El Parlamento iraquí no logra superar sus diferencias internas

No consigue elegir autoridades legislativas

08 Julio 2014
BAGDAD.- El dividido parlamento de Irak pospuso la elección presidencial hasta el 12 de agosto, en el marco caótico que expusieron un atentado suicida, un secuestro de religiosos cristianos y el ataque a una base aérea. Los diputados del nuevo parlamento tenían previsto elegir hoy el presidente de la Cámara, pero la disputa entre los diferentes bloques respecto de quiénes serán el primer ministro y Presidente de la Nación, y quién el jefe del Parlamento, forzaron la postergación. La nueva fecha la indicó el parlamentario de mayor edad, Mahdi al Hafez, que preside las sesiones hasta la elección de un nuevo jefe de la Cámara. De este modo se profundiza la parálisis legislativa que el 1° de julio, durante la primera sesión, ni siquiera logró reunir el quórum necesario.

Ante la posibilidad de un nuevo fracaso, Mohamed al Jaleri, líder de la coalición sunnita Unidos advirtió que su sector no decidió quién será su candidato para presidir el Parlamento. Al Jaleri expresó la posibilidad de que la sesión del Congreso termine atrasándose hasta después del actual mes sagrado de ramadán y la posterior festividad musulmana del Eid al Fitr, debido a la falta de consenso político para designar a los principales referentes legislativos.

Esa elección es el primer paso de un proceso iniciado tras las elecciones legislativas de abril y que contempla el nombramiento del presidente de la República, en sustitución de Yalal Talabani, y de un nuevo gobierno.

La fuerza más votada en las legislativas fue la coalición Estado de Derecho, del primer ministro -el chiita­ Nuri al Maliki, pero no tiene la mayoría necesaria para gobernar por sí misma.

Al Maliki, pese a las presiones de numerosas fuerzas que exigen un gobierno de unidad nacional en medio de la ofensiva militar contra el avance de los insurgentes suníes, liderados por el grupo radical Estado Islámico de Irak y Siria, (ISIS), pretende seguir en el cargo.

La crisis se desató el 10 de junio, cuando el grupo yihadista se apoderó de la ciudad de Mosul e inició un avance por el norte y centro del país que no se detuvo aún. Poco después, los kurdos comenzaron un movimiento a favor de una creciente independencia en Kirkuk.

Mientras el gobierno iraquí dirigido por el chiíta al Maliki intentaba dificultosamente contener el avance del ISIS, e incluso pedía ayuda a los Estados Unidos, el grupo fundamentalista musulmán proclamó el 29 un califato en toda la zona que controla en Siria e Irak. Al frente del califato, proclamó a su líder Ibrahim ibn Awad, más conocido como Abu Bakr al Bagdadi, como “imán y califa para los musulmanes de todo el mundo”

En tanto, al menos cuatro personas murieron y diez resultaron heridas en un ataque cometido por un suicida en un barrio chiita de Bagdad, al estrellar el coche bomba que manejaba. Y en una ofensiva contra otras religiones, el ISIS atacó una iglesia ortodoxa siria en Aleppo y secuestró dos sacerdotes y una monja. El ISIS intentó asaltar una base aérea al norte de Tikrit, en el Kurdistán y fue repelido: sufrió importantes bajas. (Télam-DPA)

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