18 Junio 2014
REUTERS
El portón de la concentración de Cidade de Galo permanecerá bloqueado mañana. No habrá conferencia de prensa ni se permitirá relojear la práctica de la Selección. Ni siquiera los 15 minutos iniciales de la entrada en calor. Será el momento de definir la alineación y la táctica que Argentina empleará el sábado contra Irán. Pero, sobre todo, serán 24 horas sin contactos con el mundo exterior.
La peor de las pesadillas para un cultor de la diplomacia y el perfil bajo, como Alejandro Sabella, es verse envuelto en una polémica. Al cuerpo técnico argentino no le gusta nada la repercusión que alcanzaron las palabras de Lionel Messi –dijo públicamente que prefiere jugar con tres delanteros- ni las conjeturas acerca de un cortocircuito con los jugadores durante el entretiempo del partido con Bosnia. Se espera que Sabella hable de todo esto el viernes, cuando enfrente a la prensa en el Mineirao. Ese día el plantel argentino hará el reconocimiento del campo.
A nadie se le ocurre que Sabella volverá al 5-3-2 para enfrentar a los iraníes. La práctica de esta mañana reforzó la certeza de que jugarán Fernando Gago, Messi, Ángel Di María, Sergio Agüero y Gonzalo Higuaín. No obstante, Sabella está dispuesto a apelar a su esquema favorito (con cinco defensores) apenas la circunstancia lo demande, aún en contra del pensamiento de los "cuatro fantásticos". Como es habitual, fue Javier Mascherano el que puso paños fríos y reconoció que alinear al "dream team" supone tomar riesgos defensivos. Más allá de todo, lo que pretenden Sabella y sus hombres es paz.