Rezar para triunfar

Pinto impone a los “ticos” una rutina de cábala y fe

“CABULERO”. El técnico de Costa Rica luce el mismo traje en cada partido, y no está dispuesto a modificar su rutina. “CABULERO”. El técnico de Costa Rica luce el mismo traje en cada partido, y no está dispuesto a modificar su rutina.
03 Julio 2014
SANTOS.- En la soleada y calurosa mañana de Santos, en el estadio que ensalza la figura de “O Rei” Pelé, el técnico colombiano Jorge Luis Pinto reúne a sus hombres en un círculo, espera a que todos coloquen sus brazos sobre el hombro del compañero y, cuando están unidos, da inicio a la oración con la que Costa Rica comienza cada práctica en el Mundial.

Pinto, el entrenador que conduce a los “ticos” en la aventura más exitosa en la historia del fútbol centroamericano, es un hombre religioso. Pero el partido por cuartos de final que Costa Rica disputará el sábado ante Holanda -un hito único en sus cuatro participaciones mundialistas- no son producto sólo de sus rezos.

El entrenador colombiano, un estudioso del fútbol, ora a Dios para que lo acompañe en su metódico trabajo diario, pero no le cierra la puerta a la superstición. Así se explica en parte que Costa Rica desoyera los consejos de la FIFA y, en lugar de preparar el histórico encuentro frente a los holandeses en Salvador, escenario del choque, decidiera regresar a la ciudad paulista de Santos, su casa desde el inicio del torneo.

La vuelta supuso más horas de viaje y más gastos para el modesto equipo costarricense. Pero también una suerte de garantía para su entrenador, que preparará el partido en el mismo lugar donde cimentó los éxitos ante Uruguay (3-1) e Italia (1-0), el empate frente a Inglaterra (0-0) y el último y memorable triunfo ante Grecia (5-3, en los penales). “Si por regresar a Santos existiera algún costo adicional, habría que hacerlo porque supone una estabilidad emocional para el grupo”, dijo Adrián Gutiérrez, presidente de la comisión de selecciones nacionales de Costa Rica.

Los “ticos” conquistaron un pedazo de la ciudad donde triunfó Pelé. El equipo se aloja en un hotel junto a la playa, en el que también se hospedan otros clientes. Y los hinchas pueden acercarse a recibir a los jugadores a las puertas del establecimiento, como sucedió el lunes a la noche, cuando volvieron de sellar su histórico pase a cuartos.

Los flashes de los celulares de unas 200 personas que los esperaban no dejaron de dispararse, entre vítores, aplausos y cámaras de televisión. Sonrientes, los costarricenses volvieron al lugar donde labraron sus éxitos iniciales. De la misma manera, para enfrentar a Grecia se enfundaron el mismo uniforme blanco que sudaron en las dos primeras victorias del campeonato. Pinto, incluso, vistió el mismo traje que lució en cada triunfo.

El técnico, además de Dios, cree en la suerte y, si una cosa le funciona, la repite, como repite chaqueta amarilla y pantalones tejanos cada vez que actúa de entrenador en cancha rival. (DPA)

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