18 Julio 2014
Cosecha demorada, excesiva humedad en el ambiente y en el cultivo, precios en descenso y un negocio complicado, es el perfil que, hoy, tiene la campaña maicera en Tucumán, desde la óptica del ingeniero agrónomo Jorge Padilla Ayala, encargado de planta de la Cooperativa Unión y Progreso de La Ramada de Abajo (Burruyacu).
“La cosecha avanza en lotes puntuales, no está generalizada (de la zona productiva que abarca la entidad: este tucumano y oeste santiagueño). Lo que se cosechó es para cumplir los compromisos con vencimientos próximos (contratos). El problema es que la humedad (ambiente y del cultivo) no disminuye, lo que genera inconvenientes al momento de cumplir dichos contratos, ya que los acopios y exportadores no aceptan maíces con excesiva humedad. La tolerancia es 14,5%; hoy nos aceptan con 16%, y este es el motivo principal por el cual muchos contratos no se podrán cumplir en tiempo y forma, ya que casi todos los cultivos presentan entre 18% y 19% de humedad. Además, aún no llegaron los ‘vientos Norte’ ni las heladas, que ayudan a disminuir los puntos de humedad al maíz”, describió.
¿Qué se puede hacer?, consultó LA GACETA Rural. “Esperar que el maíz pierda humedad en la planta, o cosecharlo húmedo y enviarlo a acondicionar, lo que significa mayores costos”, explicó. Padilla observó que “las precipitaciones anormales de mayo impactaron en la calidad del cultivo (en la sanidad). Tuvimos 29 días nublados y con lloviznas, lo que potenció la aparición de enfermedades en hoja, tallo y espigas de la planta”.
Los precios en baja son otro problema. “Cayeron mucho debido a la mayor producción mundial, se acomodaron los stock e impactó negativamente en los precios locales. Los contratos se hicieron a un valor, pero hoy el precio está por debajo de aquel. Por eso, la comercialización está complicada. Y si le sumamos el mayor costo del flete, el contexto es difícil”, mencionó.
Entonces, ¿qué hacer?, consultamos al Ingeniero. “Ante este panorama económico adverso debido a la baja de precios, el productor cosechará, cumplirá compromisos y guardará la producción para esperar un incremento en el precio y así poder vender”. reconoció.
“La cosecha avanza en lotes puntuales, no está generalizada (de la zona productiva que abarca la entidad: este tucumano y oeste santiagueño). Lo que se cosechó es para cumplir los compromisos con vencimientos próximos (contratos). El problema es que la humedad (ambiente y del cultivo) no disminuye, lo que genera inconvenientes al momento de cumplir dichos contratos, ya que los acopios y exportadores no aceptan maíces con excesiva humedad. La tolerancia es 14,5%; hoy nos aceptan con 16%, y este es el motivo principal por el cual muchos contratos no se podrán cumplir en tiempo y forma, ya que casi todos los cultivos presentan entre 18% y 19% de humedad. Además, aún no llegaron los ‘vientos Norte’ ni las heladas, que ayudan a disminuir los puntos de humedad al maíz”, describió.
¿Qué se puede hacer?, consultó LA GACETA Rural. “Esperar que el maíz pierda humedad en la planta, o cosecharlo húmedo y enviarlo a acondicionar, lo que significa mayores costos”, explicó. Padilla observó que “las precipitaciones anormales de mayo impactaron en la calidad del cultivo (en la sanidad). Tuvimos 29 días nublados y con lloviznas, lo que potenció la aparición de enfermedades en hoja, tallo y espigas de la planta”.
Los precios en baja son otro problema. “Cayeron mucho debido a la mayor producción mundial, se acomodaron los stock e impactó negativamente en los precios locales. Los contratos se hicieron a un valor, pero hoy el precio está por debajo de aquel. Por eso, la comercialización está complicada. Y si le sumamos el mayor costo del flete, el contexto es difícil”, mencionó.
Entonces, ¿qué hacer?, consultamos al Ingeniero. “Ante este panorama económico adverso debido a la baja de precios, el productor cosechará, cumplirá compromisos y guardará la producción para esperar un incremento en el precio y así poder vender”. reconoció.
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