29 Julio 2014
UN DÚO ESPECIAL. Guido Guerrero actuará junto a Miguel Martín. GENTILEZA MANYINES
“Manyines, más de lo mismo” vuelve al escenario para demostrar que es cierto el dicho que no hay dos sin tres. Esta noche será la tercera aparición del año en un teatro de los personajes creados por Gabriel Carreras, Miguel Martín y Pablo Latapie en la temporada, con la promesa de dos horas de diversión y la participación especial de Guido Guerrero.
El trío de vecinas chismosas que integran la Pocha, la Yola y la Titina; los policías de ética discutible encabezados por el Oficial Gordillo; el profesor Sabelounpomo y sus alumnos; la Irma y sus “romantics interview”; la pequeña traviesa y la inevitable operadora esperarán al público. Pese a lo que afirma el título, no será todo igual, sino que, dentro de la repetición de sketches y de lo previsible de la estructura, el juego sobre el escenario apuesta a crear un momento único.
“Lo único igual son los personajes, pero el show siempre es distinto, hasta en la estructura. Hay un nuevo monólogo del Hétor (Martín), todo el cuadro de la Irma y videos exclusivos para el teatro, con la participación por primera vez de Gladys, la Bomba Tucumana. Sólo la operadora responde a una estructura fija, que se repite, porque en el resto siempre jugamos con la gente. Tenemos un punto de arranque y otro de final; en el medio, se desarrolla el juego de la improvisación”, afirma Carreras.
El actor, en su rol de la operadora, es el conductor de todo el relato teatral: “ella es la que va hilando la propuesta, con muchos juegos con los sonidos que están recontrasincronizados”.
El éxito de Manyines es firme, pero se consolida en cada presentación desde su primer espectáculo en 2009, que estuvo más de un año y medio en cartel. Se proyectó en miles de libros vendidos y en temporadas en radio y en televisión que concluyeron con el Martín Fierro Federal al mejor programa humorístico por pantalla chica.
“Se logró articular de manera humorística el lenguaje tucumano, luego de muchas remadas y de mucho bagaje personal. El cordobés siempre tuvo su tonada, pero la del tucumano no estaba aceptada socialmente; cuando era chico, me acuerdo que era tomada en forma peyorativa. Pero se comenzó a desdibujar ese preconcepto y pasó a tener un sentido de identidad después de años de maduración y tomando la posta de cosas que venían de antes”, explica Latapie.
A su criterio, el producto tucumanizado logra su mayoría de edad de la mano del desarrollo de Internet. “El efecto fuerte se dio en las redes sociales. Por televisión de cable, el programa no tenía mucho rating, pero era impresionante la repetición por Youtube, se lo veía muchísimo más y tenemos videos con 180.000 visitas. Tenemos muy incorporados los personajes, que son reales y muy reconocibles, me pongo el vestuario y soy esa persona. Esto permitió que no solamente se pierda la vergüenza, sino que el tucumano comience a reírse de cómo habla y lo empiece a aprovechar. Cuando te presentás a un casting, lo hacés como tucumano”, agrega.
En el teatro, el vivo y directo abre el espacio al juego lúdico constante con el público, lo que los actores aprovechan todo el tiempo. Este momento de juego remite naturalmente a la infancia, cuando impunemente se podían tomar diversas personalidades y hacer lo que se quería sin consecuencias.
“Mi infancia está siempre y en todo momento. En mis monólogos está todo el tiempo, porque considero que todos los seres humanos tenemos una infancia parecida, que nos quejamos y disfrutamos de las mismas cosas. Por eso, muchos se identifican con los monólogos que relato”, sostiene Martín.
ACTÚA HOY
• A las 21.30, en el teatro Alberdi (Crisóstomo Álvarez y Jujuy).
El trío de vecinas chismosas que integran la Pocha, la Yola y la Titina; los policías de ética discutible encabezados por el Oficial Gordillo; el profesor Sabelounpomo y sus alumnos; la Irma y sus “romantics interview”; la pequeña traviesa y la inevitable operadora esperarán al público. Pese a lo que afirma el título, no será todo igual, sino que, dentro de la repetición de sketches y de lo previsible de la estructura, el juego sobre el escenario apuesta a crear un momento único.
“Lo único igual son los personajes, pero el show siempre es distinto, hasta en la estructura. Hay un nuevo monólogo del Hétor (Martín), todo el cuadro de la Irma y videos exclusivos para el teatro, con la participación por primera vez de Gladys, la Bomba Tucumana. Sólo la operadora responde a una estructura fija, que se repite, porque en el resto siempre jugamos con la gente. Tenemos un punto de arranque y otro de final; en el medio, se desarrolla el juego de la improvisación”, afirma Carreras.
El actor, en su rol de la operadora, es el conductor de todo el relato teatral: “ella es la que va hilando la propuesta, con muchos juegos con los sonidos que están recontrasincronizados”.
El éxito de Manyines es firme, pero se consolida en cada presentación desde su primer espectáculo en 2009, que estuvo más de un año y medio en cartel. Se proyectó en miles de libros vendidos y en temporadas en radio y en televisión que concluyeron con el Martín Fierro Federal al mejor programa humorístico por pantalla chica.
“Se logró articular de manera humorística el lenguaje tucumano, luego de muchas remadas y de mucho bagaje personal. El cordobés siempre tuvo su tonada, pero la del tucumano no estaba aceptada socialmente; cuando era chico, me acuerdo que era tomada en forma peyorativa. Pero se comenzó a desdibujar ese preconcepto y pasó a tener un sentido de identidad después de años de maduración y tomando la posta de cosas que venían de antes”, explica Latapie.
A su criterio, el producto tucumanizado logra su mayoría de edad de la mano del desarrollo de Internet. “El efecto fuerte se dio en las redes sociales. Por televisión de cable, el programa no tenía mucho rating, pero era impresionante la repetición por Youtube, se lo veía muchísimo más y tenemos videos con 180.000 visitas. Tenemos muy incorporados los personajes, que son reales y muy reconocibles, me pongo el vestuario y soy esa persona. Esto permitió que no solamente se pierda la vergüenza, sino que el tucumano comience a reírse de cómo habla y lo empiece a aprovechar. Cuando te presentás a un casting, lo hacés como tucumano”, agrega.
En el teatro, el vivo y directo abre el espacio al juego lúdico constante con el público, lo que los actores aprovechan todo el tiempo. Este momento de juego remite naturalmente a la infancia, cuando impunemente se podían tomar diversas personalidades y hacer lo que se quería sin consecuencias.
“Mi infancia está siempre y en todo momento. En mis monólogos está todo el tiempo, porque considero que todos los seres humanos tenemos una infancia parecida, que nos quejamos y disfrutamos de las mismas cosas. Por eso, muchos se identifican con los monólogos que relato”, sostiene Martín.
ACTÚA HOY
• A las 21.30, en el teatro Alberdi (Crisóstomo Álvarez y Jujuy).
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