No tiene cómo nivelar cargas

Sin figuras rutilantes, Irán se enfrenta a Messi & Cía.

REFERENCIA. Ghoochannejhad (16) es el punta fijo de Irán; debe arreglárselas. reuters REFERENCIA. Ghoochannejhad (16) es el punta fijo de Irán; debe arreglárselas. reuters
21 Junio 2014

Por Jorge Neri, DYN

Irán contrasta por donde se lo mire con los brillos que emergen de los nombres de los futbolistas argentinos, por lo cual el encuentro de hoy a las 13 augura ser el partido ideal para que el equipo de Alejandro Sabella se asegure el pase a octavos de final y pueda sacarle lustre al fútbol que pueden desplegar sus estrellas.

Irán es un equipo austero, sin nombres rutilantes, y hasta sus integrantes más importantes juegan en formaciones que transitan la segunda división de Inglaterra o en campeonatos que distan de estar en las alturas del fútbol mundial. Irán es un equipo que se para con cinco defensores a la hora de recibir al rival y por lo general nunca deja de tener cuatro hombres en el fondo aún las pocas veces en que ataca.

Contra Nigeria, en un partido aburrido, sólo llegó tres veces al arco en 90 minutos y le costó enormemente tener la pelota en su poder, ya que casi las dos terceras partes del partido estuvo en los pies de las “águilas negras” -de alas cortadas y cero respuesta-, según registró FIFA.

El jugador líder es el delantero Reza Ghoochannejhad, un atacante fuerte que juega en el Charlton Athletic, de la segunda división de Inglaterra. Por lo general es el único delantero nato, aunque a la hora de las corridas se le suma otro, Ashkan Dejagah, del Fullham, también del segundo estrato de la liga inglesa. El entrenador portugués Carlos Queiroz, ex colaborador del escocés Alex Ferguson en el Manchester United, ve a Argentina como “el mejor equipo del mundo” y seguramente reiterará un planteo con mucha gente en el mediocampo. En ese sector, el que domina el juego es Javad Nekounam, que juega en Kuwait, encargado de la contención pero también de repartir el juego cuando se da la chance.

Irán no saldrá a atacar a la Selección, no tiene con qué. Saldrá a hacer el mejor papel posible. Si le sale bien, perfecto. Y si no, todo bien, como recordó Queiroz.

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