07 Septiembre 2014
Pagni: “el Gobierno sabe que se va: el kirchnerismo comienza y termina en la familia Kirchner”
El analista político anticipó las ideas fuerza de la conferencia que brindará este jueves a las 20.30 en el auditorio del hotel Hilton “En la Argentina, el poder, como dijo Yabrán, es impunidad. Y la pérdida del poder, vulnerabilidad”, dijo el columnista Pagni
COLUMNISTA Y DISERTANTE. Carlos Pagni se dirige al público en una charla de 2009 del ciclo de LA GACETA. la gaceta / foto de inés quinteros orio (archivo)
En un tiempo signado por las fluctuaciones tipo “montaña rusa” y por un clima borrascoso, Carlos Pagni (La Plata, Buenos Aires, 1961) identifica una serie de certidumbres que puede ser resumida en las siguientes tres premisas: el grupo que gobierna el país desde 2003 ha decidido que no haya heredero; la entrega del poder no acarreará ni un infierno social ni el fin del personalismo y la Justicia, sobre todo la federal, hará lo posible por congraciarse con el electorado mediante la recuperación de la autonomía.
Estas y otras cuestiones de la coyuntura política abordará el analista Pagni en “La transición y el nuevo mapa del poder”, la conferencia que ofrecerá en el ciclo de charlas que organiza LA GACETA desde hace nueve años (jueves 11 de septiembre, 20.30 horas, teatro del hotel Hilton Garden Inn). A modo de anticipo de esa actividad, Pagni se sometió al siguiente interrogatorio.
- ¿Están dadas las condiciones para un traspaso de poder normal y pacífico, o Argentina se encamina a un cambio signado por hechos de violencia como saqueos y enfrentamientos civiles?
- No veo un horizonte apocalíptico, más allá de las prevenciones y alertas de la Presidenta. Sí hay que prever una tensión social creciente, porque existe una caída muy pronunciada del salario debida a la inflación y un proceso de destrucción de puestos de trabajo debido a la recesión.
- ¿En qué medida la inminencia de esa transición influye sobre el oficialismo y la oposición?
- El gobierno sabe que se va. Y ha decidido no tener heredero. Por lo tanto, dispone de muy pocos estímulos para hacer ajustes o reformas que beneficien a alguien distinto de la Presidenta. El poder kirchnerista comienza y termina en la familia Kirchner. Eso lo aprendimos de la propia Cristina Kirchner, que se hizo entregar el bastón de mando por Florencia Kirchner. La oposición colabora mucho con la estabilidad del oficialismo. A mi juicio, mucho más que el propio oficialismo, sobre todo cuando se observa su política económica.
- ¿Considera que el advenimiento de un Gobierno de otro signo o color supondrá la caducidad del personalismo?
- El personalismo en la Argentina está garantizado desde el siglo XIX. Sarmiento comenzó el Facundo preguntándose por el personalismo. Y Alberdi dedicó buena parte de su obra a denunciar ese problema. De los candidatos que están a la vista, casi todos son personalistas: Massa, Scioli, Macri, Carrió, Solanas y Altamira.
- ¿Qué papel jugará o deberá jugar la Justicia durante la transición?
- La Justicia, en especial la federal, suele recuperar autonomía cuando los gobiernos dejan el poder. Es una herencia de la institucionalidad hispánica, que disponía del juicio de residencia, que se iniciaba cuando el funcionario había dejado el poder. En la Argentina el poder, como dijo Yabrán, es impunidad. Y la pérdida del poder, vulnerabilidad. Los jueces, además, comienzan a buscar legitimidad ante la opinión pública para seguir siendo jueces una vez que cambia el ciclo. Lo hemos visto muchas veces en el pasado.
-¿El multiprocesamiento del vicepresidente Amado Boudou aceleró el proceso político?
- No me parece que lo haya hecho. Creo que más impacto en la aceleración tuvo, si nos referimos a los factores judiciales, el escándalo de Lázaro Báez, en el que está salpicada la familia Kirchner.
- ¿Por qué no se ha consumado la sangría de dirigentes peronistas que presagiaba el triunfo de Sergio Massa?
- Hasta ahora no se produjo porque el Gobierno tuvo iniciativa para tomar decisiones económicas que evitaran un colapso. En enero devaluó y subió la tasa de interés, y absorbió los costos de esas medidas. También comenzó a regularizar el frente externo pagando varias deudas. Esto le daba al oficialismo la perspectiva de una transición ordenada, en la que la obra del Gobierno sería defendible ante el electorado. Desde hace poco más de un mes, todo esto está en tela de juicio. Por lo tanto, también la solidaridad de los dirigentes del Partido Justicialista oficialista con el liderazgo de la Presidenta.
- ¿A qué se refiere cuando postula un nuevo mapa del poder?
- A que estamos ante un proceso de división del peronismo, que es lo que representa Massa, y, tal vez, de síntesis del no peronismo. Todavía no sabemos cuál será el resultado final de este cambio. Pero la configuración puede ser muy distinta.
- ¿Es posible una victoria de Mauricio Macri sin el apoyo de Unen?
- Hasta ahora me parece muy difícil: Unen tiene estructura suficiente como para dificultar la llegada de Macri.
- ¿El asunto “Macri” dinamitará la alianza de Unen?
- Es probable. Solanas ya dijo que no a una alianza con Macri. Y los socialistas la aceptarían sólo después de una negociación muy dura, en la que tendrían como principal objetivo retener el poder en Santa Fe.
- ¿Qué lectura corresponde hacer del abroquelamiento del empresariado contra la reforma a la Ley de Abastecimiento?
- La ley de abastecimiento presenta una novedad respecto de los controles anteriores: interviene la cadena productiva y comercial. Es decir, alcanza a todas las empresas y no sólo a las que ofrecen productos en la góndola del supermercado. La otra novedad es de contexto: las empresas hoy tienen una rentabilidad muy inferior a la de otros momentos en que el kirchnerismo adoptó decisiones intervencionistas.
- ¿Qué le espera al país si no hay arreglo con los bonistas que no entraron al canje de la deuda?
- Si no se resuelve, el problema de los holdouts determina una mayor escasez de dólares. El único recurso de corto plazo que tiene el Gobierno para resolver ese problema es el endeudamiento. Pero, con el problema de los holdouts abierto, no hay forma de colocar deuda en el mercado. Por lo tanto, deberá conseguir esos dólares de otro modo y lo más probable es que apele a bajar las importaciones. Es decir, con una recesión mucho más traumática.
- ¿Qué tendencia advierte en las encuestas de imagen y popularidad de los presidenciables?
- Hay una paridad fluctuante entre Massa, Scioli y Macri. Y una incógnita muy grande respecto de la capacidad de Unen para generar un candidato competitivo.
- ¿A dónde conduce la estrategia de silencio y espera de Daniel Scioli?
- A garantizar la gobernabilidad bonaerense, sin la que no puede pensar en ser candidato.
- ¿Por qué cree que será recordada la gestión de Cristina Kirchner?
- Por la impresionante capacidad de acumular poder y por la impresionante capacidad de derrocharlo.
Estas y otras cuestiones de la coyuntura política abordará el analista Pagni en “La transición y el nuevo mapa del poder”, la conferencia que ofrecerá en el ciclo de charlas que organiza LA GACETA desde hace nueve años (jueves 11 de septiembre, 20.30 horas, teatro del hotel Hilton Garden Inn). A modo de anticipo de esa actividad, Pagni se sometió al siguiente interrogatorio.
- ¿Están dadas las condiciones para un traspaso de poder normal y pacífico, o Argentina se encamina a un cambio signado por hechos de violencia como saqueos y enfrentamientos civiles?
- No veo un horizonte apocalíptico, más allá de las prevenciones y alertas de la Presidenta. Sí hay que prever una tensión social creciente, porque existe una caída muy pronunciada del salario debida a la inflación y un proceso de destrucción de puestos de trabajo debido a la recesión.
- ¿En qué medida la inminencia de esa transición influye sobre el oficialismo y la oposición?
- El gobierno sabe que se va. Y ha decidido no tener heredero. Por lo tanto, dispone de muy pocos estímulos para hacer ajustes o reformas que beneficien a alguien distinto de la Presidenta. El poder kirchnerista comienza y termina en la familia Kirchner. Eso lo aprendimos de la propia Cristina Kirchner, que se hizo entregar el bastón de mando por Florencia Kirchner. La oposición colabora mucho con la estabilidad del oficialismo. A mi juicio, mucho más que el propio oficialismo, sobre todo cuando se observa su política económica.
- ¿Considera que el advenimiento de un Gobierno de otro signo o color supondrá la caducidad del personalismo?
- El personalismo en la Argentina está garantizado desde el siglo XIX. Sarmiento comenzó el Facundo preguntándose por el personalismo. Y Alberdi dedicó buena parte de su obra a denunciar ese problema. De los candidatos que están a la vista, casi todos son personalistas: Massa, Scioli, Macri, Carrió, Solanas y Altamira.
- ¿Qué papel jugará o deberá jugar la Justicia durante la transición?
- La Justicia, en especial la federal, suele recuperar autonomía cuando los gobiernos dejan el poder. Es una herencia de la institucionalidad hispánica, que disponía del juicio de residencia, que se iniciaba cuando el funcionario había dejado el poder. En la Argentina el poder, como dijo Yabrán, es impunidad. Y la pérdida del poder, vulnerabilidad. Los jueces, además, comienzan a buscar legitimidad ante la opinión pública para seguir siendo jueces una vez que cambia el ciclo. Lo hemos visto muchas veces en el pasado.
-¿El multiprocesamiento del vicepresidente Amado Boudou aceleró el proceso político?
- No me parece que lo haya hecho. Creo que más impacto en la aceleración tuvo, si nos referimos a los factores judiciales, el escándalo de Lázaro Báez, en el que está salpicada la familia Kirchner.
- ¿Por qué no se ha consumado la sangría de dirigentes peronistas que presagiaba el triunfo de Sergio Massa?
- Hasta ahora no se produjo porque el Gobierno tuvo iniciativa para tomar decisiones económicas que evitaran un colapso. En enero devaluó y subió la tasa de interés, y absorbió los costos de esas medidas. También comenzó a regularizar el frente externo pagando varias deudas. Esto le daba al oficialismo la perspectiva de una transición ordenada, en la que la obra del Gobierno sería defendible ante el electorado. Desde hace poco más de un mes, todo esto está en tela de juicio. Por lo tanto, también la solidaridad de los dirigentes del Partido Justicialista oficialista con el liderazgo de la Presidenta.
- ¿A qué se refiere cuando postula un nuevo mapa del poder?
- A que estamos ante un proceso de división del peronismo, que es lo que representa Massa, y, tal vez, de síntesis del no peronismo. Todavía no sabemos cuál será el resultado final de este cambio. Pero la configuración puede ser muy distinta.
- ¿Es posible una victoria de Mauricio Macri sin el apoyo de Unen?
- Hasta ahora me parece muy difícil: Unen tiene estructura suficiente como para dificultar la llegada de Macri.
- ¿El asunto “Macri” dinamitará la alianza de Unen?
- Es probable. Solanas ya dijo que no a una alianza con Macri. Y los socialistas la aceptarían sólo después de una negociación muy dura, en la que tendrían como principal objetivo retener el poder en Santa Fe.
- ¿Qué lectura corresponde hacer del abroquelamiento del empresariado contra la reforma a la Ley de Abastecimiento?
- La ley de abastecimiento presenta una novedad respecto de los controles anteriores: interviene la cadena productiva y comercial. Es decir, alcanza a todas las empresas y no sólo a las que ofrecen productos en la góndola del supermercado. La otra novedad es de contexto: las empresas hoy tienen una rentabilidad muy inferior a la de otros momentos en que el kirchnerismo adoptó decisiones intervencionistas.
- ¿Qué le espera al país si no hay arreglo con los bonistas que no entraron al canje de la deuda?
- Si no se resuelve, el problema de los holdouts determina una mayor escasez de dólares. El único recurso de corto plazo que tiene el Gobierno para resolver ese problema es el endeudamiento. Pero, con el problema de los holdouts abierto, no hay forma de colocar deuda en el mercado. Por lo tanto, deberá conseguir esos dólares de otro modo y lo más probable es que apele a bajar las importaciones. Es decir, con una recesión mucho más traumática.
- ¿Qué tendencia advierte en las encuestas de imagen y popularidad de los presidenciables?
- Hay una paridad fluctuante entre Massa, Scioli y Macri. Y una incógnita muy grande respecto de la capacidad de Unen para generar un candidato competitivo.
- ¿A dónde conduce la estrategia de silencio y espera de Daniel Scioli?
- A garantizar la gobernabilidad bonaerense, sin la que no puede pensar en ser candidato.
- ¿Por qué cree que será recordada la gestión de Cristina Kirchner?
- Por la impresionante capacidad de acumular poder y por la impresionante capacidad de derrocharlo.
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