05 Julio 2014
REENCUENTRO. “De mi época de jugador el único que quedó es Dante Bautista, que era apenas un pibito”, dijo Bernasconi.
Volver a transitar por los vestuarios del estadio de San Martín fue de alto impacto para Osvaldo Bernasconi. Fue algo especial, porque le permite retroceder en el tiempo y ubicarse en aquellos juveniles años de la década del ‘80 cuando jugaba en las inferiores de del “santo”, club que hoy tiene la satisfacción de conducir tácticamente.
“Cuando el jueves volví a pisar este vestuario, sentí tantas sensaciones encontradas como en aquellos tiempos cuando junto a Roberto Dilascio, “Pito” Ortiz y Mario Jiménez, entre otros, integrábamos la Quinta campeona. Ese título lo conseguimos en la temporada ‘83. En el club estuve hasta el año ‘87 cuando luego de jugar varios encuentros en Primera me fui a Andino de La Rioja. Fueron momentos que me marcaron para siempre”, señaló el entrenador “santo” que además recordó: “de aquellos tiempos, el único que queda en el club es Dante Bautista, que en ese entonces era un pibito que estaba aprendiendo el oficio de utilero de la mano de “Lucho” Schiavone y “Cátala” González, dos verdaderos próceres del club. Qué gusto me da compartir y recordar aquellos tiempos, mate mediante. Qué gusto me da poder reencontrarme con tanta gente amiga con la que viví tantos hermosos momentos”, agregó quien esa misma tarde de jueves recibió los saludos de los empleados del complejo “Natalio Mirkin”, alegres por su regreso a la entidad de La Ciudadela.
La consolidación
Qué lejos estaba Bernasconi de imaginarse que tres décadas después volvería a trabajar en el club pero esta vez con un cargo determinante. “Llegó el momento de volcar todo lo que me tocó vivir desde que me inicié en esta profesión. Este es el mayor desafío de mi carrera. Me tengo una fe inmensa de poder responderle a quienes confiaron en mis condiciones. Junto al grupo que se está formando sabemos que nada será fácil. Como grande que somos de la categoría sabemos nos van a querer ganar. Nos sobra confianza para encarar este proyecto que, Dios quiera, en diciembre nos deposite en la B Nacional”, se ilusionó el DT “santo”.
A pesar de que las negociaciones para conseguir los refuerzos esperados se estiraron más allá de lo pensando en un primer momento, Bernasconi siempre mantuvo la tranquilidad que lo caracteriza.
“Es que esta directiva hizo los esfuerzos para conseguir los futbolista que le solicité. Además, todos sabemos que el mercado de pases está muy complicado y uno se tiene que cargar de paciencia para tener menos posibilidades de equivocarse. Por suerte, en estos últimos días se destrabaron varias de las tratativas que los dirigentes estaban llevando a cabo y conseguimos sumar a varios de los muchachos que pretendía contar para esta temporada que se viene”, sostuvo Bernasconi.
Osvaldo sabe que para el hincha de San Martín cualquier resultado que no sea el ascenso lo catalogará como un fracaso. “Eso lo tenemos bien asumido con mis compañeros del cuerpo técnico y con el plantel. Este equipo está obligado a ser protagonista en cada torneo que participe y más ahora que en cuatro meses de competencia vamos a tener la chance de pasar a jugar en la segunda categoría del fútbol argentino. Nos sobra confianza para intentarlo”, aseguró.
“Cuando el jueves volví a pisar este vestuario, sentí tantas sensaciones encontradas como en aquellos tiempos cuando junto a Roberto Dilascio, “Pito” Ortiz y Mario Jiménez, entre otros, integrábamos la Quinta campeona. Ese título lo conseguimos en la temporada ‘83. En el club estuve hasta el año ‘87 cuando luego de jugar varios encuentros en Primera me fui a Andino de La Rioja. Fueron momentos que me marcaron para siempre”, señaló el entrenador “santo” que además recordó: “de aquellos tiempos, el único que queda en el club es Dante Bautista, que en ese entonces era un pibito que estaba aprendiendo el oficio de utilero de la mano de “Lucho” Schiavone y “Cátala” González, dos verdaderos próceres del club. Qué gusto me da compartir y recordar aquellos tiempos, mate mediante. Qué gusto me da poder reencontrarme con tanta gente amiga con la que viví tantos hermosos momentos”, agregó quien esa misma tarde de jueves recibió los saludos de los empleados del complejo “Natalio Mirkin”, alegres por su regreso a la entidad de La Ciudadela.
La consolidación
Qué lejos estaba Bernasconi de imaginarse que tres décadas después volvería a trabajar en el club pero esta vez con un cargo determinante. “Llegó el momento de volcar todo lo que me tocó vivir desde que me inicié en esta profesión. Este es el mayor desafío de mi carrera. Me tengo una fe inmensa de poder responderle a quienes confiaron en mis condiciones. Junto al grupo que se está formando sabemos que nada será fácil. Como grande que somos de la categoría sabemos nos van a querer ganar. Nos sobra confianza para encarar este proyecto que, Dios quiera, en diciembre nos deposite en la B Nacional”, se ilusionó el DT “santo”.
A pesar de que las negociaciones para conseguir los refuerzos esperados se estiraron más allá de lo pensando en un primer momento, Bernasconi siempre mantuvo la tranquilidad que lo caracteriza.
“Es que esta directiva hizo los esfuerzos para conseguir los futbolista que le solicité. Además, todos sabemos que el mercado de pases está muy complicado y uno se tiene que cargar de paciencia para tener menos posibilidades de equivocarse. Por suerte, en estos últimos días se destrabaron varias de las tratativas que los dirigentes estaban llevando a cabo y conseguimos sumar a varios de los muchachos que pretendía contar para esta temporada que se viene”, sostuvo Bernasconi.
Osvaldo sabe que para el hincha de San Martín cualquier resultado que no sea el ascenso lo catalogará como un fracaso. “Eso lo tenemos bien asumido con mis compañeros del cuerpo técnico y con el plantel. Este equipo está obligado a ser protagonista en cada torneo que participe y más ahora que en cuatro meses de competencia vamos a tener la chance de pasar a jugar en la segunda categoría del fútbol argentino. Nos sobra confianza para intentarlo”, aseguró.
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