Los Tarcos le ganó a Tucumán Rugby en tiempo de descuento

Los "Verdinegros" pensaban que lo ganaban, los "Rojos" que lo perdían, pero todo se dio vuelta a los 41’. Para sacarse el sombrero.

AL LÍMITE. Gonzalo Manso busca ganar centímetros en un partido intensísimo, en el que cada metro se cotizó en valor oro. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO AL LÍMITE. Gonzalo Manso busca ganar centímetros en un partido intensísimo, en el que cada metro se cotizó en valor oro. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Si todos los choques del Regional fuesen como el que ayer ofrecieron Tucumán Rugby y Los Tarcos, en la inauguración del Súper 8, explotaría el turismo local los fines de semana y uno que otro corazón en el camino. ¡Qué partido se perdió el que no fue a Yerba Buena! En un lapso menor a tres minutos, los dos sintieron alternadamente lo que era ganar con el último aliento y ver cómo todo lo construido se derrumbaba como un castillo de naipes frente al ventilador. Finalmente, fue Tarcos el que terminó a los abrazos, escribiendo el 19-15 definitivo.

Y eso que el “verdinegro” había empezado como para pintarle la cara a su invitado. Con un rugby de altísima velocidad, superior a la que nos tiene acostumbrados, sumió a la defensa “roja” en un desconcierto general, por la necesidad de reordenarse continuamente. La estrategia local era muy clara: conociendo la capacidad de daño de los forwards venidos de la Brígido Terán en el uno a uno, la opción más saludable era evitar el contacto frontal tomando la pelota y pasándola instantáneamente, como si quemara. La maniobra surtió efecto, pero falló en el estiletazo final. Para colmo, la H que da a la pileta estuvo imposible, como si se moviera, y casi todas las patadas se fueron desviadas.

Ese 8-0 parcial favorable al anfitrión nada tenía que ver con el desarrollo. Intenso, al límite, como todo clásico que se precie. Y Tarcos, que al principio se las veía negras, le fue agarrando la mano. Primero, con una pelota que oportunamente cacheteó Facundo Herrera Bornes y que Joaquín Riera llevó al ingoal. Luego, con un try de Leonardo Bevilacqua, que lo puso al frente en el score. Ya con la ventaja de su lado, el “rojo” puso sobre la mesa su gorda enciclopedia de mañas y convirtió el cronómetro en un reloj de arena, para desesperación de los “verdinegros”. A esa altura, las tribunas ya querían saltar a la cancha.

Habría tiempo para más: resignando belleza por practicidad, Tucumán Rugby se jugó el resto y logró introducir a Gonzalo García Araóz al ingoal. Delirio y chicharra, pero no fin de la historia. A Tarcos le quedaba un as: un try de José Díaz Romero a los 41’. De no creer.

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