28 Junio 2014
GAROTOS Y GAROTAS. Los brasileños están sumidos en lo que será hoy el primer “mata mata” previo al campeonato.
Beagá es Brasil, tituló un diario local. Así, con el nombre en portugués de las dos letras que le sirven de abreviatura y la identifican, Belo Horizonte vibra por el hecho de ser la anfitriona de la “verdeamarelha” justo al inicio de su camino en el “mata-mata”, como le llaman a los partidos a todo o nada que arrancan en octavos de final de un Mundial.
“¡Gracias a Dios!”, cuenta la peluquera Claudia que exclamó en la zona del Fan Fest cuando con la goleada ante Camerún puesta, Brasil confirmó lo que se presuponía desde el sorteo en diciembre: que ganaría su grupo y desembarcaría en la capital de Minas Gerais en busca del pase a cuartos de final. Y por ende, podría volver en semifinales, si “Felipao” y Neymar mantienen con vida al “scratch” hasta la última semana.
En la noche del jueves, el conjunto local fue recibido por miles de “torcedores” en el aeropuerto de Confims y acompañado en caravana de autos hasta el hotel. Pulgares arriba de los jugadores. Y el aliento de los que confían, pese a que aún no se enamoran de este equipo.
Chile, ese escollo
No sólo el verde y el amarillo teñían a esta ciudad de casi 2,4 millones de habitantes en la víspera del duelo inaugural de octavos. También el rojo, el blanco y el azul: los chilenos comenzaron a llegar el miércoles en la noche y su número irá in crescendo hasta la hora del puntapié inicial. La alcaldía de Belo Horizonte dispuso de tres áreas –en las proximidades de la Lagoa do Nado y otros dos parques- para recibir a unos 25.000 hinchas de la “roja”, la mayoría de ellos sin entradas para el partido. Para posibilitar su hospedaje, el camping Mega Space bajó los precios diarios por persona de 120 a 30 reales. El consulado chileno en la ciudad informó que espera la llegada de unos 40.000 fanáticos de Alexis Sánchez, Arturo Vidal y compañía. Todos ellos sueñan con hacer historia, con un “Mineirazo” después de tantos traspiés frente al gigante del fútbol.
Los “torcedores” brasileños, y el propio Luiz Felipe Scolari, reconocen que hubieran preferido una selección europea de segunda línea para esta instancia. “Uno por uno, Chile tiene mejor equipo que nosotros, pero tenemos a Neymar y creo que impondremos el peso de la historia y de la camiseta”, opinó Wellington, vecino del barrio de Ouro Preto, en las cercanías del estadio.
Para alquilar balcones
El duelo entre Neymar y Alexis, compañeros -y amigos- en “Barca”, es uno de los muchos focos de atención del choque entre sudamericanos en Belo Horizonte. También la pulseada entre dos técnicos reconocidos por su capacidad táctica, “Felipao” y el argentino Jorge Luis Sampaoli. Este Chile no tiene complejos, pero tiene en duda a Gary Medel, y a un Vidal que no está al 100 por ciento, según reconoció el discípulo de Marcelo Bielsa. Por su parte, Scolari decidió mover el tablero: Fernandinho ingresaría en lugar del cuestionado Paulinho. “Tenemos una selección muy joven, que da lo mejor de sí misma. ¿Si ganaremos? Claro, yo pronostico un 3-1, con goles de Neymar, Luiz Gustavo y Fred”, señala el comerciante Osvaldo, fanático del actual campeón brasileño Cruzeiro, a LG Mundial. Bruno, en cambio, es torcedor “a muerte” del Atlético Mineiro, todavía vigente campeón de la Copa Libertadores de América.
Para este fisioterapeuta, Brasil logrará avanzar a cuartos de final, pero no sin sufrir. “‘Felipao’ se equivocó al no convocar a Ronaldinho, nos falta juego en el medio”. Otro Felipe, un estudiante de arquitectura, pronostica un partido difícil. “Pero Brasil ganará bien. Creo que el único que podría evitar que lleguemos a la final en nuestra llave es Alemania”, sentenció.
Corazón mineiro
Los “torcedores” esperan festejar en la cancha y fuera de ella: en los barrios, las familias y los amigos se reunirán para un almuerzo tempranero, acompañando el partido en pantalla led.
Luego habrá fiesta con música en las casas hasta entrada la noche. Bruno dixit: “Ganemos o perdamos, festejaremos igual, porque después es domingo y podemos descansar”. A unos tres kilómetros de su casa en el barrio Santa Teresinha, el “scratch” dilucidará su destino ante el buen equipo chileno. Pero no será lo único que se pondrá en juego. Según apunta Bruno, si Brasil queda eliminado en octavos, “el país volverá a salir a las calles con sus reclamos”.
Precisamente Belo Horizonte fue escenario de numerosas manifestaciones el año pasado, en plena Copa Confederaciones. El 26 de junio de 2013, el Mineirao albergó la semifinal entre Brasil-Uruguay (2-1). En los alrededores del estadio, en la previa del partido, hubo disturbios y represión policial, al igual que en la zona céntrica de la ciudad, a posteriori. En ambos casos, con saldo de heridos y daños a la propiedad.
Por ahora es tiempo de fútbol y por ende de fiesta en las calles. El Mineirao volverá a ser hoy el corazón de Brasil, un templo que reunirá virtualmente a 200 millones de “torcedores” por un par de horas. Un coliseo que a la “verdeamarelha” le sienta bien: aquí jugó 22 veces y sólo perdió en dos ocasiones. Chile empató en una y perdió en otra de sus visitas. Pero como dijo ‘Felipao’, las estadísticas de poco sirven, los jugadores y los equipos nunca son los mismos.
“¡Gracias a Dios!”, cuenta la peluquera Claudia que exclamó en la zona del Fan Fest cuando con la goleada ante Camerún puesta, Brasil confirmó lo que se presuponía desde el sorteo en diciembre: que ganaría su grupo y desembarcaría en la capital de Minas Gerais en busca del pase a cuartos de final. Y por ende, podría volver en semifinales, si “Felipao” y Neymar mantienen con vida al “scratch” hasta la última semana.
En la noche del jueves, el conjunto local fue recibido por miles de “torcedores” en el aeropuerto de Confims y acompañado en caravana de autos hasta el hotel. Pulgares arriba de los jugadores. Y el aliento de los que confían, pese a que aún no se enamoran de este equipo.
Chile, ese escollo
No sólo el verde y el amarillo teñían a esta ciudad de casi 2,4 millones de habitantes en la víspera del duelo inaugural de octavos. También el rojo, el blanco y el azul: los chilenos comenzaron a llegar el miércoles en la noche y su número irá in crescendo hasta la hora del puntapié inicial. La alcaldía de Belo Horizonte dispuso de tres áreas –en las proximidades de la Lagoa do Nado y otros dos parques- para recibir a unos 25.000 hinchas de la “roja”, la mayoría de ellos sin entradas para el partido. Para posibilitar su hospedaje, el camping Mega Space bajó los precios diarios por persona de 120 a 30 reales. El consulado chileno en la ciudad informó que espera la llegada de unos 40.000 fanáticos de Alexis Sánchez, Arturo Vidal y compañía. Todos ellos sueñan con hacer historia, con un “Mineirazo” después de tantos traspiés frente al gigante del fútbol.
Los “torcedores” brasileños, y el propio Luiz Felipe Scolari, reconocen que hubieran preferido una selección europea de segunda línea para esta instancia. “Uno por uno, Chile tiene mejor equipo que nosotros, pero tenemos a Neymar y creo que impondremos el peso de la historia y de la camiseta”, opinó Wellington, vecino del barrio de Ouro Preto, en las cercanías del estadio.
Para alquilar balcones
El duelo entre Neymar y Alexis, compañeros -y amigos- en “Barca”, es uno de los muchos focos de atención del choque entre sudamericanos en Belo Horizonte. También la pulseada entre dos técnicos reconocidos por su capacidad táctica, “Felipao” y el argentino Jorge Luis Sampaoli. Este Chile no tiene complejos, pero tiene en duda a Gary Medel, y a un Vidal que no está al 100 por ciento, según reconoció el discípulo de Marcelo Bielsa. Por su parte, Scolari decidió mover el tablero: Fernandinho ingresaría en lugar del cuestionado Paulinho. “Tenemos una selección muy joven, que da lo mejor de sí misma. ¿Si ganaremos? Claro, yo pronostico un 3-1, con goles de Neymar, Luiz Gustavo y Fred”, señala el comerciante Osvaldo, fanático del actual campeón brasileño Cruzeiro, a LG Mundial. Bruno, en cambio, es torcedor “a muerte” del Atlético Mineiro, todavía vigente campeón de la Copa Libertadores de América.
Para este fisioterapeuta, Brasil logrará avanzar a cuartos de final, pero no sin sufrir. “‘Felipao’ se equivocó al no convocar a Ronaldinho, nos falta juego en el medio”. Otro Felipe, un estudiante de arquitectura, pronostica un partido difícil. “Pero Brasil ganará bien. Creo que el único que podría evitar que lleguemos a la final en nuestra llave es Alemania”, sentenció.
Corazón mineiro
Los “torcedores” esperan festejar en la cancha y fuera de ella: en los barrios, las familias y los amigos se reunirán para un almuerzo tempranero, acompañando el partido en pantalla led.
Luego habrá fiesta con música en las casas hasta entrada la noche. Bruno dixit: “Ganemos o perdamos, festejaremos igual, porque después es domingo y podemos descansar”. A unos tres kilómetros de su casa en el barrio Santa Teresinha, el “scratch” dilucidará su destino ante el buen equipo chileno. Pero no será lo único que se pondrá en juego. Según apunta Bruno, si Brasil queda eliminado en octavos, “el país volverá a salir a las calles con sus reclamos”.
Precisamente Belo Horizonte fue escenario de numerosas manifestaciones el año pasado, en plena Copa Confederaciones. El 26 de junio de 2013, el Mineirao albergó la semifinal entre Brasil-Uruguay (2-1). En los alrededores del estadio, en la previa del partido, hubo disturbios y represión policial, al igual que en la zona céntrica de la ciudad, a posteriori. En ambos casos, con saldo de heridos y daños a la propiedad.
Por ahora es tiempo de fútbol y por ende de fiesta en las calles. El Mineirao volverá a ser hoy el corazón de Brasil, un templo que reunirá virtualmente a 200 millones de “torcedores” por un par de horas. Un coliseo que a la “verdeamarelha” le sienta bien: aquí jugó 22 veces y sólo perdió en dos ocasiones. Chile empató en una y perdió en otra de sus visitas. Pero como dijo ‘Felipao’, las estadísticas de poco sirven, los jugadores y los equipos nunca son los mismos.
Lo más popular