26 Junio 2014
Dos hipótesis mencionan a César Soto en el homicidio de su novia Paulina Lebbos
También están citados Juan Pedro Jiménez y Jorge Hernán Jiménez (vecinos de la pareja de la víctima), el encargado de un camping de El Cadillal y dos detenidos El joven es una de las seis personas que hoy deberá presentarse en el Cuerpo Médico Forense para la extracción de muestras de ADN
CÉSAR SOTO. El novio de Paulina se había alejado de la investigación. la gaceta / foto de jorge olmos sgrosso (archivo)
Hace cuatro años, Víctor César Soto había dicho a LA GACETA que quería olvidarse de la investigación del crimen de Paulina Lebbos, su novia. “A la causa penal la abandoné hace rato”, había manifestado, y desde entonces no habló con la prensa.
Cuando el fiscal Diego López Ávila se hizo cargo de la causa el año pasado, le notificó a Soto que debía ratificar su papel de querellante. El joven se acercó en junio del 2013 hasta el mostrador de la fiscalía y presentó un escrito en el que dejaba en claro que abandonaba su rol en la investigación.
Hoy a las 10, el ex novio de Paulina volverá a estar involucrado en la causa, pero esta vez como un presunto sospechoso del crimen. Tiene que presentarse a las 10 en el Cuerpo Médico Forense (en avenida Independencia y La Rioja) para que le extraigan una muestra de ADN que será cotejada con los rastros genéticos que hallaron en el cuerpo de la víctima.
El 25 de febrero de 2006, Soto y Paulina almorzaron juntos en la casa de una pareja amiga, luego de que ella aprobara una materia en la Facultad de Filosofía y Letras. A la noche, ella salió a bailar con Virginia Mercado y otros amigos, y su novio se fue a un bar de barrio Norte, donde trabajaba como mozo. Debían encontrarse a la madrugada en la casa de él. Pero Paulina nunca llegó. Su cuerpo apareció el 11 de marzo de 2006, a la vera de la ruta 341, en Tapia.
Según Mercado, salió del boliche con la hija de Alberto Lebbos y tomaron un remise. La primera se bajó en su casa de La Rioja al 400, y Paulina habría seguido viaje supuestamente a la casa de Soto, en Estados Unidos al 1.200.
Pistas tres y ocho
Soto aparece mencionado como sospechoso en la “línea de investigación tres”. En ella se deja constancia que algunos testigos afirmaron que el joven habría tenido actos de violencia en contra de Paulina, por celos. El departamento en el que vivía Soto fue allanado, y la Policía secuestró ropas y sábanas.
El nombre del novio de Paulina también aparece en la “línea de investigación ocho”, que se abrió luego de que se recibiera un anónimo que indicaba que un legislador para el que habría trabajado Soto, dirigía una banda de dealers en la Costanera, y que el crimen de Paulina podría estar relacionado con esa actividad.
Ninguna de estas líneas de investigación tuvo avances, dijeron fuentes judiciales, aunque el fiscal no cerró ninguna de ellas. El joven designó para esta etapa procesal al abogado Ariel Fossati, informaron fuentes judiciales. Hoy también se presentarán para la extracción de ADN Juan Pedro Jiménez, de 60 años, y su hijo Jorge Hernán Jiménez, de 30, representados por el abogado Álvaro Zelarayán.
El primero fue involucrado porque, según testigos, habría invitado a salir en varias oportunidades a Paulina y habría intentado seducirla. El hombre maneja un camión para una carnicería, y debía salir de viaje a la misma hora en la que la joven debería haber llegado a la casa de Soto (los Jiménez viven en el mismo edificio en el que residía el novio de la víctima).
Jorge Jiménez, en tanto, se encontraba en una fiesta en Burruyacu la noche de la desaparición de Paulina, y se sospechó que la joven pudo haber estado allí, según fuentes tribunalicias.
Los únicos detenidos que tiene la causa son Antonio Maximiliano Gallardo y Roberto Luis Gómez, quienes presuntamente tuvieron el celular de la víctima luego del crimen. A ellos también les extraerán muestras de ADN, y estarán presentes sus defensores Roberto Flores y Juan Carlos Nacul, respectivamente. Además, está citado Luis Daniel Olivera (encargado de un camping de El Cadillal en el que supuestamente hubo una fiesta la madrugada del 26 de febrero de 2006), representado por los letrados Cergio Morfil y Juan Pablo Nadotti.
Cuando el fiscal Diego López Ávila se hizo cargo de la causa el año pasado, le notificó a Soto que debía ratificar su papel de querellante. El joven se acercó en junio del 2013 hasta el mostrador de la fiscalía y presentó un escrito en el que dejaba en claro que abandonaba su rol en la investigación.
Hoy a las 10, el ex novio de Paulina volverá a estar involucrado en la causa, pero esta vez como un presunto sospechoso del crimen. Tiene que presentarse a las 10 en el Cuerpo Médico Forense (en avenida Independencia y La Rioja) para que le extraigan una muestra de ADN que será cotejada con los rastros genéticos que hallaron en el cuerpo de la víctima.
El 25 de febrero de 2006, Soto y Paulina almorzaron juntos en la casa de una pareja amiga, luego de que ella aprobara una materia en la Facultad de Filosofía y Letras. A la noche, ella salió a bailar con Virginia Mercado y otros amigos, y su novio se fue a un bar de barrio Norte, donde trabajaba como mozo. Debían encontrarse a la madrugada en la casa de él. Pero Paulina nunca llegó. Su cuerpo apareció el 11 de marzo de 2006, a la vera de la ruta 341, en Tapia.
Según Mercado, salió del boliche con la hija de Alberto Lebbos y tomaron un remise. La primera se bajó en su casa de La Rioja al 400, y Paulina habría seguido viaje supuestamente a la casa de Soto, en Estados Unidos al 1.200.
Pistas tres y ocho
Soto aparece mencionado como sospechoso en la “línea de investigación tres”. En ella se deja constancia que algunos testigos afirmaron que el joven habría tenido actos de violencia en contra de Paulina, por celos. El departamento en el que vivía Soto fue allanado, y la Policía secuestró ropas y sábanas.
El nombre del novio de Paulina también aparece en la “línea de investigación ocho”, que se abrió luego de que se recibiera un anónimo que indicaba que un legislador para el que habría trabajado Soto, dirigía una banda de dealers en la Costanera, y que el crimen de Paulina podría estar relacionado con esa actividad.
Ninguna de estas líneas de investigación tuvo avances, dijeron fuentes judiciales, aunque el fiscal no cerró ninguna de ellas. El joven designó para esta etapa procesal al abogado Ariel Fossati, informaron fuentes judiciales. Hoy también se presentarán para la extracción de ADN Juan Pedro Jiménez, de 60 años, y su hijo Jorge Hernán Jiménez, de 30, representados por el abogado Álvaro Zelarayán.
El primero fue involucrado porque, según testigos, habría invitado a salir en varias oportunidades a Paulina y habría intentado seducirla. El hombre maneja un camión para una carnicería, y debía salir de viaje a la misma hora en la que la joven debería haber llegado a la casa de Soto (los Jiménez viven en el mismo edificio en el que residía el novio de la víctima).
Jorge Jiménez, en tanto, se encontraba en una fiesta en Burruyacu la noche de la desaparición de Paulina, y se sospechó que la joven pudo haber estado allí, según fuentes tribunalicias.
Los únicos detenidos que tiene la causa son Antonio Maximiliano Gallardo y Roberto Luis Gómez, quienes presuntamente tuvieron el celular de la víctima luego del crimen. A ellos también les extraerán muestras de ADN, y estarán presentes sus defensores Roberto Flores y Juan Carlos Nacul, respectivamente. Además, está citado Luis Daniel Olivera (encargado de un camping de El Cadillal en el que supuestamente hubo una fiesta la madrugada del 26 de febrero de 2006), representado por los letrados Cergio Morfil y Juan Pablo Nadotti.