reconocimiento. El viernes las fuerzas de Kiev registraron un importante avance al recuperar el puerto de Mariupol. Los separatistas en la región quieren escindirse de Ucrania y rechazan el rumbo prooccidental del gobierno en Kiev. (DPA)
Los insurgentes derribaron con misiles el avión de transporte militar cuando aterrizaba en el aeropuerto de la ciudad de Lugansk. El Ministerio de Defensa informó que el derribo fue obra de “terroristas” que dispararon contra el avión tipo Iliushin Il-76 con misiles tierra-aire y armas de gran calibre. También la fiscalía habló de “acto terrorista”.
Los separatistas en Lugansk han asumido la autoría del ataque, el más duro revés contra el Ejército desde el inicio de la ofensiva antiterrorista contra los insurgentes que comenzó en abril. El secretario general del Consejo de Europa, Thorbjorn Jagland, condenó el ataque calificándolo como un “asesinato sin sentido”. El derribo, dijo el presidente Poroshenko es un “actor terrorista cínico, que tiene que ser castigado a toda costa”. Los autores recibirán “la respuesta adecuada”, agregó. El ex ministro de Defensa, Anatoli Grizenko, señaló que el avión viajaban 40 paracaidistas de una brigada aerotransportada de Dnipropetrovsk, así como nueve miembros de la tripulación. El avión fue alcanzado por los proyectiles de un lanzacohetes “Igla” (aguja) cuando se encontraba a unos 700 metros de altura, agregó.
Grizenko acusó al presidente ruso Vladimir Putin de haber seguido azuzando a los grupos milicianos en el este de Ucrania. “Esto no es un conflicto entre ciudadanos, sino una guerra de Putin contra Ucrania”, enfatizó.
En Washington la portavoz del Departamento de Estado, Marie Harf, afirmó que hay “pruebas convincentes” de que los separatistas han conseguido de Rusia armamento pesado y otro tipo de equipamiento, entre ellos, equipos blindados. “Estos vehículos blindados proceden “de algún depósito ruso”, insistió.
Desde hace meses las tropas gubernamentales ucranianas intentan controlar a los insurgentes en Lugansk, donde han proclamado una “república popular” que carece de reconocimiento. El viernes las fuerzas de Kiev registraron un importante avance al recuperar el puerto de Mariupol. Los separatistas en la región quieren escindirse de Ucrania y rechazan el rumbo prooccidental del gobierno en Kiev. (DPA)
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