Por Jose Ariel Ibañez
12 Julio 2014
Las sensaciones cambian minuto a minuto, partido a partido, mundial a mundial. Hace cuatro años, Argentina se despidió de cuartos de final por culpa de un tremendo golpe de nocaut que le aplicó Alemania en cuartos de final. En pocas horas, tendrá la posibilidad de una revancha pero en una instancia donde el triunfo tiene un sabor más dulce: la final. Pero no sólo la Selección buscará su desquite a nivel equipo. Varios jugadores irán por la revancha personal después de un par de frustraciones. Si el triunfo es celeste y blanco, el festejo de un futbolista argentino tendrá un sabor especial. Hace ocho años, Martín Demichelis era número puesto para jugar el Mundial de Alemania 2006. Jugaba en Bayern Munich, tenía un nivel acorde con las exigencias de la competencia y era fija para integrar el plantel. Sin embargo, se quedó a último momento fuera de la lista. Lloró como un chico. Por un momento sintió que el fútbol ya no tenía sentido y hasta pensó en el retiro. Hace dos meses, estaba más cerca de irse de vacaciones con su familia que de jugar en Brasil 2014. Lo citaron. Quedó en la lista pero fue suplente en los primeros partidos hasta que tuvo su chances y se ganó la titularidad. Mañana puede ser campeón del mundo. El fútbol es así. Un día te pega y al siguiente te acaricia.