Victoriosos y derrotados, los hombres detrás de la guerra

Emperadores y mariscales fueron grandes protagonistas en los campos de batalla ¿Por quiénes pasaron las principales decisiones durante la Gran Guerra? Esta galería expone a las figuras -civiles y militares- que definieron el destino de millones de personas

02 Agosto 2014

Los franceses colmaron las calles de París para celebrar la victoria. El desfile, imponente, se desbordó en medio de los vítores cuando los mariscales Foch y Joffre pasaron a caballo luciendo sus medallas. Al igual que Pétain, los conductores del ejército francés devinieron en ídolos. La imagen remitió al culto a la personalidad guerrera de la antigüedad. Sólo faltaba que los alemanes derrotados fueran paseados en jaulas por los Campos Elíseos.

La Primera Guerra Mundial se originó y se definió por infinidad de causas económicas, políticas y sociales. Pero detrás de cada decisión había hombres; personajes a los que les tocó lidiar con un tiempo histórico complejo y obrar en consecuencia.

Cuatro emperadores cayeron como producto de la contienda y se llevaron con ellos a las monarquías absolutas que encabezaban. Guillermo II (Alemania), Francisco José I (Austria-Hungría), Mehmed V (Imperio Otomano) y Nicolás II (Rusia) representaban a un pasado que fue demolido por las democracias triunfadoras -Francia, Inglaterra y Estados Unidos-.

Woodrow Wilson, el presidente de Estados Unidos, se impuso a las voces que le reclamaban mantener la neutralidad y llevó a su país al corazón de la Gran Guerra. El triunfo lo convirtió en árbitro del polvorín europeo y transformó a Estados Unidos en una potencia con voz y poder de decisión en el ámbito internacional. Pero las ideas pacifistas de Wilson, traducidas en la Liga de las Naciones, se hicieron cenizas ante el avance de los totalitarismos. Un cuarto de siglo más tarde el horror volvió a azotar a la humanidad.

Los mariscales Hindenburg y Ludendorff salieron de la derrota alemana con el prestigio intacto, al extremo de que fueron figuras importantes en la política futura de su país. Ellos se abrazaron a la idea de que el ejército germano había cumplido con su cometido y que la nefasta paz de Versalles era culpa de “los políticos”. Machacaron con ese concepto hasta que lo recogió Adolf Hitler y lo hizo bandera del ascenso del nazismo al poder.

John Joseph Pershing, comandante de las tropas estadounidenses en Europa, fue el arquetipo del general moderno y pragmático, cuyo modelo tomaron los exitosos jefes del ejército norteamericano en la Segunda Guerra Mundial, con Eisenhower y MacArthur a la cabeza.

También emergió del conflicto bañado en prestigio el mariscal británico Douglas Haig, quien condujo a decenas de miles de soldados ingleses a la muerte cada vez que ordenaba ataques frontales condenados al fracaso. La historia la escriben los que ganan.

GUILLERMO II DE ALEMANIA

El Kaiser de la Gran Guerra mantuvo el dominio de Alemania con mano firme durante los primeros años, pero con el tiempo su influencia fue decayendo y terminó subordinado a los mariscales Hindenburg y Ludendorff. Fue uno de los pilares del imperialismo europeo. Tras las derrota debió abdicar. 

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PHILIPPE PÉTAIN

La victoria en la decisiva batalla de Verdún, en 1916, fue atribuida en buena medida al carisma de Pétain, quien al cabo de la guerra recibió el título de “Mariscal de Francia”. Designado jefe del Estado Mayor en los años finales del conflicto, se convirtió en el más popular y querido de los militares.

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FRANCISCO JOSÉ I DE AUSTRIA-HUNGRÍA

Tenía 84 años cuando firmó la declaración de guerra contra Serbia. El asesinato de su sobrino y heredero al trono, en Sarajevo, fue el detonante de la Gran Guerra. Francisco José I murió en 1916, en pleno conflicto. Conservador y despótico, pertenecía a la época de las monarquías absolutas.

FERDINAND FOCH

El Comandante en Jefe de los ejércitos aliados era un general de la vieja escuela, que había combatido en la guerra franco-prusiana del siglo XIX. Encabezó la ofensiva que tras la segunda batalla del Marne dejó a los alemanes contra la espada y la pared. Se opuso a los humillantes términos de la paz de Versalles.

MEHMED V

Conductor del Imperio Otomano, decidió el ingreso al conflicto en noviembre de 1914, declarando una jihad (guerra santa) contra los británicos. Pero el poder real no pasaba por el palacio, sino por los Jóvenes Turcos que diseñaban las políticas de Estado. Murió antes del final de la contienda.

DOUGLAS HAIG

Fue el comandante de las fuerzas inglesas en Europa, cargo que mantuvo a pesar de los constantes roces con su pares franceses, en especial con el Mariscal Foch. Se lo criticaba por las numerosas bajas que se producían cada vez que mandaba a sus tropas al ataque. Valiente y decidido, el triunfo le sonrió.

NICOLÁS II

El último zar de Rusia respetó el acuerdo que mantenía con Serbia y acudió en respaldo de la pequeña nación cuando el Imperio Austro-Húngaro le declaró la guerra. Sus ejércitos no consiguieron doblegar a los alemanes, mientras que la revolución de 1917 lo obligó a abdicar. 

JOHN JOSEPH PERSHING

Le tocó dirigir a la Fuerza Expedicionaria enviada por Estados Unidos a combatir en Europa en 1917. Se negó a dejar a sus hombres bajo el mando de los generales franceses e ingleses, por lo que recién entraron decididamente en acción en 1918, cuando lograron decisivas victorias sobre los alemanes.

WOODROW WILSON

Fue el presidente estadounidense que decidió meter a su país en la guerra en 1917, al cabo de años de neutralidad. Esa decisión fue clave para que la balanza se inclinara en favor de los aliados. Wilson impulsó la paz universal a través de una Liga de Naciones, pero su intentó fracasó.

PAUL VON HINDENBURG

La victoria sobre los rusos en la batalla de Tannenberg, en 1914, lo convirtió en un héroe para el pueblo alemán. Dos años más tarde pasó a formar parte del Estado Mayor. Siempre subrayó que Alemania no había sido vencida en el campo de batalla. Presidió la República de Weimar.

LLOYD GEORGE

Fue elegido primer ministro británico en 1916, cuando la ofensiva de los submarinos alemanes hacía peligrar el futuro de su país. Debió implementar políticas impopulares, como el racionamiento de alimentos y la conscripción obligatoria, pero esas medidas contribuyeron a la victoria aliada.

ERICH LUDENDORFF

En 1916 asumió la dirección de las fuerzas armadas alemanas, junto a Hindenburg. Fue el gestor del tratado de paz con Rusia, muy favorable para los germanos. Sus ofensivas de 1918 contra los aliados fracasaron una y otra vez. Respaldaba las ideas nacionalistas de Adolf Hitler.

GEORGES CLEMENCEAU

En noviembre de 1917, cuando el resultado del conflicto era incierto, asumió los cargos más importantes del Ejecutivo francés: primer ministro y ministro de Guerra. Apeló al corazón de los franceses para sostener el esfuerzo bélico. Impuso humillantes condiciones a los vencidos alemanes para firmar la paz.

LENIN

Mientras los ejércitos rusos combatían contra los alemanes se incubaba la revolución en las principales ciudades del país. Lenin era el líder de los bolcheviques, la facción que a la larga se alzaría con el poder. Fue uno de los impulsores de la paz con los alemanes firmada en Brest-Litovsk.


Cronología - 1917

3 de febrero
Los repetidos incidentes en el mar provocan la ruptura de relaciones entre Estados Unidos y Alemania.

11 de marzo
Inglaterra le arrebata Bagdad al Imperio Otomano.

15 de marzo
Con la abdicación del zar Nicolás II se derrumba el Imperio Ruso.

6 de abril
EEUU les declara la guerra a Alemania y al Imperio Austro-Húngaro.

3 de mayo
El general Pershing comanda la Fuerza Expedicionaria Estadounidense destinada al frente europeo.

15 de mayo
Philippe Pétain asume el mando de las tropas francesas.

29 de junio

Fracasan los esfuerzos del papa Benedicto XV y continúan las hostilidades.

9 de septiembre
Kérenski proclama la República en Rusia.

24 de octubre
Concluye la Batalla de Camino de las Damas (Aisne, Francia) con la derrota de los Aliados, que pierden 350.000 soldados.

2 de noviembre
Mediante la Declaración Balfour, Inglaterra intenta crear un Estado judío en Palestina.

6 de noviembre
La batalla de Passchendaele (Bélgica) culmina con la ciudad reducida a escombros y medio millón de muertos. Nada cambia.

9 de noviembre
Lenin asume la presidencia del Consejo de Comisarios del Pueblo de la URSS.

15 de diciembre
Alto el fuego en el frente oriental. En marzo del año siguiente, Rusia, Alemania y Austría-Hungría firmarían la paz.

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