23 Agosto 2014
Los egresados tucumanos hicieron sentir su presencia en Bariloche este año y se han convertido en protagonistas de la temporada en los viajes de fin de curso. “Tucumán estuvo de moda... vino medio raro este año. Pasaron varias cositas, sencillas en general, anécdotas de diferente índole, que nos hicieron bromear a todos los que estamos en esto: ante cualquier cosa, decíamos ‘deben ser tucumanos’”. Así, entre risas, describió la temporada Pablo Martínez, encargado del área hotelera de la empresa de turismo que llevó los dos contingentes de egresados locales que estuvieron implicados en el presunto abuso sexual en el hotel Patagonia.
Según Martínez, no se trató más que de una “travesura” de chicos que llegó a trascender por un enojo de grandes. De acuerdo con su versión, los tucumanos hospedados en el hotel Huemul lograron entrar al Patagonia cuando los pasajeros de este último estaban volviendo de bailar. “Ingresaron con los chicos que venían de las discos y anduvieron por el primero, segundo y tercer piso. Encontraron algunas habitaciones abiertas, y en una ingresaron sin el consentimiento de las chicas. Uno se sentó en la cama de una chica que estaba acostada y una de ellas recibió besos en la mejilla y en la cara, pero no en la boca; de todos modos, era un beso no correspondido”, describió el encargado, en diálogo telefónico con LA GACETA desde el hotel Patagonia. “Esto fue a las 4 de la mañana, pero tomó trascendencia más de 12 horas después y se debió a que la mamá acompañante de las chicas, cuando fue a contarle lo ocurrido al padre que acompañaba a los varones del otro hotel, se encontró con una respuesta un tanto soberbia e irónica, entonces decidió hacer la denuncia”, agregó.
Martínez aseguró que con las filmaciones de las cámaras de seguridad se comprobó que el hecho no duró más de ocho minutos. “Además, se ve claramente que las chicas no los corren violentamente a los varones de la habitación. Era algo que se podía solucionar con un pedido disculpas”, finalizó.
Según Martínez, no se trató más que de una “travesura” de chicos que llegó a trascender por un enojo de grandes. De acuerdo con su versión, los tucumanos hospedados en el hotel Huemul lograron entrar al Patagonia cuando los pasajeros de este último estaban volviendo de bailar. “Ingresaron con los chicos que venían de las discos y anduvieron por el primero, segundo y tercer piso. Encontraron algunas habitaciones abiertas, y en una ingresaron sin el consentimiento de las chicas. Uno se sentó en la cama de una chica que estaba acostada y una de ellas recibió besos en la mejilla y en la cara, pero no en la boca; de todos modos, era un beso no correspondido”, describió el encargado, en diálogo telefónico con LA GACETA desde el hotel Patagonia. “Esto fue a las 4 de la mañana, pero tomó trascendencia más de 12 horas después y se debió a que la mamá acompañante de las chicas, cuando fue a contarle lo ocurrido al padre que acompañaba a los varones del otro hotel, se encontró con una respuesta un tanto soberbia e irónica, entonces decidió hacer la denuncia”, agregó.
Martínez aseguró que con las filmaciones de las cámaras de seguridad se comprobó que el hecho no duró más de ocho minutos. “Además, se ve claramente que las chicas no los corren violentamente a los varones de la habitación. Era algo que se podía solucionar con un pedido disculpas”, finalizó.
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