Desde que comenzó el Mundial hay un jugador que aguanta las críticas más duras. A Gonzalo Higuaín no lo dejan en paz porque hasta el momento no marcó ningún gol, como tampoco lo hicieron Sergio Agüero, Ezequiel Lavezzi y Rodrigo Palacio, los otros delanteros que saltaron al campo en Brasil. Injustamente le gritan “aflojá con los postres” o “está para ser primera línea de un equipo de rugby”. Pero no se olviden que con ese mismo físico convirtió 17 tantos para Napoli en la Liga de Italia, cinco menos que Ciro Immmobile, el nueve de la “azurra” que ya está de vacaciones a pesar de ser el máximo artillero de ese torneo.

Y por más que renieguen los 40 millones de técnicos que tiene en estos momentos Argentina, el problema no es la panza -desventaja que no tiene el enredado de Lavezzi-, sino la falta de juego que genera el equipo de Alejandro Sabella. ¿Cuántas situaciones claras de gol tuvo “Pipita” en lo que va del Mundial? Sobran los dedos de una mano para contarlas.

Y tampoco se amargue si Sabella decide bancarlo hasta el final. Es lo que corresponde. Tiene que mantenerse firme como lo hizo cuando decidió cerrarle las puertas a Carlos Tevez. Uhhh.

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