Una guerra que no tiene fin

Los dardos entre Grondona y Maradona sobrevuelan el espacio aéreo brasileño

23 Junio 2014

Por Cecilia Caminos, DPA

La relación entre Diego Maradona y Julio Grondona, el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), osciló durante décadas entre el amor y el odio, pero en el Mundial de Brasil 2014 cayó quizás definitivamente en el lodo. “Se fue el mufa (persona que trae mala suerte) y lo ganamos”, gritó el sábado Grondona ante varios testigos cuando Argentina logró un agónico triunfo por 1-0 ante Irán con un gol del crack Lionel Messi en tiempo de descuento, instantes después de que Maradona se retirara de las tribunas del imponente estadio Mineirao de Belo Horizonte.

El ex astro del fútbol no tardó en responder desde su programa “De Zurda”: “alguien dijo que se hizo el gol porque me fui yo. Pobre estúpido. La verdad es que esto es mérito de ‘Lío’ Messi, no es porque yo me haya ido”.

“Yo me fui antes, como me fui en el primer tiempo antes. Pero quiero decirle a Grondona, que dijo eso, que lo que tengo puesto me lo gané trabajando, lo que tiene puesto él se lo compró con la FIFA”, lanzó Maradona, quien selló sus palabras mostrando su puño con el dedo del medio erguido.

La visita del 10

Maradona presenció el partido ubicado en las plateas detrás del banquillo argentino, y se retiró minutos antes del final, por lo que no pudo ver el gol de Messi.

Fue la primera vez que vio en persona a la Selección desde su polémico alejamiento de la dirección técnica del plantel tras la eliminación en cuartos de final del Mundial de Sudáfrica 2010. “Grondona me mintió y Bilardo me traicionó”, denunció en ese entonces.

El ex capitán de la selección campeona del mundo en México 86 confesó en una entrevista con DPA que desde que dejó el cargo de técnico no pudo volver a ver en acción al conjunto de Messi.

“No la veo, no la veo (a la Selección). No puedo, es más fuerte que yo. Después de que me fui no vi nunca más un partido de la Selección, porque me duele el corazón”, expresó entonces en Dubai, donde primero dirigió al Al Wasl y luego asumió como embajador deportivo de los Emiratos Árabes Unidos.

Tras su fallido paso como seleccionador, Maradona se considera un exiliado del fútbol argentino. “Mi exilio deportivo se terminará cuando alguien se decida a contratarme. O si Grondona se va. Ahí volvería”, señaló.

Las denuncias que lanzó Maradona, de 53 años, contra Grondona en Brasil 2014 no fueron las primeras. En septiembre pasado tildó de “mafioso” al poderoso jefe de la AFA y vicepresidente de la FIFA, al participar en una reunión de representantes del fútbol continental para investigar supuestas irregularidades financieras en la Conmebol.

Fue amor...

Pero no todo fue odio en la relación. Maradona le dio a Grondona en 1986 el único título mundial que consiguió el dirigente en su extensa gestión al frente de la AFA, que dirige ininterrumpidamente desde el 6 de abril de 1979 gracias a sucesivas reelecciones.

En 1990, Argentina cayó en la final del Mundial de Francia ante Alemania y cuatro años más tarde llegó el momento más duro en la carrera futbolística de Maradona, cuando fue suspendido por doping en Estados Unidos 1994. “Me cortaron las piernas”, graficó entonces el ídolo popular, quien sugirió que el dirigente de AFA lo habría entregado.

Pero Grondona aseguró años después que Maradona “se cortó las piernas solito”. Y en una entrevista con DPA en 2011 señaló que siempre buscó protegerlo, al punto de que en el Repechaje al Mundial de 1994 evitó que hubiera controles antidoping.

“Quién sabe si equivocadamente, con el temor de que pudiera pasar alguna cosa, traté de que en el último partido no hubiera el (control de) doping porque venían los jugadores que no los tengo en mi país y uno no puede saber qué toman y qué dejan de tomar”, reveló el dirigente, hoy de 82 años e investigado por la Justicia argentina por supuestas irregularidades en el manejo de fondos del Estado destinados al programa “Fútbol para Todos”.

La sucesión de acusaciones cruzadas parece no tener fin y tuvo un nuevo capítulo en Brasil, donde la selección argentina guiada por Messi -a quien Maradona consideró su sucesor- busca volver a hacer historia tras 21 años de sequía de títulos.

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