06 Septiembre 2014
“Ahora disfruto la pesca de otra manera”, aclara al principio de la entrevista Fernando Juri Debo. El ex legislador no tarda mucho en explicar el porqué: “tuve la chance de colaborar con la siembra de diferentes especies en ríos y lagos de la provincia. Esa sensación no me la olvido más. Sentí que entregaba o liberaba vida y ahora, cada vez que puedo, vuelvo a hacerlo hasta con mi esposa e hijas”, agrega el contador público nacional de 61 años.
Pasaron muchos meses para que se concretara la entrevista con LG Deportiva. Al alejarse de la función pública, pero como buen peronista nunca se alejará de la actividad política, también decidió alejarse de las preguntas de los periodistas. Pero en la vida nunca hay que decir nunca. Siempre hay un tiempo para todo y más aún si el tema de charla es la pesca.
“Siento una impotencia enorme al ver lo que ocurre en la provincia. Los ríos y los lagos viven amenazados por la contaminación y por los furtivos que destruyen su fauna”, comenta preocupado el deportista que recuerda con exactitud que su primera y única gran paliza la recibió a los seis años por volver tarde de una excursión al arroyo Catarú, de su Bella Vista natal.
- ¿Tanto le preocupa este tema?
- Veo que el Ministerio de la Producción, a través de la Dirección de Flora y Fauna, hace un esfuerzo enorme en lo económico y en lo humano para mantener los sitios pesqueros pero a esos recursos no se los cuida o se los protege muy poco.
- ¿A qué se refiere?
- Por ejemplo, hace poco tiempo la provincia trajo de Bariloche ovas de truchas arco iris. Gracias a la labor del personal técnico de Flora y Fauna se logró una efectividad de casi el 100 % de los nacimientos y dentro de muy poco tiempo habrá unas 120.000 truchas para sembrar en distintos ríos. Claro que no es conveniente decir los nombres porque al día siguiente habrá personas pescándolas hasta con redes y en semanas arruinarán el esfuerzo en cuestión de días o de semanas.
- ¿Quiénes son los culpables?
- Creo que el mayor problema es que la administración pública funciona como departamentos estancos. Aquí debería estar involucrado el ministerio de Seguridad para realizar los controles y la Secretaría de Turismo para difundir la actividad y para que no destruyan toda la labor que desarrolla Flora y Fauna.
Conciencia y algo más
Juri Debo toma aire. Aprovecha el saludo de un “compañero” para tratar de poner freno a sus críticas. Siente necesidad de hablar, pero no quiere que nadie se sienta golpeado con sus palabras. “Hay algunas situaciones ilógicas. El personal encargado de esta área sólo trabaja de lunes a viernes, pero no los fines de semana porque no se les paga. Es decir, los sitios pesqueros se quedan sin protección los días que más gente concurre”, comenta.
- Pero también hay una cuestión de conciencia...
- Por supuesto. No hay mejor control que el que hace un buen pescador. Es más, desde hace mucho tiempo que vengo discutiendo para que se incremente el límite de capturas de diferentes especies. Por ejemplo, en el caso del pejerrey: sólo se pueden pescar 20 piezas, pero nadie lo hace, sino que superan ese número sin ningún tipo de problema. Debería aumentar a 40 para que todos la cumplan y si no lo respetan, se los debería sancionar con dureza. Claro que hay que hacer un estudio para analizar si es factible desarrollar esta propuesta. También sería bueno que ese análisis sirva para determinar dónde y qué se puede pescar.
- ¿Qué papel deberían cumplir los clubes de pesca de la provincia?
- Son fundamentales porque podrían transformarse en los principales colaboradores de Flora y Fauna y, por ende, guardianes de los sitios pesqueros de la provincia. Ya sea en el control de que se pesque con licencia, en la educación de los futuros deportistas, en el cuidado de las especies y hasta pueden brindar colaboración en la reproducción y posterior siembra de las especies.
- Tocó un tema que genera polémica desde hace mucho tiempo...
- Por supuesto que lo es. Pero por lo menos deberían sentarse a charlar para ver qué se puede hacer.
- ¿Qué opina de los concursos que organizan los clubes?
- Si atenta contra la fauna de algún sitio pesquero no sirven para nada. Es importante la competencia, pero los clubes deben ser más cuidadosos y organizar los torneos de tal manera que no pongan en peligro los recursos. También creo que sería una buena idea de que todas las capturas sean donadas a entidades públicas de la provincia como un bien para la comunidad.
Desarrollo
Juri Debo no se olvida sus primeros pasos en el deporte. Con orgullo relata que su tío Miledi Debo, que también colaboró en el castigo de su niñez, lo llevaba al arroyo Calimayo y a la unión de los ríos Salí y Colorado, donde se emocionó hasta las lágrimas al haber capturado un bagre de más de medio kilo. Después, su pasión por el deporte fue creciendo y por eso recorrió gran parte del país en busca de nuevas experiencias.
“Por ahí cuando me voy al Paraná me doy cuenta de cuán lejos estamos y lo bien que podríamos estar aprovechando los tesoros que tenemos. Allí entendieron que a los recursos renovables hay que cuidarlos para que se renueven. Si no, están en el horno”, explica con tono serio.
- ¿Cree que la pesca puede ser un motor para el turismo?
- No tengo la menor duda. Y no sólo hablo de los turistas foráneos, sino también del deporte interno. Es muy importante la cantidad de gente que vive de esto. En El Mollar ya hay hasta fileteadoras de pejerreyes que le solucionan el problema a los pescadores que visitan el lugar. No hablemos de los hoteles, los almacenes y los restaurantes.
- ¿Qué se debería hacer para mejorar?
- En primer lugar, cuidar la fauna ictícola porque si no lo hacemos no podremos pescar más. Después facilitarle las cosas a los pescadores. Por ejemplo, cuando voy al Paraná, en el servicio que contrato está incluido el permiso y el guía es el que más cuida el entorno y los recursos del lugar.
- Pero aquí no es sencillo ni siquiera conseguir la licencia...
- Ese es otro de los puntos a modificar. Hay que firmar un convenio para que exista una licencia de pesca a nivel regional y no es complicado hacerlo. Catamarca, por ejemplo, con una simple nota, logra que se le envíen alevines de pejerreyes que se generan en nuestros laboratorios. También se debería buscar la manera de que se expendan licencias provisorias en los lugares donde concurren los deportistas. Los clubes de pesca, los guías, los negocios del rubro podrían emitirlos a un costo mayor para incentivar a la gente que haga el trámite anual.
- ¿Le parece bien que se desarrollen emprendimientos para pescadores?
- No veo que haya problemas en su implementación. Sería importante que paguen un canon para que tengan seguridad jurídica y, fundamentalmente, ayuden a cuidar los recursos. En esta historia es fundamental que colaboremos todos.
Pasaron muchos meses para que se concretara la entrevista con LG Deportiva. Al alejarse de la función pública, pero como buen peronista nunca se alejará de la actividad política, también decidió alejarse de las preguntas de los periodistas. Pero en la vida nunca hay que decir nunca. Siempre hay un tiempo para todo y más aún si el tema de charla es la pesca.
“Siento una impotencia enorme al ver lo que ocurre en la provincia. Los ríos y los lagos viven amenazados por la contaminación y por los furtivos que destruyen su fauna”, comenta preocupado el deportista que recuerda con exactitud que su primera y única gran paliza la recibió a los seis años por volver tarde de una excursión al arroyo Catarú, de su Bella Vista natal.
- ¿Tanto le preocupa este tema?
- Veo que el Ministerio de la Producción, a través de la Dirección de Flora y Fauna, hace un esfuerzo enorme en lo económico y en lo humano para mantener los sitios pesqueros pero a esos recursos no se los cuida o se los protege muy poco.
- ¿A qué se refiere?
- Por ejemplo, hace poco tiempo la provincia trajo de Bariloche ovas de truchas arco iris. Gracias a la labor del personal técnico de Flora y Fauna se logró una efectividad de casi el 100 % de los nacimientos y dentro de muy poco tiempo habrá unas 120.000 truchas para sembrar en distintos ríos. Claro que no es conveniente decir los nombres porque al día siguiente habrá personas pescándolas hasta con redes y en semanas arruinarán el esfuerzo en cuestión de días o de semanas.
- ¿Quiénes son los culpables?
- Creo que el mayor problema es que la administración pública funciona como departamentos estancos. Aquí debería estar involucrado el ministerio de Seguridad para realizar los controles y la Secretaría de Turismo para difundir la actividad y para que no destruyan toda la labor que desarrolla Flora y Fauna.
Conciencia y algo más
Juri Debo toma aire. Aprovecha el saludo de un “compañero” para tratar de poner freno a sus críticas. Siente necesidad de hablar, pero no quiere que nadie se sienta golpeado con sus palabras. “Hay algunas situaciones ilógicas. El personal encargado de esta área sólo trabaja de lunes a viernes, pero no los fines de semana porque no se les paga. Es decir, los sitios pesqueros se quedan sin protección los días que más gente concurre”, comenta.
- Pero también hay una cuestión de conciencia...
- Por supuesto. No hay mejor control que el que hace un buen pescador. Es más, desde hace mucho tiempo que vengo discutiendo para que se incremente el límite de capturas de diferentes especies. Por ejemplo, en el caso del pejerrey: sólo se pueden pescar 20 piezas, pero nadie lo hace, sino que superan ese número sin ningún tipo de problema. Debería aumentar a 40 para que todos la cumplan y si no lo respetan, se los debería sancionar con dureza. Claro que hay que hacer un estudio para analizar si es factible desarrollar esta propuesta. También sería bueno que ese análisis sirva para determinar dónde y qué se puede pescar.
- ¿Qué papel deberían cumplir los clubes de pesca de la provincia?
- Son fundamentales porque podrían transformarse en los principales colaboradores de Flora y Fauna y, por ende, guardianes de los sitios pesqueros de la provincia. Ya sea en el control de que se pesque con licencia, en la educación de los futuros deportistas, en el cuidado de las especies y hasta pueden brindar colaboración en la reproducción y posterior siembra de las especies.
- Tocó un tema que genera polémica desde hace mucho tiempo...
- Por supuesto que lo es. Pero por lo menos deberían sentarse a charlar para ver qué se puede hacer.
- ¿Qué opina de los concursos que organizan los clubes?
- Si atenta contra la fauna de algún sitio pesquero no sirven para nada. Es importante la competencia, pero los clubes deben ser más cuidadosos y organizar los torneos de tal manera que no pongan en peligro los recursos. También creo que sería una buena idea de que todas las capturas sean donadas a entidades públicas de la provincia como un bien para la comunidad.
Desarrollo
Juri Debo no se olvida sus primeros pasos en el deporte. Con orgullo relata que su tío Miledi Debo, que también colaboró en el castigo de su niñez, lo llevaba al arroyo Calimayo y a la unión de los ríos Salí y Colorado, donde se emocionó hasta las lágrimas al haber capturado un bagre de más de medio kilo. Después, su pasión por el deporte fue creciendo y por eso recorrió gran parte del país en busca de nuevas experiencias.
“Por ahí cuando me voy al Paraná me doy cuenta de cuán lejos estamos y lo bien que podríamos estar aprovechando los tesoros que tenemos. Allí entendieron que a los recursos renovables hay que cuidarlos para que se renueven. Si no, están en el horno”, explica con tono serio.
- ¿Cree que la pesca puede ser un motor para el turismo?
- No tengo la menor duda. Y no sólo hablo de los turistas foráneos, sino también del deporte interno. Es muy importante la cantidad de gente que vive de esto. En El Mollar ya hay hasta fileteadoras de pejerreyes que le solucionan el problema a los pescadores que visitan el lugar. No hablemos de los hoteles, los almacenes y los restaurantes.
- ¿Qué se debería hacer para mejorar?
- En primer lugar, cuidar la fauna ictícola porque si no lo hacemos no podremos pescar más. Después facilitarle las cosas a los pescadores. Por ejemplo, cuando voy al Paraná, en el servicio que contrato está incluido el permiso y el guía es el que más cuida el entorno y los recursos del lugar.
- Pero aquí no es sencillo ni siquiera conseguir la licencia...
- Ese es otro de los puntos a modificar. Hay que firmar un convenio para que exista una licencia de pesca a nivel regional y no es complicado hacerlo. Catamarca, por ejemplo, con una simple nota, logra que se le envíen alevines de pejerreyes que se generan en nuestros laboratorios. También se debería buscar la manera de que se expendan licencias provisorias en los lugares donde concurren los deportistas. Los clubes de pesca, los guías, los negocios del rubro podrían emitirlos a un costo mayor para incentivar a la gente que haga el trámite anual.
- ¿Le parece bien que se desarrollen emprendimientos para pescadores?
- No veo que haya problemas en su implementación. Sería importante que paguen un canon para que tengan seguridad jurídica y, fundamentalmente, ayuden a cuidar los recursos. En esta historia es fundamental que colaboremos todos.