El duelo jamás pensado

La banda izquierda que defenderá Rojo mañana tendrá como enemigo de sitio nada menos que a Robben, ¿quién saldrá ganando?

EL MÁS TEMIDO. Robben llegó con el mote de “animal” y cumplió con creces, a fuerza de goles, fútbol y máxima velocidad. EL MÁS TEMIDO. Robben llegó con el mote de “animal” y cumplió con creces, a fuerza de goles, fútbol y máxima velocidad.
Desde el primer minuto de la Copa del Mundo, Arjen Robben se instaló muy cerca de la línea para jugar de wing derecho. Del centro a la izquierda se mueven Sneijder y Van Persie, los restantes integrantes del temible trío. Por ahí galopa Robben. Nada de gambetear como el “Loco” Corbatta, Houseman o “Mané” Garrincha. Lo suyo es tirar la pelota y dejar a los marcadores atornillados como estacas. A ese portento físico y técnico se enfrentará Marcos Rojo mañana, en Itaquera. Será uno de los miniduelos de Argentina-Holanda.

Las vueltas interminables del fútbol le cambiaron el rótulo a Rojo. De generar desconfianza y debates nacionales pasó a los aplausos y hasta celebró un gol, aquel rodillazo que definió el choque contra Nigeria. Y hasta le cambiaron la letra al himno mundialista para acordarse de él: “Brasil, decime qué se siente, que Rojo haga un gol en tu Mundial”...

Sabella, que siempre le tuvo fe a Rojo y lo sostuvo contra todas las críticas imaginables, se encarga de pasarle esa factura al periodismo cuando tiene un micrófono cerca. Está en su derecho. La cuestión es que a toda la regularidad exhibida por Rojo moviéndose por el lateral le hará falta un plus, porque enfrentar a Robben es otro cantar. ¿Si Matellan anuló a Figo en aquel Boca-Real Madrid de la final Intercontinental, por qué no puede Rojo deglutirse a Robben en San Pablo? La pregunta y la comparación son válidas; las respuestas están abiertas.

Robben es el hombre que abre las defensas rivales en el esquema de Van Gaal. Cuenta con un socio ideal, porque Kuyt recorre la banda de área a área, sabe tocar y buscar la descarga, se sacrifica y, además, es incansable. Rojo no podrá solo contra esa dupla, es lógico, y por eso será fundamental la elección del volante que se moverá por ese sector. Puede ser Lavezzi, el elegido hasta aquí, aunque no es un especialista y eso puede jugarle en contra frente a semejante desafío. De allí la sensación de que Sabella optará por “Maxi” Rodríguez o “Ricky” Álvarez. Habrá que ver.

De la espalda de Rojo se encargará Garay. Cuanto más salga Rojo a buscar a Robben más atento deberá estar Garay para cruzar sobre la izquierda. Viene haciéndolo bien, ahora llega la máxima exigencia y hay un condicionante que jugará en la cabeza del central: carga con una amarilla. Otra amonestación y Garay puede perderse una hipotética final. Es un dato importante. También lo es que Robben haya confesado que se zambulló en el área contra los mexicanos. Ese penal desniveló el partido de octavos y puso a Robben en una situación incómoda. Algo quedó claro: le será difícil engañar nuevamente a un árbitro.

En el partido que se disputa en las mesas de arena es difícil visualizar a Rojo suelto en la ofensiva. Lo hizo repetidamente durante los cuatro encuentros que disputó (contra los belgas estaba suspendido y lo reemplazó Basanta), pero en esas ocasiones no había un Robben moviéndose en puntas de pie, listo para poner quinta al menor descuido. Holanda recuesta el juego permanentemente sobre ese sector, lo que puede liberar a Zabaleta para que le dé salida a la pelota. Por supuesto, este es el duelo que se dibuja en los pizarrones. Después, en la cancha, suele ocurrir lo contrario. Por eso el fútbol es inigualable.

A favor de Rojo juega la fortaleza mental. No es sencillo para un futbolista manejar la presión que implica saberse tan cuestionado. A Rojo le tocó acumular flojas producciones, pero se mantuvo en la trinchera y halló la revancha justo en el ámbito ideal: el Mundial. Le queda jugar una mano bravísima, nada menos que contra uno de los ases que se mantienen al acecho en el paño de la Copa. Rojo vs. Robben, gran duelo de semifinales. Quién lo hubiera dicho.

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