“Pichuco era tierno, inteligente e intensamente cariñoso”

La figura de Aníbal Troilo crece a 100 años de su nacimiento con la evocación de su nieto, Francisco Torné, y con la exhibición de una película

15 Julio 2014

Tenía un corazón más grande que su cuerpo. Nadie sabe cuántos bandoneones tuvo ni cuántos regaló (entre los beneficiarios estuvieron Astor Piazzolla, Osvaldo Piro, Rubén Juárez, Rodolfo Mederos, Raúl Garello...). Las anécdotas sobre su generosidad son numerosas: desde fiestas de casamiento, como la de Osvaldo Berlingieri, hasta casas y autos. Como si todo fuese poco, fue el máximo intérprete del instrumento que eligió a los 9 años, al punto que en 2005 la fecha de su nacimiento, el 11 de julio, fue designado como el Día del Bandoneón.

El viernes, Aníbal Troilo habría cumplido 100 años. Los homenajes y recuerdos se multiplican por todo el país, y hoy será el turno de Tucumán, con la presencia de Francisco Torné, el nieto de Zita Troilo (la esposa de Pichuco), y la proyección de la película “Los guardianes del Ángel”, en el Julio Cultural de la UNT.

- ¿Cómo era tu abuelo político de entrecasa?

- Igual que en el escenario; no había dos Pichucos: era un ser tierno, inteligente e intensamente cariñoso. Me une a él el mismo amor que le tienen las miles de personas que participan en estos días de los homenajes. Siempre lo sentí y él se comportó como mi abuelo, pero vale la aclaración de que soy nieto de Zita para no confundir a la gente.

- ¿Por qué tanto amor?

- Porque Aníbal Troilo dio amor, y hoy lo recibe multiplicado. Además, tenía una generosidad permanente, que no sólo era económica sino que también se manifestaba en grabar más temas de otro que suyos, en apoyar a Piazzolla cuando empezaba o en decirle a un gran cantor como Edmundo Goyeneche que ya debía irse de su orquesta. Lo que era Pichuco lo define el maestro Horacio Ferrer en “El Gordo Triste”, cuando dice: Por una aristocracia arrabalera/tan sólo ha sido flaco con él mismo,/también el tiempo es gordo, y no parece.../Pichuco de las manos como patios.

- ¿Cómo se llevaban él y su familia con la fama?

- La llevaba muy bien porque amaba a la gente y no le molestaba que lo pararan, demorábamos una hora en hacer cuatro cuadras. Hasta ahora, nosotros pudimos estar bastante protegidos, pero este año del centenario, tan particular, nos obliga a una mayor exposición. No más que eso: nosotros no somos la figura, él es el artista y el único protagonista. Ninguno de sus herederos somos músicos, porque la vara es muy alta.

- ¿Sirve ser talentoso si no se es un buen tipo?

- El talento siempre es bueno para el arte, pero si viene acompañado de un buen tipo, se convierte en ídolo. Es muy fácil llevar su legado; sólo hay que decir que vamos a hacer algo de Troilo, y todo el mundo se suma.

- La admiración a su figura, ¿impone responsabilidades especiales?

- La responsabilidad es no deshonrar sus preceptos. Hay que ser agradecido, facilitarle al otro las cosas y nunca pero nunca fallarle a un amigo.

Proyectan "Los guardianes del Ángel"

“De 10 tangos conocidos, cinco son del ‘Gordo’. Nunca lo ví en vivo, pero vengo de una familia tanguera y mis padres y abuelos hablaban siempre de él. Aníbal Troilo decía que el tango sabe esperar, que en algún momento te agarra desprevenido, de sopapo y no te suelta más; desde ese momento, es parte de tu vida”.

La frase pertenece a Adrián Lorenzo, director del documental “Los guardianes del Ángel”, en el que recorre mediante testimonios la vida y obra de Troilo, y que hoy se proyectará por primera vez en Tucumán, pese a que fue estrenado hace una década y tuvo un largo recorrido internacional. Al final, se realizará una milonga, para terminar la noche bailando.

El artista señaló que la gente “le tiene un afecto muy grande a Troilo, quien representa muchas cosas, y él nos iluminó hacer la película y andar el camino después; tenía una cosa de buena persona amigo, hombre y padre, todo en uno, como un capitán de un equipo de fútbol”. Destacó el apoyo que recibió de Francisco Torné, nieto del bandoneonista, con quien compartirá la función que tendrá lugar en el Centro Cultural Virla de la UNT.

“No encaramos la película desde la cronología biogáfrica, sino desde lo emocional, y hubo testimonios que nos hicieron reír y luego llorar. Fue una forma de darle un giro y no terminar en una parafernalia de temas, fechas e informaciones, que iba a parecer un programa de History Channel. Trabajamos durante un año y medio en la investigación y en las entrevistas a unos 15 músicos que compartieron escenario con Pichuco, y cada anécdota de vida que se contaba era relacionada con alguno de los temas que compuso o que interpretó el Gordo. Así tuvimos un hilo conductor en el relato, con la decisión estética de mostrar las entrevistas en blanco y negro y los hechos ficcionados en color”, explicó.

SE VERÁ HOY

• A las 21, en el Centro Cultural Virla (25 de Mayo 265).

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